34. Like the moon!

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Obtener un buen libro dentro de aquella aplicación naranja de dudosa procedencia que cambió su logo a uno más feo era toda una odisea. No quería leer doscientos remakes de crepúsculo o historias tóxicas que intentaban justificar la violencia.

Afortunadamente existían los fanfics... Sí, era la misma mierda pero con buen drama escrito por niñas.

Su grandiosa lectura se vió interrumpida cuando un niño travieso entró a su habitación con lo que parecía ser una enorme bolsa de dulces.

—Hey, JunJun —saludó.

—Quiero estar contigo, Chenle me pellizcó y me enojé mucho con él —dijo Renjun con un notorio puchero, subiéndose a la cama del mayor sin pedir permiso porque sabía que no lo necesitaba. —Le dije a mamá que nos comprara dulces y como a ti no te gustan mucho, pedí mentitas —el niño buscó entre todos sus dulces, mostrando una sonrisa que reflejaba emoción pura.

—Vas a dejar en bancarrota a tu mami —se burló Doyoung, teniendo que levantarse de su escritorio para ir con Renjun y recostarse. —¿Seguro que estás enojado con tu hermano? Te noto demasiado tranquilo y muy sonriente como para estar enojado, ¿No crees?

El niño se sonrojó por completo y bajó su mirada a una paleta que intentaba abrir, queriendo ignorar olímpicamente la pregunta del mayor.

—Solo no quiero dejarte solito —habló en voz baja.

—¿Por qué no? La soledad es muy bonita.

—Me da miedo dejarte solo —Renjun quiso morder su dedo, pero Doyoung se encargó de alejar la manita de la boca. Los ojos del pequeño se encontraban llorosos, tal vez por lo sensible que era cuando estaban los dos juntos. —Me caes muy mal, ojos de rana, pero no quiero que te mueras.

—Todos moriremos algún día, JunJun —Doyoung cargó al pequeño para subirlo sobre su regazo, dejando un beso en su frente. —Pero no creo que muera pronto, ¿Si? —susurró, haciéndole cosquillas al niño. —Muchas veces las enfermedades atacan y no hay mucho que nosotros podamos hacer, pero para evitar eso debemos de cuidar nuestra salud y no hacer cosas que nos dañen, yo cometí el error de no cuidarme y por eso enfermé, pero te prometo que ya no lo haré, no quiero verte triste por algo así.

—No morirás porque yo te voy a cuidar de cualquier enfermedad fea —Renjun abrió una de las mentitas y se la dió en la boca a Doyoung, sacándole una risita.

—Así me sentiré muchísimo mejor, gracias doctor Renjun.

Su tarde la pasaron juntos, viendo Peter Pan y jugando entre ellos a luchas de pulgares. Era obvio que Doyoung se estaba dejando ganar a propósito para que Renjun creyera que tenía una fuerza digna de cualquier superhéroe de Marvel.

Una sonrisa apareció en el rostro del adolescente cuando Renjun se acomodó a su lado con intenciones de dormir, ni siquiera preguntó si podía quedarse a dormir con el, simplemente se adueñó de la cama y parte de su brazo.

—Mi mamá me canta canciones para dormir —dijo Renjun, abriendo un ojo. —Cantame.

—Yo no se cantar, Jun.

—Si que sabes.

—Que no.

—Te he escuchado cuando te estás bañando, cantas muy bonito —el niño le miró mal. —Ahora cantame.

—¿Por qué me escuchas mientras me baño?

Debería de tener más cuidado de ahora en adelante.

—Sí —Renjun entrecerró los ojos. —Si no quieres que le diga a Minseok que estabas llorando por tu ex novio, cantame.

Invasor(es)Where stories live. Discover now