42. We won.

242 56 8
                                    

Afortunadamente y, como los doctores indicaron, su nariz quedó perfectamente bien después de las dos semanas que le habían dicho. Le sorprendió notar que lucía exactamente igual a como la tenía ya que anteriormente tuvo un compañero que se rompió la nariz y se la dejaron muy diferente a como originalmente era.

Lo malo de la situación es que ahora mismo se encontraba a nada de dar su testimonio frente a la jueza que estaba a cargo de su caso. Había estado quedándose estos días con sus tíos en un hotel, bastante lejos de donde originalmente vivía, ni siquiera había cruzado una sola palabra con Minseok mientras se procesaba la demanda.

Y ahora...

—Quiero vomitar —susurró Doyoung a sus tíos, no queriendo pasar al lugar donde le correspondía.

Tenía a su padre a un lado, sus abogados discutían entre sí mientras que el mantenía una postura recta y bastante firme. Todo esto hasta que ambos pudieron cruzar miradas.

Doyoung sintió miedo.

Minseok quería llorar.

¿Cómo podían estar en medio de una demanda por emancipación? Cuando hace menos de un año eran el dúo inseparable.

Es más... ¿Cómo iban a funcionar sin el otro? Estaban acostumbrados a completar las tareas en conjunto, sin Doyoung, Minseok no sabría ni siquiera que era lo que faltaba en la despensa del hogar, y sin Minseok, Doyoung no comprendía perfectamente como funcionaba el mundo.

Sus miradas se apartaron cuando sintieron que ya no podían más.

—Tranquilo, todo saldrá muy bien —le animó Jackson con una pequeña sonrisa y un par de palmadas en su espalda. —Solo tendrás que decir lo tuyo y listo, nadie te juzgará por ello.

—Jackson tiene razón —agregó Jessi, dejando un beso en la frente de su sobrino. —Si te sientes mal y no quieres estar durante todo el juicio, puedes salir a tomar aire, no tienes porque soportar todo esto.

Pero Doyoung no podía huir, tenía que ser el quien le dijera todo a Minseok en su cara. Conocía a su padre, era mejor hablar directamente con el a qué se enterara por terceros como se sentía en esos momentos de enojo incontrolado.

Lo hacía por ambos.

Así que, cuando fue su turno, se tomó un par de segundos para dar una profunda respiración antes de tomar asiento en el lugar que le habían asignado para hablar.

—La decisión que tomé sobre demandar a mi padre es algo que considero necesario para que nuestra relación no quede completamente rota en un futuro, soy consiente que, siendo mi padre un adolescente al momento en que yo nací, logró dar su mejor esfuerzo al permanecer noches enteras en vela con el miedo constante a que mis enfermedades respiratorias terminaran haciendo que muriera en medio de la madrugada —habló Doyoung con tranquilidad, aunque el nudo en su garganta se hacía cada vez más grande. —Se que nadie nace sabiendo, que en esos años lo máximo que tenía al alcance eran esos libros de autores ignorantes o personas que se hacían pasar por profesionales de la salud mental, sin embargo, eso no le daba derecho a tratarme de ciertas maneras.

El adulto observó a su hijo durante un par de segundos, maravillado por la forma en la que se estaba expresando incluso si era en contra de él. Fue en esos momentos que sintió que todo su esfuerzo de años había valido la pena si logró criar a un chico excepcional que estaba dispuesto a hacer cualquier locura con tal de llegar lejos.

—Como expliqué en mi petición de emancipación ante el notariado: Durante diecisiete años viví con el miedo a no ser el niño perfecto que mi padre deseaba, llegando a exigirme en demasía con aquellos cursos extra y clases particulares los fines de semana para lograr desempeñarme de la manera que el quería y ser ese chico estrella que utilizaban de ejemplo para compararlo con otros de mi edad. He sido prácticamente independiente desde los diez años que aprendí a cocinar, lavar y mantenerme vivo por mi cuenta debido a la ausencia de mi padre durante el día, aprendiendo que el no se haría presente más que para cenar... Lo cual, considerando la edad que tenía en esos años, no era muy correcto. Mi padre es buena persona, sin embargo, en sus momentos donde su trastorno atacaba, si llegó a golpearme, aunque las veces que lo hizo puedo contarlas con mis dedos.

Invasor(es)Where stories live. Discover now