31. Just breathe.

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Jongdae tardó demasiado en convencer a Minseok para que fuese a casa a darse un baño y cambiar su atuendo. Estaba preocupado por el, todavía seguía mojado del día anterior y si seguía de esa manera probablemente enfermaría.

Fue JongIn quién se ofreció a quedarse con Doyoung, prometiendo que lo iba a cuidar como a su propio hijo ya que conocía al adolescente desde hace mucho tiempo atrás y, al ser uno de los mejores amigos de Mark, era casi imposible no guardarle cariño.

Y cuando Minseok se retiró, todos los adolescentes entraron casi corriendo al consultorio.

Genial, una habitación llena de adolescentes.

—Pareces robot —le dijo Mark a su mejor amigo, haciéndolo reír. —A ver, di WALL-E.

—Man —Doyoung rodó los ojos. —Fuck y'all.

—¡Oye! —Mark se cruzó de brazos, exagerando sus movimientos. —Ya hablas como yankee, ¿A dónde fue tu acento británico?

—¿Quieres ver a dónde se fue? —le amenazó.

—Nu.

Doyoung comenzó a reír ante la cara de su mejor amigo, bueno, hasta que de la nada llegó la temida falta de aire, haciéndolo toser un poco. Esto de estar enfermo ya lo estaba hartando, era demasiado cansado.

—Mark —regañó Nayeon a su amigo, dándole una ligera palmadita en su hombro. —No puedes hacerlo reír, harás que le duela el pecho de nuevo y se puede sentir mal.

—Alguien amaneció de muy mal humor hoy —murmuró Yuta con un poco de miedo a ser arrastrado por todo el pasillo del hospital. —Tal vez porque no durmió gracias a pensar demasiado en Doyoung.

El sonido de la puerta siendo abierta fue indicador para que los adolescentes se quedaran en su lugar, fingiendo estar cuidando de su mejor amigo.

—Niños, niños. Muy bonito su intento de intervención, pero necesito conversar con mi paciente un momento... A solas —dijo Amber con una sonrisa que probablemente enamoró a más de uno. —Molesten a la secretaria Luna, tal vez les de una paleta.

—Vamos a ir —dijo Yuta con los ojos entrecerrados. —Pero que quede claro que no nos estamos vendiendo por unos dulces.

Doyoung tenía una pequeña esperanza en el fondo de su alma (¿Eso no era una canción?) de que sus amigos no lo dejaran abandonado en medio del hospital con los doctores que siempre querían cuestionar sus acciones. Sin embargo los malditos huyeron en cuanto se les presentó la oportunidad de hacerlo, traicionando a su patria. Sí, el era la patria.

—Tu y yo tenemos un cuestionario pendiente —Amber se acercó a su paciente con los brazos cruzados, alzando una ceja ante la actitud evasiva que tenía el adolescente. —No me respondiste a las preguntas que te hice ayer, no eres muy buen actor que digamos, eso de hacerse el dormido no te queda.

—Creo que voy a dormir ahora.

—Doyoung... —le regañó.

—¿Irás a decirle a mi papá? —Doyoung alzó su mirada, logrando trasmitir todo el miedo que sentía en esos momentos. No quería que su padre se llegase a enterar de lo que estaba haciendo a sus espaldas.

La decepción en el rostro de su padre era algo que nunca deseaba vivir de nuevo, se sentía horrible llegar a decepcionar a la única persona que lo educaba.

—Bueno, eso depende de lo grave que sea lo que me cuentes —la doctora se alzó de hombros. —Pero te recomiendo hablar con la verdad ya que de esto depende tu salud, no la de otros. ¿Podrías ser por lo menos un poco sincero conmigo y compartirme la verdad? Es indispensable saber si fumas o no.

Invasor(es)Where stories live. Discover now