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—Nos haría muy felices celebrar una boda tan importante aquí —Frida sonríe agradecida, esperando por la respuesta de Ivar, quién la observa enternecido, y tan enamorado como está.

—Créame que no podemos esperar a casarnos, el tema está presente antes de ir a dormir, pero creo que ambos tenemos un gran amor por Kattegat, a veces somos muy tradicionales —Ivar busca la mano de Frida por debajo de la mesa, apenas la encuentra la chica se impacta por tal acto, pero la sostiene fuerte, dando caricias suaves a la mano de su prometido—. Estoy seguro de que hablo por los dos cuando agradezco su amable propuesta, pero la rechazamos.

—Vamos Frida —habla Astrid—, es hermoso. Pero el rey Harald me ha hablado de lo mucho que apreciaba a tu padre, y te aprecia a ti, así que al menos déjanos regalarte tu vestido de bodas.

Frida observa a Ivar, ambos con ese brillo en los ojos tan característico de las parejas perdidamente enamoradas, todos en la sala pueden verlo, y sienten envidia de que ese sentimiento tan especial sea mutuo.

—Claro, supongo que, si queremos ser la primera boda en Kattegat tras nuestra victoria, debemos tener todo listo —sonríe la chica.

—No se diga más —habla el rey feliz, atrayendo la atención de todos a él—. Hoy mismo daré la indicación a mis costureras, te harán el vestido más hermoso que se haya visto en cualquier boda. Será hecho a tu medida y al gusto de ambos.

—Bueno —la enorme sonrisa que Frida muestra es genuina—, en verdad agradezco mucho el gesto, no sé cómo podré agradecer todo lo que están haciendo por nosotros.

—Es un placer, querida.

Por la tarde, Frida juega ajedrez con el obispo.

—¿Cómo son los vestidos que usan las mujeres sajonas para sus bodas? —ella hace su movimiento, esa pregunta distrae al sacerdote, parece concentrado en el juego, pero no lo está.

—Son elegantes, siempre deben ser blancos, algunos son demasiado sencillos, otros son enormes, con pequeñas piedras brillantes pegados a ellos, normalmente tienen una cola que arrastra por el suelo tras su caminar, son discretos y largos, hasta el suelo.

Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Where stories live. Discover now