Tay - Macao

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La lluvia caía cubriendo las calles oscuras y desiertas, un pequeño chico corría con rumbo incierto buscando escapar de su casa, de sus recuerdos, de esa voz, la voz de la persona a la que más amaba pronunciando el nombre de otro mientras estaba con él. Ese nombre le recordó cómo es realmente la persona que tiene al lado, la mención de ese nombre le acabó de romper el corazón. "Tem" ese fue el nombre que Time dejó salir de sus labios antes de terminar, dejándolo una vez más en esa enorme cama solo y con lágrimas en los ojos mientras él tomaba una ducha y se preparaba para salir una noche más.

Tay ya no podía con esto, no era capaz de seguir fingiendo que todo estaba bien, tenía ganas de chillar, de tirarlo todo por la borda, de desaparecer para no sentir nunca más que el corazón se le rompía en mil pedazos cada vez que miraba a Time a los ojos y este lo único que hacía era apartar la mirada y seguir con lo suyo. Se culpaba a sí mismo por todo lo que estaba pasando, culpaba a Tem por aparecer de la nada y arrebatarle a Time y culpaba a Porsche por presentarles a sus amigos, pero en el fondo sabía que el único que tenía culpa de algo era el propio Time, aunque era mucho más fácil fingir que todo lo que pasaba era por culpa de alguien externo y no de la persona que tenía al lado.

Tay se derrumbó y dejó que las lágrimas cayeran por sus mejillas mojando su hermoso rostro, no intento secarlas, tampoco intentó detenerlas, dejó que estas empaparan sus mejillas y se levantó de la cama recogiendo la ropa del suelo, poniéndosela de nuevo, necesitaba salir de ahí, sentía que la habitación cada vez era más pequeña y le costaba respirar, necesitaba alejarse del dolor y una vez salió por la puerta empezó a correr, tenía miedo de que Time lo siguiera aunque sabía que eso era casi imposible, probablemente ni se daría cuenta de que ya no estaba en la cama y una punzada de dolor volvió a atravesarle el pecho al pensar en eso.

No se detuvo en ningún momento, sus lágrimas tampoco, le faltaba el aliento y le temblaba el cuerpo por el frío, tenía la ropa empapada y no podía correr más, sentía que las piernas le fallarían en cualquier momento, entonces la vio, la majestuosa casa de la segunda familia. Desde el momento que salió por la puerta de su casa lo único que se le pasaba por la cabeza era que necesitaba paz e inmediatamente la imagen de ese niño vino a su mente, no sabía cómo, no sabía por qué, pero Macao le transmitía paz y eso era lo que más anhelaba en ese momento, así que sin pensarlo dirigió sus pies hacia esa enorme casa esperando ver al menor.

Una vez delante de la puerta intentó calmarse un poco y entonces llamó una vez, dos veces, tres veces... los pasos de alguien se escucharon a través de la puerta cerrada y de repente esta se abrió. "¿Quién llama a estas horas, es que no tenéis..." Macao se quedó sin habla al ver quien era la persona que había llamado; "P'Tay..." las palabras quedaron ahogadas en su boca cuando se fijó en el estado del mayor, estaba temblando de frío, tenía los ojos hinchados y parecía que en cualquier momento se iba a desmayar. Tay dio dos pasos hacia delante y abrazó al menor de forma desesperada, este le devolvió el abrazo sin pensarlo y lo sostuvo entre sus brazos mientras el otro se derrumbaba. El mayor rompió en llanto y perdió la fuerza de sus piernas en brazos del menor, este lo sostuvo contra sí y lo cargó llevándolo hacia su habitación, los brazos de Tay se aferraban al cuello de Macao y escondía su cabeza en el cuello del más alto sollozando mientras este subía las escaleras a la habitación.

Pete y Vegas observaban la escena desde el otro lado de las escaleras, el hermano mayor quiso intervenir para ayudar, pero Pete lo impidió recordándole que Macao era un buen chico y sabría qué hacer para ayudar al otro. Pete había convivido con los amigos de Khun Kinn y podía imaginar de qué se trataba el asunto, así que se llevó a Vegas a su habitación y dejaron a Macao encargarse de Tay.

Una vez en la habitación, Macao dejó a Tay descansando encima de la suave cama y fue a buscar una toalla para cubrirlo con ella. El mayor jugaba con el borde de la toalla cuando Macao se le acercó y le dijo "P'Tay, ve a darte una ducha primero o te pondrás enfermo" le entregó otra toalla y ropa seca que ponerse y este se dirijo hasta el baño.

KinnPorsche cortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora