28. Pitty party.

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Su vida era ya demasiado agitada, afortunadamente los días siguientes fueron bastante calmados a comparación de todo este desastre que se había desencadenado a raíz de la aparición de EunJi.

Justo el día de hoy era su cumpleaños. No sabía que esperar, normalmente su padre siempre terminaba trabajando durante este día, dejándolo solo hasta altas horas de la noche. Al día siguiente se despertaban con normalidad y salían a comprar algo, esa era la solución, llenar el vacío emocional con dinero.

La misma rutina todos los años. Por eso tenía tantas cosas en su habitación, incluso si ya no las utilizaba.

—¿Qué haces ahí durmiendo? —habló Johnny, saltando a la cama del pelinegro. —Es tu cumpleaños —lo sacudió de un lado a otro, logrando sacarle un par de risitas.

—Mi cumpleaños es el único día en que puedo dormir hasta tarde, déjame —murmuró Doyoung, volviendo a cerrar los ojos.

—Arriba. Te compré un regalito —le dijo Johnny en voz baja, sonriendo.

Doyoung se sentó aún con sus ojos cerrados, teniendo un pucherito en sus labios. Definitivamente no tenía nada de ganas de estar activo, solo quería descansar un poco. John por su parte no sabía si reír y morir de un ataque de ternura.

Cabellos revueltos, sus ojitos cerrados, risas cómplices y una pijama de color azul que siempre utilizaba. Ese era el Doyoung que quería ver todos los días de su existencia.

—Investigué un poco —continuó Johnny. Había estado revisando la wish list del pelinegro cuando este le prestaba su computadora para realizar alguna tarea. Solo lo hizo porque no sabía que regalarle a alguien como el, Doyoung era una persona que podía tener todo lo que le diera la gana con tan solo pedir un poco de dinero, solamente que también era un niño lleno de miedo que no se atrevía a pedirlo. —No preguntes, tampoco te sientas abrumado, solo toma.

El menor abrió sus ojos y una sonrisa iluminó por completo su rostro. Johnny tenía en sus manos un pequeño globo terráqueo, su diseño era bastante hermoso. Le encantaba.

—Gracias —dijo Doyoung, sus mejillas de inmediato se tornaron rojas al momento de tomar el regalo. —Lo tendré siempre en mi escritorio.

—También esto, mira —Johnny le entregó una caja mal envuelta, haciendo reír al menor. —No te vayas a burlar, me costó demasiado conseguir algo así. Jaehyun me ayudó, así que también es de su parte.

—¿Jaehyun no estaba de vacaciones? —Doyoung alzó una de sus cejas.

Abrió el regalo con demasiado cuidado, no deseaba arruinar el papel tan bonito que tenía. Al momento de darse cuenta de lo que contenía la caja, una mirada de incredulidad fue dirigida directamente a John.

—Vives cantando canciones de ese musical, yo lo reconocí por un par de animaciones que vi. Investigué, de nuevo, y resulta que son dos horas de historia americana —el mayor rascó su nuca, sintiéndose repentinamente avergonzado. —Y como Jaehyun y Somi estaban viajando cerca de Broadway... Lo robaron.

Tenía en sus manos uno de los carteles promocionales de Hamilton en Broadway. Estaba algo maltratado y roto, pero suponía que era porque literalmente lo habían robado.

Era su musical favorito, no se cansaba de escucharlo e incluso podía llegar a identificarse con el Hamilton del primer acto.

—Me siento un criminal teniendo esto —murmuró Doyoung entre risas, dejando su cartel a un lado. —Gracias, Johnny.

—Uno más —John alzó un dedo, riendo. —Cierra los ojos, de nuevo.

Doyoung desconfío solo un poco, pero al final terminó de auto-convencerse y cerró los ojos. Bueno, eso y que Johnny le insistió casi 27 veces.

Invasor(es)Where stories live. Discover now