Kim - Che

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El cumpleaños de Porsche se acercaba, Che había decidido darle una pequeña sorpresa a su hermano mayor, incluso habló con Kinn para poder pedirle permiso para que su hermano pudiera cenar en casa, ese no pudo negarse ante la proposición del menor y le prometió traer a su pareja de vuelta a casa antes de la cena. ¿Pero cuál era la verdadera dificultad? Che nunca había cocinado ni preparado un pastel, mucho menos algo "especial" para cenar en un cumpleaños, solo sabía cocinar arroz con huevo frito por encima y a veces incluso se le quemaba.

Buscó por internet alguna receta para un pastel de cumpleaños, quería que fuera sencillo de preparar, pero que estuviera al nivel de una tarta para soplar unas velas, también entró en varias páginas web de cocina en busca de alguna idea de comida para la cena, sabía que no iban a estar los dos solos, por lo que tenía que pensar, además, en hacer la cantidad adecuada para que todos los presentes pudieran comer y no se quedaran con hambre, en esa casa todos se unían aunque nadie los hubiera invitado. Encontró una cena que le pareció buena idea, más bien eran varios platos, todos podrían comer y parecía sencilla de preparar, no requería de muchos ingredientes y sabía que los encontraría fácilmente en la cocina de la casa.

El día había llegado, se despidió de Kinn y su hermano cuando estos se fueron a comer a quién sabe qué restaurante hipercaro lo llevaría su pareja, pero no le hizo falta recordarle que lo llevara de vuelta a casa para cenar, al poco rato de despedirse llegó un mensaje a su móvil "a las 20.00 PM lo tienes en casa, te lo prometo", no pudo evitar sonreír y se fue corriendo a la cocina para empezar a preparar la cena y el pastel. Al final, después de muchas páginas web de cocina, decidió hacer diferentes platos para probar un poco de todo lo que vio, así seguro hacía algo que le gustara a todo el mundo sin problemas, no tenía ganas de escuchar quejas y menos en un día como hoy, quería que su hermano pudiera pasar todo el día feliz.

Empezó preparando la masa del pastel, era el único plato que se hacía en el horno, por lo que tardaría más en terminar de cocinarse, además, había leído que la tarta necesitaba estar reposando aproximadamente unos 20 minutos antes de poder comerse, así que decidió empezar por ahí. Tenía todos los ingredientes preparados encima de la encimera, junto con los utensilios que había leído que necesitaría para poder hacer la masa correctamente, era algo sencillo, eso era lo que se repetía continuamente en la cabeza mientras observaba todas las cosas que tenía delante.

Estaba demasiado metido en sus pensamientos, observando todas las cosas y mirando la pantalla de la tablet para intentar lograr entender los pasos correspondientes, que no pudo escuchar como alguien llamaba a la puerta de la cocina y, viendo que lo ignoraban, se apoyó en el marco de la puerta, esperando captar la atención del menor. Este se aclaró la garganta, llamando la atención de Che y provocando que se asustara y tirara parte de la harina por el suelo, incluido el pequeño saquito de esta.

Ambos se miraron y se agacharon a recoger lo más rápido posible, sus manos se rozaron al coger el paquete de harina del suelo, notaron como sus mejillas se sonrojaban y apartaron la mirada de nuevo, levantándose rápidamente. Kim se quedó parado a la espalda del chico, no sabía si preguntar, aunque recordaba vagamente la conversación que su hermano había tenido con Porsche esa mañana, por lo que entendió que quería preparar una sorpresa de cumpleaños. Se acercó de nuevo con cuidado de no provocar otro susto innecesario, se aclaró de nuevo la garganta y preguntó. "¿Necesitas que te ayude en algo?"

Los ojos de Che se abrieron de golpe y se giró casi en señal de súplica, agarró las manos de Kim y colocó la tablet en sus manos, un "si, por favor" se escuchó de sus labios, haciendo que el mayor empezara a reír. Colocó el dispositivo encima de la encimera, encima de un par de libros de cocina que había allí, de esta forma la tablet quedaría levantada y podrían leerla sin necesidad de aguantarla en sus manos.

Pasaron toda la mañana haciendo el pastel, Kim tuvo que salir con la moto a comprar un par de cosas para la decoración de este, mientras que Che se centraba en leer cada paso a seguir a conciencia, asegurándose de que habían hecho todo correctamente. Una vez lo pusieron en el horno, empezaron a preparar cada plato, uno por uno y dedicando el tiempo suficiente a cada uno de ellos.

Se detuvieron durante un rato para comer, usando los restos de algunos de los platos que habían empezado a preparar, Che dijo que de esta forma se aseguraban de saber si el plato estaba rico o si le faltaba alguna cosa que añadir. La tarde transcurrió entre risas, y leves miradas que conllevaron a mejillas sonrojadas por parte de ambos, nunca borraron la sonrisa de su rostro, algo que provocó que el corazón de los dos chicos latiera con una intensidad distinta a como lo había hecho hasta ahora.

El menor sentía que podía confiar de nuevo en Kim, volvía a sentirse seguro a su alrededor, no le molestaba su presencia, prefería tenerlo cerca, de esta forma se sentía acompañado y últimamente, a su lado, no podía dejar de sonreír como un completo idiota. Por otro lado, Kim había echado de menos ese comportamiento del más pequeño, añoraba verlo reír y pasarlo bien a su alrededor y, sobre todo, con él. Sus manos habían estado trabajando conjuntamente todo el día, y en ningún momento habían discutido o se habían sentido incómodos ante la presencia del otro, parecía que todo malentendido había sido borrado en esa cocina. Y, quizás, podían volver a ser ellos contra el mundo.

-Time<3

KinnPorsche cortosWhere stories live. Discover now