Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]

2

Ubbe aparece, apartando a su hermano, mientras Björn levanta en sus brazos a Frida. Ambos hermanos también están preocupados, y desesperados por ese hecho.

—Tienes que irte ya —dice el mayor, mientras Ubbe ayuda a Ivar a subir a un caballo.

Apenas él está listo, Björn sube a Frida al caballo también, dejándola justo sobre las piernas del chico, así él tendrá mayor control. 

—¡Ya! —Ivar ni siquiera agradece, sus hermanos saben que él lo hace, pero ahora sólo le interesa Frida.

Él va lo más rápido que puede, mientras los vikingos celebran la victoria. Él está concentrado en el camino, y a veces baja la mirada para verla. Frida se queja, la espada no ha sido retirada, todos saben que quitarla significa la muerte segura, él no quiere que ella muera, aún no es llamada por los dioses. De pronto teme que su padre, después de todo ese tiempo, necesite a alguien para ayudarlo a llegar al Valhalla. Entonces la chica comienza a perder el conocimiento.

—Frida, no —dice al notar que las manos de su novia buscan la empuñadura de la espada, para retirarla y terminar con ese dolor, pero no tiene fuerza para hacerlo.

Ella no se sujeta, quién lo hace es Ivar. La cabeza de la chica está sobre el hombro de su novio, ella se encuentra sentada de lado, moviéndose por el cabalgar rápido del caballo.

—Te amo Ivar, pero ha llegado mi momento. Los dioses me llaman.

—Si los dioses te quisieran con ellos, te habrían asesinado rápido, sin posibilidad de salvarte. Deja de luchar.

Son los 30 minutos más largos de la vida de Ivar. Cabalgando y rogando a los dioses que no se la lleven. A los 20 minutos Frida pierde la conciencia, Ivar no puede detenerse para averiguar si su novia ha muerto, o se ha desmayado. Las lágrimas no evitan salir al verla inconsciente, pero si sigue viva, debe apresurarse. Jamás se perdonaría si ella muere en sus brazos.

Al llegar al campamento, Helga es la primera en verlos.

—¡No sé si ha muerto, o si sigue viva! —grita Ivar al verla, Helga enseguida pide ayuda a otras mujeres, quienes bajan del caballo a Frida.

Meten el cuerpo de esa chica a una de las tiendas designadas para los enfermos. Ellas se mueven rápido. Adoran a Frida, todas las chicas ahí tienen historias con ella.

—¿Qué pasa? —Ivar entra arrastrándose, a esa tienda, de una forma desesperada.

—Está viva —son las palabras que le dan aliento, al menos mientras sube a otra camilla, justo a un lado de donde su prometida está siendo atendida—. Pero no sabemos qué puede pasar después.

Helga pone a calentar un cuchillo al fuego, mientras las otras mujeres preparan ungüentos.

—Puedes esperar afuera por los demás, si qui... —Helga no termina de decirlo cuando Ivar interrumpe.

—Me quedaré aquí, por favor déjame estar —Helga no puede negarse, sólo asiente.

Ivar nota que esas mujeres quitan con cuidado, y de una forma rápida, esa ropa, rasgándola. Mientras ese torso queda al descubierto, él nota pequeños rasguños en esa piel, pero es terrible ver esa escandalosa espada atravesando un costado del abdomen. De pronto, examinan la herida, y Ivar puede ver ese rostro descansando.

Su estómago da vueltas, ella no puede morir, aún no. Los dioses saben que él la necesita más de lo que ellos pueden hacerlo. Y le ruega a su padre hablar con Odín, y suplicarle que no se la lleve, ella será una gran escudera, ayudará a los vikingos a conquistar tierras para los dioses.

Entonces ya no le interesan esas lágrimas incesantes, el miedo se ha apoderado de él, no le interesa nada más que verla bien.