Invasor(es)

36. Maybe is my fault.

Siendo sinceros, Doyoung pocas veces siente emoción por algunas cosas. Sin embargo, hoy en particular estaba demasiado contento porque su papá le había prometido llegar temprano del trabajo para que ambos pudieran ir a ver el estreno de la película de Super Mario Bros.

La función era a las 7:45 de la tarde, el pelinegro compró los boletos a esa hora por si su papá tenía algún inconveniente en la empresa.

Se arregló lo mejor que pudo y se dedicó a esperar en las escaleras, revisando constantemente su celular con esperanzas de que su papá fuese a contestar.

Esperó mucho.

Tanto así que se dieron las ocho y su padre nunca respondió.

Quiso llorar.

No era la primera vez que lo dejaban plantado, ya estaba acostumbrado a que toda su emoción fuese transformada en tristeza pura. Se dijo a si mismo que no podía llorar por una situación de este tipo, ya no era un niño pequeño como para hacer berrinches porque su padre no había querido llevarlo al cine.

Pero había estado muy ilusionado.

—¡Doyoung! ¡Doyoung! —la voz de Chenle llegó hasta sus oídos, así que de inmediato limpió sus ojos llorosos y colocó una pequeña sonrisa ante la presencia del pequeño. —¡Mira! Fuimos al cine y Jungwoo me compró mi vasito de Mario Bros.

A veces creía que lo hacían a propósito.

—Que bonito —respondió sin muchas ganas. —¿Dónde están tus hermanos?

—Con mamá, dijeron que se quedarían con ella y más al rato llegaban... Pero está Jungwoo con nosotros.

—¡Estoy tan feliz, papá! —habló Jungwoo con emoción, deteniéndose justo frente a las escaleras. —Quería ver esa película desde que vi un adelanto en TikTok.

Doyoung no fue tan cruel consigo mismo y se permitió dejar caer las lágrimas que tanto había estado reteniendo desde que asimiló el hecho de que su padre no había querido ir al cine con el pero si con Jungwoo. Parecía una cosa estúpida y probablemente lo era, pero el había estado repitiendo lo mucho que deseaba ir desde que anunciaron que se estaba trabajando en una película de su videojuego favorito.

¿Tan mala era su compañía?

Sintió vergüenza cuando su padre apareció y pudo verlo en ese estado, no sabía que hacer para ocultar lo mal que se sentía.

—¿Por qué estás llorando, Doyoung? —preguntó Minseok.

—Revisa mis mensajes y tal vez sepas por qué —respondió con enojo, levantándose del lugar para poder bajar.

No lo pensó mucho y pasó a un lado de Jungwoo, dándole un fuerte empujón con su hombro. Escuchó de fondo los reclamos de su padre y decidió ignorarlos para salir de la casa, dando un portazo.

Sabía que su padre lo seguiría hasta el patio así que buscó su vieja patineta en el garaje y tomó rumbo a cualquier lugar de la ciudad donde pudiese estar tranquilo y seguro de que nadie iba a llegar a regañarlo por el mal comportamiento que estaba tomando con respecto a la presencia de alguien que decía ser su hermano.

Minseok prefería salir con alguien más antes que con él, nadie le aseguraba que tal vez Johnny o sus amigos pensaran de la misma manera.

—¿Por qué soy tan detestable? —se preguntó a si mismo mientras la música sonaba alto en sus auriculares.

Su refugio fue un puente peatonal, casi nadie los utilizaba, preferían el riesgo a morir atropellados que subir un par de escalones y caminar un poco más.