20. What the fuck?

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Doyoung sabía como disfrutar de su soledad cuando era necesario y no sentía que el simple hecho de quedarse a solas era una cara más. Una de las cosas que amaba sin duda alguna era el poder escuchar y cantar las canciones que se le dieran la gana.

Su padre le tenía estrictamente prohibido escuchar canciones con temas para mayores de edad, lenguaje ofensivo o incluso que hicieran mención al alcohol. A este paso terminaría escuchando música cristiana, o en su defecto, clásica. Por lo menos la clásica tenía su ritmo.

Así que ahí estaba, en medio de la cocina con sus audífonos a todo volumen y la voz de su artista favorita resonando dentro de su cabeza.

Que sí, estaba en pijama pero su mente se dedicaba a diseñarle un gran outfit, colocándolo en un enorme escenario a nada de dar el concierto más importante de toda su carrera musical.

Su imaginación, sus escenarios.

I know you think about me in the shower —cantó, o más bien, hizo un intento de rap. Internamente agradecía escucharse bien, si no tuviese habilidad alguna para hablar probablemente quedaría como idiota tratando de llegar al nivel de su artista. —Pornhub in your browser, fantasise about the pussy power...

Jongdae entró a su hogar seguido de su hijo, ambos habían terminado con sus pendientes más rápido de lo acordado, así que regresaron a casa para poder descansar o ver un maratón de alguna serie. Iban directo a sus propios asuntos cuando el sonido proveniente de la cocina los hizo distraerse.

Think about me with your hand down your trousers, I'm sweet, then I'm sour, I'm big boss Bowser —rapeó Doyoung con toda la confianza del mundo. —I know you salivating over me, sir...

Johnny probablemente se traumatizó.

—¿Doyoung? —habló Jongdae con algo de miedo.

El adolescente pelinegro dió un grito al notar la presencia de ambos en la cocina, rápidamente se quitó los audífonos y sus mejillas se tiñeron de un fuerte color rojo debido a la vergüenza de haber sido descubierto.

Mala su suerte, justo iba en una buena parte.

—Que susto —murmuró Doyoung, volviendo a su tarea de vigilar su propia comida. Ignoró por completo el hecho de que Jongdae estaba de dramático fingiendo preocuparse por haberlo escuchado hablar de esa manera.

¿Acaso ese hombre no podía dejar de fingir que le interesaba lo que le sucedía? ¿Tan traumatizado estaba con querer ser un intento de segundo padre?

—Por lo menos mi hijo es más calmado —se auto-consoló Jongdae.

John simplemente negó ante la mirada juzgadora de su padre y decidió desaparecer, caminando rumbo a la sala para estar al pendiente de todo. Quería pasar tiempo con sus hermanitos en cuanto volvieran de pasear con su madre.

—Oye, niño —habló Jongdae para llamar la atención del menor, recargándose en la barra de madera que se ubicaba en la cocina. —No creo que sea correcto que estés cantando ese tipo de música, es algo fuerte para tu edad.

—En realidad no hay nada de malo —respondió Doyoung, terminando de cortar las verduras con la presencia de su mayor demasiado cerca.

—Cualquier persona podría llegar a pensar que te le estás insinuando con lo que dices, mucho peor llevando esa ropa, tienes las piernas muy descubiertas y se te ajusta demasiado.

El comentario del mayor hizo que Doyoung se apartara inmediatamente aún con el cuchillo en sus manos. Que alguien hiciera ese tipo de comentarios solo hacía denotar la mierda que tenía en la cabeza, era una de sus señales de alerta que le llevaban a alejarse.

Invasor(es)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora