68

215 17 1
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Frida intenta gritar, es imposible porque Margrethe aplica toda la fuerza que tiene

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Frida intenta gritar, es imposible porque Margrethe aplica toda la fuerza que tiene. La ahora reina comienza a arañar y golpear las manos de la chica, pero esto no la detiene. Entonces Frida comienza a intentar aflojar ese lazo sobre su cuello, pero es inútil. Sube los pies a la mesa, quiere patear lo que está ahí, para hacer ruido, pero los vestidos apenas suenan cuando caen todos juntos. Frida comienza a ver borroso y perder la consciencia. Entonces patea la mesa, derribándola y causando un gran estruendo. Hvitserk no aparece. Lo último que ella hace es tomar impulso para dejarse caer sobre la silla. Lo logra, pero apenas tiene tiempo para arrastrarse, Margrethe, sube sobre ella y vuelve a asfixiarla.

Entonces Hvitserk aparece, apartando rápido a Margrethe de Frida. La chica no distingue lo que ambos gritan. Los dos desaparecen. Y al poco tiempo Hvitserk toma en sus brazos a Frida, para sentarla de nuevo en la silla. Hvitserk la revisa, Frida apenas puede distinguirlo, mientras intenta recuperar el aire. El chico opta por sacarla de la casa, llevarla hasta el río y ahí mojar un poco su cara. Todo ese aire hace que ella comience a recuperarse.

—¿Cómo te sientes? —él está preocupado y avergonzado.

—Duele —es lo único que puede formular la chica.

—Debo llevarte a Kattegat para que te revisen —la chica niega, sujetando la mano del chico, ahora más consciente.

—Estaré bien. Sólo dame unos minutos —Hvitserk revisa el cuello de la chica.

—Te va a dejar marca, al menos unos días —Frida maldice.

—No sé cómo lo ocultaré de Ivar.

—Lo siento Frida, no debías pasar por esto, no debí dejarte sola.

—Basta de lamentarse, estaremos bien Hvitserk, no te preocupes por Margrethe, estará bien.

El chico sonríe, y la abraza. Frida sabe que una de sus más grandes preocupaciones es lo que podría pasarle a Margrethe por eso. Más tarde, ella regresa a Kattegat cuando ha encontrado la forma de que esa fea marca en su cuello no sea visible, cubriéndola con una capa. Es cuando entra al Gran Salón.

—Los encontramos planeando un botín contra el reinado —dice uno de los guardias de Ivar.

—¿Mi reinado? —cuestiona Ivar, realmente sorprendido—. Apenas llevo un par de semanas.

—Este reino fue usurpado —dice uno de los hombres.

Frida ha llegado, y justo eso es lo último que ha escuchado. Por lo que no duda en entrar al Gran Salón.

—¿Qué pasa? —cuestiona ella extrañada, no es hora de resolver asuntos.

—Ve a ducharte linda —manda Ivar a Frida—, iré a la habitación en un momento.

—Puedo ayudarte Ivar. Confía en mí —Ivar sonríe, le permite quedarse con una sonrisa.

—Por favor suéltenlos. Vamos a hablar —los guardias están sorprendidos, igual que los dos hombres arrodillados y golpeados frente a ellos. Ivar asiente, así que ellos se levantan.

—¿Qué ocurre? —vuelve a preguntar Frida a los hombres.

—Ivar tomó el poder a la fuerza, no le pertenece —a Ivar le molesta eso, por supuesto, pero quiere que Frida se encargue, sabe que ella es más razonable.

—Entiendo que no estén de acuerdo con este reinado. Pero Ivar luchó por Kattegat, nosotros peleamos y resultamos vencedores, creo que lo merecemos. Lagertha, Björn y Ubbe huyeron, abandonaron este lugar. Si lo hubieran querido tanto se hubieran quedado, y luchado contra nosotros, cuerpo a cuerpo.

Los hombres parecen relajarse, hablar con Frida no los tiene con los nervios de punta, ni exaltados. La paz con la que ella habla logra contagiarlos.

—Ustedes no habrían tenido oportunidad contra ellos —comenta el único hombre que ha hablado.

—Si no la hubiéramos tenido. ¿Por qué abandonaron Kattegat? Incluso si ellos se hubieran quedado, habrían tenido nuestro respeto, pero no fue así. ¿Realmente el problema es que Ivar esté a cargo? Algún día sería rey de Kattegat, los dioses han permitido que sea ahora.

—Estos no son mandatos de los dioses.

—No puedo hablar por los dioses. Lo que yo dije es que ellos lo han permitido, también han hecho posible que su botín sea descubierto. Al parecer, los dioses desean que Ivar continúe siendo rey. ¿No les parece así? —un pequeño silencio se instala entre los dos.

—Frida, te aprecio demasiado —dice el hombre que no ha hablado—, conocí a tus padres, éramos buenos amigos. Y todos aquí sabemos que tú algún día serías reina, pero no creemos que sea el momento. Ambos son los reyes más jóvenes que Kattegat ha tenido, no creemos que tengan experiencia para gobernar.

—El rey Ivar y yo hemos crecido demasiado cerca a los asuntos del reinado, no creemos que el trabajo nos sobrepase. El rey llevó a la victoria al Gran Ejercicio, el propio Floki lo consideraba un genio; fue capaz de derrotar a las fuerzas de Lagertha, Björn y Ubbe; está demasiado capacitado para cuidar de Kattegat y su gente. Lagertha sacrificó a cientos de hombres y jóvenes, sólo por el capricho de tener lo que todos creían le pertenecía, pero a pesar de lo mucho que todos la aman, deben aceptar que los dioses han permitido otro destino, y que Aslaug era la reina, Lagertha es la verdadera usurpadora. Después de que esa mujer tomó el poder, Kattegat comenzó a ser atacado tantas veces, que deben agradecer que haya sido Ivar quién esté al poder, y no alguien lejano a Kattegat, como el rey Harald.
Si dejamos a un lado los sentimientos, y usamos la razón, Kattegat está en manos competentes. A pesar de eso, el rey Ivar y yo hemos planeado tener consejeros, personas mayores que nos ayuden a solucionar, investigar, viajar, tomar decisiones. Basta de que Kattegat sea gobernado por una sola persona, si integramos a más, nuestro reinado será el primero que considere a cada habitante, desde un recién nacido hasta una mujer moribunda. Las cosas van a cambiar, han cambiado, pero lo harán en el mejor interés de todos. Sólo permitan que lo intentemos, y les prometo que ambos, por su experiencia, valentía, sabiduría y habilidad, serán los primeros que consideraremos para ser consejeros, gozando de privilegios por sus servicios a Kattegat.

Ivar está sorprendido. Los dos hombres no hacen otra cosa más que sonreír, están satisfechos con eso, demasiado. Se lanzan para abrazar a Frida, enseguida a Ivar, y sin que se los pidan, ambos se arrodillan frente a los reyes.

 Se lanzan para abrazar a Frida, enseguida a Ivar, y sin que se los pidan, ambos se arrodillan frente a los reyes

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Where stories live. Discover now