9

628 50 2
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Apenas él da un paso a ella, Frida se levanta, buscando un balde para vomitar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Apenas él da un paso a ella, Frida se levanta, buscando un balde para vomitar. Sigurd se acerca para sostener ese rubio cabello que podría ensuciarse.
Apenas ella termina, se sienta a un lado de ese maloliente balde.

—No debías hacer eso, Ivar lo tenía bajo control. Frida yo...

La chica se acerca a él para abrazarlo, y al mismo tiempo hacerlo callar. Eso le funciona. Lo siguiente que siente son las calientes lágrimas cayendo y mojando su camisa, ella solloza. Ivar va a buscarla, pero, al escuchar que está con alguien, decide permanecer afuera, escuchando y echando un vistazo para descubrir que se trata de Sigurd.

—Hey Fri, no llores.

Él la levanta en sus brazos, para llevarla hasta la cama y sentarla ahí. Él se mantiene acariciándola, esperando a que se calme. Después de unos minutos ella puede respirar.

—No se supone que una mujer proponga los castigos, menos que los realice. ¿Cierto? Los dioses nos castigarán por mi culpa. Si no regresamos a Kattegat será por mi culpa. Molesté Odín. Soy una idiota.

—No lo sé, no soy intérprete de los dioses, sólo sé que todos están sorprendidos, impactados por ello. Todo estará bien. ¿Sí? Creo que era dictamen de los dioses que hicieras eso, nadie dijo algo. Tus razones son buenas, creo que los dioses estarán de acuerdo con eso.

Frida levanta la vista, para encontrarse con esos poderosos ojos de Sigurd.

—¿Realmente lo crees?

—Ni siquiera Floki lo detuvo, él es más cercano a los dioses.

Ella le sonríe, por ahora esa razón la convence. Sigurd acaricia ese rostro perfecto y tierno, demasiado femenino, sujeta esa nuca y se deja llevar. Frida, en cuanto lo siente cerca, retrocede.

—Lo siento —dice Sigurd apartándose— soy un imbécil.

—Sigurd —Frida sujeta la mano de ese chico—. En verdad amo a Ivar. Yo no soy la única chica en el mundo, encontrarás a alguien, compartirás tu vida con ella. Perdóname, pero no puedo corresponder tu amor. Te aprecio, pero eres cómo un hermano para mí.

—Ivar es muy afortunado —dice él, desanimado.

—Los dioses ya han marcado nuestro destino. Es probable que esto que te atormenta sea una fortaleza más adelante. Para cada uno de ustedes habrá gloria.

—¿Puedo abrazarte? —la chica se acerca a abrazarlo, al separarse ella sonríe.

—Gracias por venir, no sé si podría decirle a Ivar cómo me siento por lo que hice.

—¿Por qué no?

—No quiero decepcionarlo. Lo que hice le gustó demasiado, creo que se sentía orgulloso de mí, y yo me sentí así de mí misma, pero al terminar sentí lo mismo que tú. Esa no soy yo.

—No eres tú, pero hiciste lo correcto. Si eso detendrá a cualquiera que quiera hacer lo mismo contigo, fue lo mejor.

Ella le sonríe. Ivar enseguida decide entrar, fingiendo no saber que han estado hablando, luciendo sorprendido.

—¿Todo bien? —ambos asienten. Sigurd se levanta para salir, su hermano le da una mirada molesta y celosa, que sólo Frida reconoce.

—Los dejo solos —Ivar se arrastra hasta sentarse al lado de su novia. Sabe que su hermano sería capaz de traicionarlo, la chica frente a él no. Lo ama de verdad.

—¿Qué quería el rey Harald? —cuestiona poniendo uno de esos rubios mechones detrás de esa oreja. Ella está confundida.

—¿Qué?

—Cuando terminaron de revisarte te habló. ¿Qué quería?

Frida lo recuerda, sonríe por hacerlo, eso le parece tierno a Ivar.

—Proponerme matrimonio —ella lo dice como si no fuera nada, y lo es para ella que ha estado rodeada de propuestas desde que comenzó a menstruar: 13 años—. Tiene la intención de ser rey de Noruega.

—Ese maldito quiere traicionar a mi padre, y todo por lo que ha luchado —Frida acaricia las mejillas de Ivar, haciendo que esos puntos tensos de su rostro se relajen.

—No es rival para los hijos de Ragnar —él sonríe, pero no deja de darle vueltas a un asunto:

—¿Por qué no me traicionas con alguien que pueda satisfacerte?

—Tú me satisfaces...

—Pero tenías propuesta de Ubbe, incluso Björn te prometió dejar a Torvi si te casabas con él, Sigurd te adora. Pero me elegiste a mí, un pobre lisiado que... 

—Te amo. Tienes un potencial enorme, y ni siquiera tú imaginas su inmensidad. Y yo quiero estar a tu lado mientras lo descubres y lo desarrollas. Se lo dije a Harald, y te lo diré a ti: serás más grande que Ragnar, es tu destino Ivar.

El chico se acerca con intención de besarla, ella se retira.

—Lo siento, recién he vomitado. Iré al río a ducharme.

—Voy contigo —sonríe Ivar.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Where stories live. Discover now