60

255 17 1
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Ivar no va a regresar —habló Aslaug a Frida, tratando de endurecer la voz y manteniendo la compostura

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


—Ivar no va a regresar —habló Aslaug a Frida, tratando de endurecer la voz y manteniendo la compostura.

—¿Qué? ¿Por qué? —Frida estaba desconcertada, no le gustaba el aspecto de Aslaug al decirlo.

—Lo vi ayer, en una visión. Está muerto —Frida se negaba a creer, esas palabras eran dolorosas, tan sólo imaginarlo era terrible—. Él ha muerto Frida, se ha unido a los dioses, junto con su padre.

—Eso no es cierto Aslaug. Por favor dime qué no —Frida comenzó a llorar cuando la mujer lo hizo también. La reina se acercó para abrazar a la chica, mientras ella se refugiaba en esos brazos. Ambas se consolaban, porque amaban a Ivar.

—Está hecho pequeña, pero no tienes por qué sentirte mal, yo se lo advertí, él quiso ir de todas formas.

—¿Lo sabías antes de que se fuera? —Frida se separó de Aslaug, para verla a los ojos y limpiar sus lágrimas, comenzando a sentir rabia contra ella—. ¿Por qué no lo detuviste? ¿Por qué no me lo has dicho? Jamás le habría permitido ir.

—¡Basta Frida! —la mujer levantó la voz, intentaba hacerla razonar, la chica no tiene otra opción más que escuchar a la que ha sido su madre por esos últimos tres años—. Ivar me pidió que no te lo dijera, él tenía tantas ganas de ir, que no quería que tú lo supieras. Yo lo dejé ir porque Ivar ya no es un niño, no lo ha sido desde hace mucho tiempo, y si los dioses lo quieren con ellos, se lo llevarían de esa o cualquier forma.

Frida sentía que todo le daba vueltas. No volvería a ver a Ivar, eso era todo. Ella sabía sobre el don de Aslaug, este nunca había fallado.

—Y lo dejé ir porque si se quedaba aquí, sería peor para él... y para ti.

—¿Qué? —Frida aún no comprendía mucho. Aslaug tomó a Frida de la mano, y la llevó a sentarse frente al fuego, para calentarse ambas.

—Eres una bendición para los Lothbrok, para cualquiera que tenga la dicha de estar contigo, para todos menos para Ivar —Frida escuchaba con atención, estaba en shock—. He visto la forma en que se observan, como se hablan, como lo has tratado desde siempre. Y hace algunos meses los vi, sé que se ocultaban de mi porque estaban enamorados. 

—¿Por qué es malo? —ambas intentan contener ese llanto provocado por la idea de perder a Ivar. 

—Años atrás fui con el vidente —Aslaug sujeta las manos de esa chica, quién tiembla y no puede dejar de llorar por la terrible noticia que involucra a su amado, pero también está interesada en lo que la reina le dice—. Le pregunté sobre si tu destino es ser la esposa de uno de mis hijos. Él contestó que sí, pero yo he visto que tu unión con Ivar traerá calamidades, desatará horrores, para Kattegat, y para ustedes dos. Por eso he alejado a Ivar de ti, y te he intentado casar con Ubbe. Sin embargo, yo sé que el amor entre tú y Ivar era más fuerte que nada más en este mundo, y te agradezco por amar así a mi hijo, estoy segura de que él te amaba también, tanto como tú, pero los dioses no quieren que tú sufras, por eso te han protegido con su muerte, y al mismo tiempo, también lo han protegido a él.

Frida comenzó a llorar aún más. ¿Por qué los dioses se llevaban a su Ivar? Aquel con el que pasaba noches enteras observando las estrellas, hablando de todas las veces que intentaron besarse, pero no se atrevían porque no sabían si era mutuo, o sus largas discusiones para crear estrategias que volvieran a Kattegat más próspero y seguro, o las veces en que Frida lloraba recordando a su madre y a su padre, y Ivar se mantenía abrazándola, prometiendo que no la dejaría sola, o cuando discutían porque Ivar no podía tener erecciones y él se sentía inútil, y ella se molestaba porque él pensara que ella merecía algo mejor.

—¿Qué habría pasado? —cuestionó ella, en un intento por convencerse de que los dioses habían tomado la mejor decisión alejándolo de ella. 

—Ya no importa, querida —Aslaug se acercó para abrazarla, derramando lágrimas de dolor por verla tan mal, y por la pérdida de su hijo menor— no tiene sentido conocerlo, porque no pasará. Ivar ha muerto, sé que te duele tanto como a mí, pero los dioses lo decidieron así.

 Ivar ha muerto, sé que te duele tanto como a mí, pero los dioses lo decidieron así

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Where stories live. Discover now