27. Mom? Just... Fuck u.

331 73 8
                                    

Minseok como el padre sobreprotector que podía llegar a ser se le hacía una mala idea dejar que su hijo cruzara alguna sola palabra con la mujer que decía ser su madre. Sin embargo, sus ojitos brillaban con un poco de esperanza.

No pudo, simplemente no podía negarle eso.

—Un par de minutos —le dijo Doyoung para poder tranquilizarlo.

—Está bien —accedió, acercándose al menor para darle un fuerte abrazo. —Si algo malo sucede solo grita, vendré de inmediato. No dejes que se te acerque demasiado y, por favor, no escuches las tonterías que inventa —susurró.

—Tranquilo, lo entiendo.

El adulto salió, dejándolos completamente a solas. Aunque tampoco tuvo el valor de alejarse demasiado del lugar, manteniéndose rondando por ahí en compañía de su prometido. Los mellizos habían decidido subir a la planta alta para quedarse jugando con su hermano mayor, esto debido a que los temas que estaban tocando eran abrumadores para ellos.

Fue difícil convencer a Renjun, el quería quedarse al lado de Doyoung.

EunJi observó a su pequeño hijo, quien se encontraba ahí, de pie frente a ella, esperando cuando fuese el momento indicado para hablar. Se dió cuenta de los pequeños detalles que parecía tener; el cabello de un color negro intenso, unas pequitas casi no visibles que se expandían por todas sus mejillas y un par de lunares en posiciones extrañas. Era extremadamente raro que el adolescente se viera demasiado similar a Minseok cuando eran jóvenes.

Apostaba mil dólares a qué ese niño era callado, sensible y que sus ojos podrían trasmitir millones de sentimientos con tan solo una mirada. Tenía los labios resecos y agrietados, también una nariz peculiar y el ceño fruncido, delatando que, al igual que su padre, era un enojón de primera.

Pero también se veía como un adolescente triste, desgastado. Lo delataban las ojeras que aparecían debajo de sus ojos, así como también el vestir con colores dignos de un funeral y las claras señales de que probablemente solía morderse los labios hasta hacerlos sangrar.

Era una buena observadora.

—¿Terminaste? Deja de mirarme de esa manera, no soy exhibición de circo —reclamó Doyoung, enojado.

—Lo siento —EunJi sonrió con nerviosismo, sus ojos llorosos trataban de convencer al adolescente de que fuese más amable. —No puedo creer que te tengo por fin frente a mí. Estás tan... Mayor.

—Algún día tendría que crecer, ¿No? Creo que todos lo hacemos —respondió Doyoung sin muchos ánimos. —¿Para que venir y buscarme ahora? En primer lugar no te necesito, nunca lo hice y nunca lo haré. Cualquier cosa que quieras déjame hacerte saber que no me interesa, tampoco quiero relacionarme contigo, en este punto de mi vida ni siquiera eres ya necesaria. Íbamos avanzando y llegas tu... No es que sea tu culpa la situación, pero tampoco ayudas.

—Doyoung, no me hables de esa manera —le reclamó la mujer. —Soy tu madre.

—EunJi, tu no eres mi madre, no tienes el derecho de llamarte a ti misma de esa manera —Doyoung negó, cruzándose de brazos. —Aquí la única persona que puede decirme algo es mi padre, recuerda que estás dentro de mi hogar y que mi papá es el encargado de mi educación... Digo, ¿Necesitas que te recuerde que el lo hizo completamente solo porque alguien decidió huir?

—Kim DongYoung...

—Me abandonaste estando débil, indefenso y con pocas esperanzas de estar vivo. No me quisiste por haber nacido enfermo, y peor aún, dejaste solo a mi padre con esta carga solo porque el dejó de tener el apoyo económico que mis abuelos le daban y que tú querías para vivir como toda una reina —el adolescente se acercó a la mujer, asustándola. —Cuando amas a una persona se supone que aceptas estar con ella en sus buenos y malos momentos. Mi padre no tenía nada y aún así se esforzaba por tratar de mantenerte con esos lujos que tanto deseabas, incluso si el se quedaba sin nada al final... ¿Y qué hiciste tu? Te fuiste con otra persona que te prometió darte el mundo entero, ¡Bien por ti! ¿No? ¡A nosotros que nos jodan!

Invasor(es)Where stories live. Discover now