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Apenas esas palabras son audibles, y los sobrevivientes comienzan a huir de sus contrincantes, Frida se deja caer al suelo, demasiado feliz y exhausta por ese combate

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Apenas esas palabras son audibles, y los sobrevivientes comienzan a huir de sus contrincantes, Frida se deja caer al suelo, demasiado feliz y exhausta por ese combate. Con lágrimas de felicidad llora, mientras Hvitserk se arrodilla para compartir su sentir con ella.

—Me salvaste la vida Frida —habla él, apenas puede hacerlo por las emociones—. Estaba ahí tirado y lograste salvarme mujer. Te debo todo, te debo la vida.

—Si pudiera te besaría en este momento —confiesa la chica sonriente. Entonces aparece Ivar en su carruaje. 

—¿Están bien? —Frida enseguida niega, mostrando su pie con la daga.

—Creo que me dieron —dice bromeando. Ivar lo encuentra tierno—. Y Hvitserk sangra de la cabeza, tal vez tiene una contusión.

—Vamos —señala Ivar el carruaje. Hvitserk levanta a Frida y la sube a dónde Ivar le indicó, el chico sube del otro lado y enseguida el menor de los hermanos comienza a avanzar, directo para llevarlos por atención.

Ocasionalmente voltea para ver a Frida, quién desesperada se quita todo ese armamento que siempre ha dicho le estorba. Está orgulloso de ella, y de su hermano también. Ambos pelearon como nunca, y al mismo tiempo tiene un poco de envidia por los dos, quisiera poder hacer lo mismo, pero esa mañana sus ojos estaban muy azules, y tanto Frida como Hvitserk le dijeron que si combatía dormiría con los cerdos durante una semana, y que él debía estar lejos para visualizar todo y ordenar de forma más clara y precisa el momento en que cada tropa entraría.

Apenas llegan al campamento, Hvitserk ayuda a Frida a llegar a una camilla, y son atendidos de inmediato, mientras Ivar observa a su novia desde el umbral de la puerta, siendo saludada, cuestionada y admirada por las mujeres ahí. Hvitserk también está feliz por esa escena de ella siendo tan querida. A él sólo le cosen un poco la herida que estaba sangrando, y limpian la sangre que salía por ella, justo en la cien. Se siente bien, está cansado, pero es normal.

Frida continua ahí. La chica grita cuando pasan un cuchillo extremadamente caliente para desinfectar el lugar y parar el sangrado. Todos comprenden su dolor, pero pronto es untada en esa crema especial, y después vendada. Puede caminar, pero no apoyar ese pie por completo. Entonces el ejército regresa, pero no tan felices como esperaban, cargan los cuerpos de los fallecidos más queridos y reconocidos, entre ellos destaca el de la reina Astrid.

Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora