Especial playa (pt.final)

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La noche caía sobre los chicos y las estrellas los acompañaban, hacía rato que todos se habían dispersado en grupos, parejas o por si solos. Apenas se escuchaba la música, el único sonido presente en el ambiente eran las olas del mar.

Che había decidido volver al coche, el aire que corría ahora era más fresco y, teniendo en cuenta que habían estado jugando en el mar, su ropa estaba un poco mojada y no quería resfriarse. Llevaba los cascos puestos y, aunque no quisiera aceptarlo, sus ojos estaban llenos de lágrimas que no se atrevía a dejar salir por miedo a ser escuchado por alguien, mucho menos correr el riesgo de que su hermano lo descubriera. Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se percató de cómo la puerta del coche se había abierto y Kim había entrado para colocarse delante de él.

Se encontraban en el coche más grande, por lo que la parte trasera les servía como pequeña cama donde podían tumbarse cómodamente, cuando Che bajó su móvil y vio el rostro de Kim, sus lágrimas empezaron a caer de forma involuntaria, provocando que el mayor se asustara y no supiera cómo reaccionar, dejando que fuera su instinto el que lo hiciera. Abrazó al más pequeño con fuerza entre sus brazos, llevaba toda la mañana y toda la tarde queriendo hacer esto y no lo había podido hacer. Che no se separó ni lo rechazó, al contrario, se aferró a sus hombros con fuerza, rompiendo a llorar del todo cuando notó las caricias del mayor. No compartieron ninguna palabra, ninguno de los dos se atrevía a romper el silencio que los envolvía. Las caricias no se detuvieron hasta que Kim notó cómo el cuerpo que mantenía en sus brazos empezaba a pesar más, indicando que el más pequeño se había dormido, mantuvo sus manos en su espalda, acercándolo más a él para que entrara en calor.

Una figura perfectamente dibujada se veía en la orilla de la playa, Tay paseaba por la orilla totalmente solo, perdido en sus pensamientos, hundiendo los pies en la arena y hundiéndose a la vez en sus sentimientos. Sabía lo que le decía su cabeza, pero también lo que le decía su corazón, y necesitaba tiempo para sanar, para estar consigo mismo y recomponerse.

No muy lejos de ahí Macao observaba al mayor mientras caminaba, no quiso acercarse, sabía que necesitaba tiempo a solas e iba a respetarlo, lo único que podía hacer era observarlo desde lejos y esperar que Tay pudiera contra sus propios demonios, él siempre estaría ahí para ayudarlo a luchar.

Kinn se mantenía tumbado en la arena, uno de sus brazos detrás de su cabeza, mientras que el otro acariciaba la espalda de Porsche, el cual descansaba con la cabeza apoyada en el pecho de su pareja. Los ojos del menor se mantenían cerrados, mientras que los del mayor se centraban en las estrellas, esperando no perderse ninguna estrella fugaz que pudiera pasar, aunque ya sintiera que lo tenía todo con él, siempre quería aprovechar ese tipo de momentos para pedir pequeñas cosas al cielo, esperando que, quizás, alguien lo escuchara.

Notó como la persona entre sus brazos se movía levemente y decidió apartar su mano para permitir al otro colocarse cómodamente en la posición que quería adoptar, la cabeza de Porsche acabó en el hombro de Kinn y el primero abrió los ojos, sonriendo al percatarse que el mayor lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Un fugaz beso aterrizó en los labios del más alto y Porsche se justificó con un simple "acaba de pasar una estrella fugaz, he sellado mi deseo ~" . Kinn rompió a reír cubriendo sus labios con su mano libre y negó con la cabeza, no habría día en el cual su pareja dejara de sorprenderle con gestos como este, acción que provocaba que día tras día sintiera que Porsche era la persona con la que quería compartir cada día de su vida. Ambos volvieron a centrar su mirada en el cielo, aunque sus ojos se desviaban de vez en cuando para mirarse y sonreír, quién sabe cuántas veces deberían sellar sus deseos esa misma noche.

Pete descansaba sentado en la orilla del mar, dejando que el agua mojara sus pies de vez en cuando, Vegas había ido al coche a buscar la toalla restante para poder cubrirse ambos con ella. Su mirada estaba clavada en el horizonte, donde el agua del mar se fundía con el cielo, estaba inmerso en sus pensamientos, tanto que no se percató de la presencia de Vegas si no fuera por el calor que sintió en sus hombros cuando este colocó la toalla encima de estos y se sentó a su lado. El mayor solo lo miró y sonrió, intentando mirar hacia la misma dirección que el más alto había estado observando durante tanto tiempo, esperando encontrar qué era lo que había capturado tanto su atención, pero simplemente veía como el oscuro cielo se fundía con el agua del mar a lo lejos. Pete se empezó a reír levemente cuando vio la acción tan adorable del otro de intentar entender en qué pequeño mundo se había hundido su mente, negó con la cabeza y se apoyó en el hombro de Vegas, dejando un pequeño beso en este.

Vegas sonrió ante esa acción de Pete, no se acostumbraba a esos pequeños gestos cariñosos de parte del chico. Este entrelazó sus manos en respuesta y apoyó su cabeza sobre la del menor, sin borrar en ningún momento la sonrisa de sus labios, acariciaba sus manos con delicadeza mientras volvían, ambos, la mirada hacia el horizonte, susurrando pequeños e inaudibles "te quiero" que solo ellos podían escuchar. Se reían entre dientes, solo para ellos, en su pequeño mundo en el cual solo había sitio para ellos dos, de las palabras pasaron a pequeños besos entre risas y sonrisas que daban a conocer cómo estaban hechos, por completo, el uno para el otro.

Pol se acercó a donde Arm llevaba rato sentado, estaban algo más apartados del resto, habían conseguido deshacerse de Tanakhun hacía un par de minutos y habían decidido dedicarse un tiempo para ellos, quizás encerrarse también en su pequeña burbuja. El más alto trajo algo para comer y se sentó al lado de su pareja, ambos se sonrieron antes de que Pol dejara la comida delante de ellos, un poco de la única sandía que no había sido bañada en alcohol. Ambos rieron al recordar cuándo fue la última vez que bebieron tanto que al día siguiente apenas podían levantarse, negaron con la cabeza antes de apoyarse en el otro, sus manos se entrelazaron de forma vergonzosa, temían ser descubiertos por alguno de sus jefes, aunque su relación ya fuera pública preferían mantenerse a escondidas como habían hecho durante todo ese tiempo.

"Sabes que te quiero, ¿verdad?" La voz de Pol rompió el silencio que había entre ambos, haciendo que Arm se incorporara correctamente para poder mirarlo a la cara y sonrió, asintiendo con la cabeza y repitiendo las mismas palabras que el más alto había dicho. "Sabes que te quiero, ¿verdad?" Pol no pudo evitar reír y asintió con la cabeza, sin borrar la sonrisa de sus labios. Rieron ante la situación y juntaron sus labios en un beso que duró más de lo que habían pensado, la mano de Arm se deslizó por la cintura de Pol, mientras que la mano libre del más alto se aferró al cuello del otro. Pero su momento de intimidad fue rápidamente interrumpido por Tanakhun, el cual asomó la cabeza por detrás del hinchable saludando a los dos chicos.

El mayor había estado durmiendo en el castillo cuando finalizó de beber más de las copas que su cuerpo podía tolerar. Los dos guardaespaldas sonrieron y se hicieron a un lado, dejando que Tanakhun se sentara entre ellos, la sonrisa que se había dibujado en sus labios cuando había visto a los dos chicos tan cómodos les había hecho querer que pasara un rato con ellos, se habían acostumbrado a que los interrumpiera de forma escandalosa, era extraño verlo con esa sonrisa de "padre orgulloso" por lo que querían que se sentara con ellos y terminaran de pasar el rato.

Tem había acompañado a Jom al coche después de que este se pusiera en modo cariñoso con todo el mundo, se había cansado de escucharlo llorar por lo solo que se sentía por no tener una pareja como su mejor amigo, por lo que había optado por llevarlo a dormir antes de seguir escuchando el drama de su parte, Tem no quería escuchar más sobre el amor, no ahora. Una vez dejó al más alto durmiendo en el coche, se sentó al lado de este, escondido del resto del mundo, o eso era lo que él pensaba y deseaba, ya que escuchó los pasos de alguien acercándose a su posición. Fingió estar dormido, pero cuando escuchó la voz de Time se levantó de golpe, era la persona a la que menos quería ver y no sabía cómo había conseguido reunir el valor para venir e intentar establecer una conversación con él. El más alto se disculpó y Tem escuchó sus palabras sin levantar la mirada del suelo, no iba a contestar, por lo que simplemente dejó que el otro expresara sus ideas antes de mirar hacia donde estaban los demás, llamando a Porsche para comentarle que sería mejor volver a casa, era tarde y la mayoría ya estaban medio dormidos.

Time suspiró al ver que el otro ignoraba su reacción y se limitó a subir al coche cuando empezó a ver que el resto se acercaban a ellos para colocarse en las mismas posiciones que al venir a la playa, miró a Tay, esperando que este decidiera subir con ellos, pero el rubio aceptó el casco que le tendió Macao y subió a la moto de nuevo, apoyándose en la espalda del pequeño. Time apretó los dientes de nuevo, entrando de malas maneras en el coche y colocándose los cascos para evitar escuchar a nadie y a nada, Tem imitó su gesto y también puso música en sus orejas para intentar desconectar del ambiente.

Porsche visualizó la escena de Kim y Che, los cuales seguían durmiendo en el coche que era conducido por ellos dos, hicieron el cambio con Pol y Arm, de esta manera se aseguraban que los dos menores seguirían durmiendo durante el camino de vuelta. Aunque nadie tenía el ambiente de fiesta en el cuerpo a esas horas de la madrugada, por lo que los viajes de vuelta fueron completamente en calma y tranquilidad, en una paz que solo ellos podían notar.

-Moon & Time<3

KinnPorsche cortosWhere stories live. Discover now