64

217 14 0
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.




Al día siguiente Ivar no está. Ya no es extraño, ella se viste y arregla para salir de ese lugar, lista para preguntar por el desayuno, cuando se encuentra a Hvitserk.

—¿Cómo está Margrethe? —él sonríe, le gusta que ella esté interesada.

—Durmió demasiado, y también comió mucho. Le di una ducha, pero está un poco perdida, no puede formular oraciones coherentes.

—¿Está loca? —pregunta ella, inocente.

—Vamos, no la llames así, tengo suficiente con Ivar diciendo cosas horribles de ella.

—Lo siento Hvitserk, no sabía que te importaba tanto, pero me alegra que te importe de verdad, esa pobre chica no tiene a nadie. ¿Dónde pasaron la noche?

—En una vieja cabaña que Floki y yo construimos hace unos años. Era secreta, pero pude volver a trabajar en ella, y ya está lista. ¿Quieres venir? Tal vez a Margrethe le guste verte —Frida sonríe, tiene hambre, pero le entusiasma la idea de ver ese logro de Hvitserk.

—Vamos, pero tú me ayudarás si ya no puedo caminar —Hvitserk está emocionado, sonríe y comienzan a caminar. Él la lleva hasta su caballo y ambos se marchan en él, cabalgando.

Frida nota que ese lugar está demasiado oculto y confuso, por no tener un camino marcado, aunque es fácil llegar una vez que identifica la locación. En 10 minutos cabalgando logran llegar.

—Que acogedor —es la primera impresión que Frida tiene del lugar. Hvitserk baja del caballo y después la ayuda.

—Espera a entrar.

Ambos caminan, apenas Hvitserk abre la puerta, Frida ve lo lindo que ha quedado ese lugar, a pesar de ser pequeño. Es realmente un hogar, así lo parece. Entonces ve a Margrethe debajo de la mesa, meciéndose de un lado a otro, enseguida Hvitserk va a sacarla de ahí. Esa escena conmueve a Frida, y puede ver el estado terrible en el que está la chica.

—¿Es Frida? —cuestiona, centrando esos ojos azules en esa chica.

—Así es —Margrethe se suelta de Hvitserk y corre para abrazar a Frida. Eso es sorpresivo, ella la abraza fuerte, Frida siente ternura por ese gesto. Entonces Margrethe la suelta rápido, para verla directo a los ojos.

—Tú nunca me quitaste a Ubbe, siempre fuiste buena conmigo. La zorra de Torvi me quitó todo lo que construí. Tú me respetas. ¿No es así? —Frida asiente, Margrethe le dedica una sonrisa sincera.

—Ven —interviene Hvitserk, tomando a la chica por los hombros y llevándola a otra habitación—. Debes descansar. ¿Te has comido lo que te preparé?

—Si, pero no sabía muy bien.

—Me quedaré contigo para que duermas. Yo debo ir a Kattegat, iré por la comida para al rato.

—¿Podrías traerme un bonito vestido? Sólo tengo esto.

—Me encargaré de que tengas todo lo que necesitas —la chica ya está en la cama, cubierta con las mantas mientras Hvitserk la acaricia y la abraza, recostándose a su lado.

—Siempre has sido bueno conmigo, gracias.

Frida le sonríe al chico, él hace lo mismo. Ella se mueve para dejarlos solos, y explorar el proyecto de Floki y Hvitserk, que ha llegado a su fin. Apenas Margrethe se duerme, Hvitserk sale de la habitación, dejándola sola. No hay rastros de Frida, hasta que él sale y la encuentra cerca del río que corre a unos metros de ese lugar.

—¿Te gusta Margrethe? —interroga Frida al chico, aunque ella sabe la respuesta.

—A mis hermanos y a mí nos parecía atractiva. Tengo mi historia con ella, pero ahora creo que sé porque Ubbe la dejó, ella está afectada.

—Lo lamento Hvitserk, es una buena chica.

—Lo es —dice él, ambos están serios, algo tristes.

—Vamos a Kattegat. Preparemos algo lindo para Margrethe, traigamos vestidos, joyas, cosas para distraerla —Hvitserk ve lo mucho que esa tarea le emociona a Frida, ve ese brillo en esos ojos, y esa sonrisa enorme. Él se contagia por ella.

—Vamos —apenas ellos comienzan a caminar, de vuelta al caballo, Frida habla.

—Tu casa es realmente preciosa, me encantó. Tendrás un problema para sacarme de aquí, probablemente trasladaré el Gran Salón para tu hogar —él suelta una risita, para enseguida ayudar a Frida a subir al caballo.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Where stories live. Discover now