109

347 9 8
                                    

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Después de su noche de bodas, Ivar está en ese trono, viendo a la nada, reflexionando sobre lo que ha hecho y lo que hará

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Después de su noche de bodas, Ivar está en ese trono, viendo a la nada, reflexionando sobre lo que ha hecho y lo que hará. Freydis lo encuentra ahí, demasiado concentrado. Ella no es idiota, sabe exactamente lo que provocó. Algunas cosas no las planeo, pero todo ha salido perfecto. Ivar es más torpe de lo que ella pensaba.

—¿Qué ocurre amor mío? —cuestiona Freydis, arrodillándose frente a él.

—Puedo ser totalmente sincero contigo, Freydis. Estoy agradecido por lo que has hecho por mí, me has hecho ver que estoy marcado por los dioses, y soy uno de ellos. A pesar de eso, me duele no tener a Frida conmigo. Sé que era necesario, pero ella iba a tener a mi hijo, y estoy demasiado confundido, porque tú también tendrás a mi hijo. Tal vez era necesario, tal vez así debía pasar, pero la amo, y la seguiré amando hasta el final de mis días. Su muerte me ha dolido con el alma. Nunca superaré a Frida.

—No me interesa Ivar, mi dios, sólo quiero servirte, es lo que mereces. Entiendo que la ames, pero eso no me impide que yo te ame, porque lo hago, te amo y te adoro con todo mi corazón. Tienes mi devoción, y toda esta gente debería de temerte. Comprendo todos los esfuerzos que hiciste por buscar a Frida, son señal de tu amor. Pero es obvio que, si no la encontraste en la casa de Hvitserk, no la ibas a encontrar en ningún otro lugar.

—¿Qué? —lo último deja pensando a Ivar.

—Frida sólo iría con Hvitserk a esconderse, no tiene a nadie más que a él —Ivar enseguida se levanta de la silla, y le pide a sus guardaespaldas que reúnan a todos los hombres que se unieron en la búsqueda de Frida. En algunas horas se reúnen todos.

El rey, algo alterado, exige que le hablen de cada uno de los lugares que recorrieron buscando a Frida. Después de obtener el informe, cuestiona.

—¿Alguien sabe dónde vive Hvitserk? —uno grupo de hombres levanta la mano.

—Lo sabemos, pero ese lugar está maldito. Ahí vive Margrethe, ella está poseída, nadie quiso acercarse, no queremos ser malditos ante los dioses —Ivar siente que va a explotar. Todos sus sentimientos de culpa y furia contra él mismo no lo hicieron involucrarse en cada uno de los lugares que se revisaban.

—Frida no iría ahí, los dioses no querrían que ella estuviera cerca de Margrethe, quien está loca y poseída.

—¡Son unos inútiles! Tú, quédate, los demás pueden irse —todos se marchan, ese hombre permanece ahí, en el Gran Salón.

—En unas horas obscurecerá —habla Ivar a ese hombre—. Tú guiarás a mis hombres a la casa de Hvitserk.

El hombre siente terror, él sabe que Hvitserk oculta a Frida, aún no sabe si en su propia casa, pero teme que sea así.

—Así probaras tu lealtad a tu rey. ¿Entiendes? Y me servirá para que se encarguen de un asunto, que Hvitserk no tiene la intención de hacerlo.

—¿Qué pretendes cariño? —cuestiona Freydis, emocionada.

—Ya lo verás —responde Ivar con una sonrisa macabra.

Hvitserk es llamado al gran Salón. Según los mensajeros, Ivar lo necesita para recibir a unos invitados. Al estar en Kattegat, la visita se prolonga cuando Ivar embriaga a su hermano, esa es la señal para que el grupo se marche a casa del hermano del rey. Aquel hombre que los guía no tiene opción, pues no sólo peligra su vida, sino la de su familia. Todos se mueven sigilosos, y frente a ellos está la casa. Comienzan a moverse para entrar.

Frida está despierta, desea esperar a Hvitserk, y está preocupada porque hace algunas horas se fue. Por lo que, al escuchar pasos, no uno, sino muchos; ella, con un horror terrible, y temiendo por lo que puede pasar, corre para despertar a Margrethe, desesperada.

—Tenemos que irnos —pide Frida, apenas la rubia despierta y ve el terror en Frida, quien la jala, ella intenta calmarla—. Un grupo de personas viene, debemos irnos.

—Tienes que irte. Si vienen a buscarte, y no me ven, levantaremos más sospechas, y Hvitserk podría correr peligro.

—¿Y si Hvitserk me delató?

—Hvitserk jamás te pondría en peligro —se escucha enseguida como empiezan a forzar la puerta, Margrethe se levanta un poco para encararla mejor—. Sal, te matarán si te encuentran aquí, ve por atrás.

Frida no desea dejarla ahí, pero esa chica no tiene intención de seguirla, sólo le da un beso corto en los labios y se va, saliendo por una ventana, y cerrándola antes de huir al bosque.

Frida corre lo más rápido y lejos que puede, sin ver atrás, el frío pega en su piel, y las ramas y piedras se entierran en sus pies. Cuando ha corrido demasiado hasta agotarse, busca un árbol alto, ella comienza a escalarlo, y se queda ahí, recargada en una rama. No escucha algo, se alejó tanto que no le queda nada más que llorar. No tiene idea del momento preciso en que debió alejarse de Ivar, o cuando ese amor que le profesaba se convirtió en una cacería para intentar exterminarla.

 Entonces escucha el sonido de un animal, levanta la vista y ve a un gato ahí, frente a ella, observándola fijamente. Ella sonríe enseguida, ese gato se mueve, para subir sobre ella, y recostarse en sus piernas. Entonces Frida piensa en Freyja, y comienza a suplicar a la diosa que Ivar no la encuentre, mientras acaricia a ese animal.

Después de largas horas de incertidumbre y angustia, ella comienza a pensar. Eran demasiado hombres, ni, aunque hubiera intentado asesinarlos, habría sobrevivido, pero ahora piensa que ni siquiera sabe si eran personas que Ivar había enviado, o sólo hombres con intención de violar a Margrethe al creerla sola. Ahora se arrepiente de irse, habría preferido pagar ella, no dejar a esa dulce chica a su suerte. Tiene planeado irse, cuando el gato comienza a ronronear, deteniéndola por un momento más, Frida decide esperar.

Cerca del amanecer. Ese gato despierta, se aparta de Frida, y antes de apartarse, comienza a estirarse, observando a la chica, como una especie de agradecimiento por darle calor durante la noche, y un lugar cómodo para dormir. Apenas el animal se aparta de ella, Frida actua, y comienza a abajar del árbol.

Tiene miedo de regresar, pero aun así corre. Necesita saber que ha pasado ahí. Su corazón arde, al igual que su piel en contacto al frío aire, o sus pies que podrían sangrar por estar descalzos en ese ambiente hostil.

Al llegar se acerca con cuidado. No es capaz de escuchar ruido alguno. Entonces, cuando aún hay oscuridad y no puede ver muy bien, vuelve a entrar por la ventana. Descubriendo que Margrethe no está en su cama. No avanza mucho cuando visualiza algo en el suelo, una especie de mancha. Cuando descubre que es un cuerpo y se acerca, temiendo lo peor, un hombre que sale de las sombras la sujeta por detrás, amenazándola con el enorme filo de algún arma, dejándola inmóvil al momento. Frida sabe que la han descubierto.




 Frida sabe que la han descubierto

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Onde histórias criam vida. Descubra agora