43. That family.

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Lo bueno de aparentar tener más edad de la que en realidad tenía es que no le pedían identificación al momento de querer comprar un boleto de autobús. Al parecer la señorita no sospechó que era menor de edad o simplemente no le interesaba mucho poner atención a quien le vendía los boletos.

Esperó en la central de autobuses con nerviosismo, sabía que nada malo podía sucederle mientras se encontraba dentro del establecimiento, pero aún así revisaba a todos lados, esperando que nadie de su familia se diera cuenta de que estaba ahí y quisieran detenerlo.

Su celular se encendió, un único mensaje apareció en la pantalla.

John ♡

» ¿Te encuentras bien?


Pero decidió no responder porque su autobús estaba llegando.

Rápidamente subió y buscó su asiento para después acomodarse mientras abrazaba con fuerza su mochila. Deseaba dejar de pensar en todo lo sucedido y alejarse lo más pronto posible de la ciudad, confiaba en sus habilidades de supervivencia así que iba a estar bien durante unos días.

—Hola —habló un chico en voz baja, tomando asiento a su lado.

—Hola —dijo Doyoung con un poco de timidez.

—Mi nombre es Qian Kun —el chico de cabellos azules extendió su mano en dirección al pelinegro, con intenciones de saludarlo.

—DongYoung... Bueno, solo Doyoung —respondió al saludo con una sonrisa.

—Tienes un acento bastante peculiar, ¿No eres de aquí, verdad?

—Soy inglés, nací en Londres, pero me mudé con mi padre hace un par de años atrás y supongo que el acento no se me ha olvidado —explicó con vergüenza, haciendo reír al contrario.

Ambos conversaron durante todo el camino. Doyoung encontró que ese chico era muy lindo e interesante, tal vez un tanto tímido al igual que el, pero cuando comenzó a tomar la confianza necesaria resultó que tenía un par de anécdotas muy divertidas conforme a su vida personal, incluso le contó cómo era ir a la universidad y algunos consejos para sobrevivir a ella si es que pensaba seguir estudiando.

Fue interesante tener a una persona nueva a su lado, sintió que por primera vez podía hablar de ciertos temas sin la constante presión del "¿Qué dirán?" o "¿Que van a pensar?" y esa típica mirada severa que solía darle su padre cada vez que hablaba sobre cosas que le parecían molestos.

Era un tipo de libertad que anhelaba hace años y la cual ya tenía en sus manos. No sabía como describir la sensación que recorrió su cuerpo al sentirse libre.

Su viaje fue corto, una vez que llegó a su destino se detuvo un segundo para intercambiar números con aquel chico, prometiendo que seguirían en contacto para lograr una buena amistad. Conversaron un poco y después se despidieron para poder seguir cada uno con su camino.

Ya era de noche, así que se colocó un suéter para no correr el riesgo de enfermarse. Las maletas que llevaba no estaban muy pesadas, así que podía caminar con facilidad por la central de autobuses.

Claramente le daba miedo caminar a solas durante las noches y más en un pueblito que se encontraba a las afueras del estado. Sin embargo, a veces debía de ser valiente si es que quería lograr sus objetivos.

Tomó un taxi que lo llevó con gusto en dirección al bosque. Realmente no estaba tan desolada esa zona, pero gracias a que aún es un lugar rural, los autos prefieren evitar pasar por ahí. Lo comprendía, nadie quería dañar su auto.

Invasor(es)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin