Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]

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Al estar en la habitación, Ivar se acerca, levantando las mangas de esas prendas, notando las marcas que Frida quería ocultar. Él está molesto, furioso.

—¿Qué ocurre? ¿Fue algo que dijo el sacerdote? —ella no sabe cómo lo ha descubierto. Ivar grita de impotencia, su rostro está rojo.

—¡Ubbe te vendió!

—¿Qué? —Frida no lo comprende.

—¡La razón por la que Ubbe y Hvitserk regresaron, después de hablar con los sajones, es porque el traidor les dijo quién eres, y lo que significas para mí!

—¿De qué diablos hablas? —Ivar está demasiado molesto. Frida se acerca, guía a Ivar hasta la silla y lo sienta ahí, enseguida ella sube para sentarse sobre su regazo—. Necesitas relajarte.

La chica ayuda con un poco de inhalación y exhalación, hasta que él es capaz de hablar sin necesidad de gritar.

—Fui con el sacerdote. Él me dijo que tú ya debías estar siendo torturada por el rey Aethelwulf. Pregunté cómo sabía de ti, me dijo que por Ubbe, fue el precio de su liberación. Le pidieron algo que pudiera derrotarme, y les habló de ti. Maldita sea, te permití pelear, sin saber nada de esto. ¿Y si te ocurría algo? —Ivar ahora llora, sin poder ver a los ojos a Frida—. No fui capaz de mantenerte a salvo, soy un idiota...

Frida sujeta el rostro del chico y lo besa, lo hace como siempre, lento y tranquilo, esto logra calmarlo. Ella ahora comprende la razón por la que querían capturarla.

—Estoy contigo, aquí y ahora. No lograron llevarme.

—¿Por eso esas marcas? —Frida asiente.

—Hvitserk me salvó. Me sujetaron por las manos y me subieron a un caballo. Estoy bien, estaremos bien. No pienses en lo que pudo pasar. Disfruta tu victoria, Ivar —el chico le sonríe y sólo la abraza.

—Ahora le debo a Hvitserk mi vida —ella sonríe.

—Me agradó que lo hiciste sentir importante hoy, él lo es. Deja de comportarte como una mierda con él.