La ropa había desaparecido hacía ya un tiempo, estaban enredados entre las sábanas y eran quilómetros de piel desnuda, eran fuego y eran nervios. Las manos de Macao recorrían la piel de Tay delicadamente, trazando cada curva, cada imperfección como si de una escultura se tratara, como si él fuera un escultor y necesitara descubrir todos los secretos de la obra de arte que era Tay.
Los gemidos y jadeos se mezclaban en armonía, sus cuerpos encajaban a la perfección y sentían que se pertenecían el uno al otro.
Las manos de Tay se aferraban al pelo de Macao mientras este descendía por su cuello dejando un rastro de besos, se entretuvo en su pecho dejando suaves marcas en él y los pezones totalmente erguidos, siguió descendiendo hasta llegar a la entrepierna y entonces levantó la mirada buscando los ojos del mayor en busca de consentimiento. Sabía que Tay lo había pasado muy mal y no quería hacer nada que lo molestara o lo hiciera sentir incómodo. Hicieron contacto visual, los ojos del mayor estaban llorosos por el placer y quizás por algo más que no supo identificar, pero este asintió con la cabeza y tiró más fuerte del pelo de Macao, incitando a que continuara con lo que estaba haciendo.
Tay dejó escapar un fuerte gemido cuando la mano del más pequeño rodeó su miembro, arqueó la cadera y lo recorrió un escalofrío de arriba a abajo. Macao sonrió maliciosamente al ver las reacciones de su mayor, queriendo ver más, movió levemente su mano haciendo que Tay se retorciera en sus brazos, suplicando por más, buscando el contacto directo.
Macao llevó sus labios a la boca del mayor otra vez, empezando un beso que rápidamente se volvió húmedo y profundo a la vez que incrementaba la velocidad de su mano, provocando que Tay rompiera levemente el beso para gemir entre respiraciones entrecortadas, la sonrisa en el rostro del menor apareció al ver como el otro reaccionaba ante su toque, quedándose sin aliento y suplicando por más.
Tay se mordía el labio inferior intentando contener de alguna forma sus gemidos y Macao soltaba pequeñas carcajadas ahogadas al verlo, sus manos subieron por el vientre del mayor haciendo que este temblara debajo de su toque y dejando desatendido su miembro, el pulgar del más alto se dirigió a esos labios rojos e hinchados haciendo que el mayor dejara de morderse el labio inferior y cubriendo esos labios con su boca otra vez, enredándose en un beso sin fin mientras se abrazaban desesperadamente.
Las manos de Macao descendieron por la espalda de Tay acariciando toda la piel que pudo en el camino, sus manos aterrizaron en el trasero y apretó las suaves nalgas de este, Tay gimió en respuesta rompiendo el beso en el proceso y eso hizo sonreír con suficiencia al más alto, ya no había vuelta atrás, nunca la hubo realmente, el momento en que besó por primera vez a ese pequeño chico supo que estaba perdido.
Las manos del menor empezaron a abrirse camino buscando un punto en concreto del mayor, pero este se apartó de golpe, mirándolo con ojos llorosos y asustados, diciendo entre susurros "No puedo... Yo aún no puedo, lo siento." Apartó la mirada después de decir eso, esperando que el menor se apartara del todo y lo dejara allí solo, pero se equivocó, Macao le acarició la mejilla con una mano y con la otra buscó la mano del más bajo y se la llevó al pecho, justo encima del corazón y le dijo "Está bien P'Tay, está bien" los ojos del mayor se llenaron de lágrimas y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
Los brazos de Tay atrajeron a Macao en un fuerte abrazo mientras las lágrimas se derramaban mojando su precioso rostro, acercó sus labios a la oreja del menor y susurro "Te necesito Macao, quiero sentirte cerca. Pero yo no..." fue interrumpido por el menor "Shhh... lo sé, P'Tay, lo sé" Macao hizo descender su mano entre sus pechos hasta llegar a la altura de sus caderas y dejó un pequeño pellizco allí, a la vez que dejaba un beso en el cuello del más bajo provocando que este se arqueara consiguiendo que sus miembros se rozaran entre sí, arrancando un gemido por parte de ambos.
La mano de Macao se dirigió al miembro de Tay y la mano de Tay al de Macao, empezaron a moverse, se fundieron entre jadeos, gemidos y respiraciones irregulares, se ahogaron en besos interminables y caricias demandantes y terminaron en la mano del otro, manchando sus pechos y con sonrisas cansadas en sus rostros.
Cuando consiguieron regularizar sus respiraciones, Tay se levantó de la cama llevándose a Macao con él y guiándolo hasta el baño, una vez allí el menor observó su alrededor, era un baño bastante pequeño, pero muy acogedor, había una preciosa bañera en el rincón y el mayor se dirigió hacia ella para llenarla y que ambos pudieran tomar un baño caliente. Estaban uno encima del otro, Tay descansaba encima del pecho de Macao, respiraba tranquilamente escuchando los latidos del corazón del más alto, y este lo abrazaba fuertemente contra sí, dándole pequeños besos en la cabeza mientras le acariciaba la espalda tranquilamente.
El frío que hacía fuera contrastaba con el calor que sentían en sus corazones Tay y Macao en ese momento, uniéndolos de formas que ni ellos mismos entendían.
-Moon<3
