02. House and college.

508 83 21
                                    

Día a día las semanas iban pasando bastante rápido para el pobre cerebro de Doyoung, quién deseaba no pensar en la maldita mudanza de la familia Suh a su hogar.

Pero inevitablemente ocurrió, logrando hacer que se sintiera nervioso y demasiado malhumorado.

No lo culpen por su mal humor, su casa se encontraba repleta de personas extrañas que tomaban sus muebles para moverlos de un lado a otro. Su habitación también había sido invadida por otros trabajadores que hacían remodelaciones para que John pudiese estar más cómodo dentro de aquel lugar.

—¡Hey! Tengan cuidado —regañó Doyoung al notar que una de esas personas había tomado su maqueta sin cuidado alguno para lanzarla a una esquina de la habitación. —Es un proyecto escolar.

En definitiva ya estaba de muy mal humor.

—Doyoung, no seas grosero —susurró Minseok como advertencia.

Los pequeños mellizos corrían de un lado a otro, riendo y gritando con total felicidad. Doyoung realmente creía que esos niños tenían demasiada energía como para soportar estar tanto tiempo de un lado a otro, le daba un poco de ánimos verlos tan contentos pero también deseaba que guardaran silencio de una buena vez.

Nunca había sido muy tolerante con respecto al tema de los niños pequeños, le sorprendían sus propios pensamientos.

—¡Robot! —gritó Chenle, deteniéndose frente a Doyoung. —¿Me cargas? —alzó sus pequeñas manitas.

El niño lo miraba con un brillo especial en sus ojitos, esperando pacientemente a una afirmación para saltarle encima.

—No.

Chenle automáticamente hizo un puchero, amenazaba con estallar en llanto justo en cualquier momento, así que Doyoung optó por alzar una ceja con la expresión más seria que se le había ocurrido en esos momentos. Cree que funcionó pues el pobre niño dejó de lado sus lágrimas para salir corriendo de la habitación.

Deseaba que ese día acabara lo más pronto posible, aún debía de hacer sus deberes del colegio y ya sentía que su cabeza explotaba en cualquier segundo por la cantidad abrumadora de personas en un solo sitio. Tenía tantas ganas de recostarse un segundo y tomar una siesta, aunque técnicamente eso sería imposible, no estaban permitidas las siestas desde que cumplió seis años.

Y así pasaron las horas hasta que la habitación volvió a verse decente, esta vez perfectamente dividida con cada cama en una esquina correspondiente y dos armarios lo suficientemente grande como para que ambos pudiesen guardar sus cosas. A ambos adolescentes no les terminaba de convencer el hecho de que sus escritorios de trabajo estaban separados por unos escasos centímetros.

Terminarían peleando por el espacio.

—Quedó perfecto —dijo Jongdae con una sonrisa, dando un par de pasos hacia atrás para observar mucho mejor la habitación. —Se ve preciosa.

Doyoung creía que era un total desastre.

Johnny solo estaba interesado en saber como ordenar su merch.

—Los pósters de One Direction y mi merch de Red Velvet están gritando por que los acomode —dijo Johnny con total comodidad, tomando entre sus manos aquella caja que decía "esto vale más que tu salario de un año" para proceder a abrirla y acomodar todo sobre la cama. —Tengo que pensar como voy a acomodar todo para que se vea bonito, las fotos en instagram tienen que salir aesthetic.

—El fanatismo de Johnny me da un poco de miedo —susurró Minseok. —¿Red Velvet? ¿De verdad esas chicas se llaman como el pastelito?

—Eso no es nada, deja que empiece a ordenar su mercancía de BTS —le dijo Jongdae entre risas. —Tan solo la caja dice "rompes esto y yo te rompo a ti".

Invasor(es)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora