17. Kiss.

381 77 26
                                    

Doyoung suspiró profundamente, teniendo que recargarse en la parada del autobús incluso si creía que esos lugares eran más antihigiénicos que el inodoro. Ya estaba muy viejo como para dar vueltas a lo loco en la maldita cancha del colegio, aunque más bien podía deberse al mero hecho de que estaba a un respiro de volverse más asmático de lo que ya era.

Igual los profesores no le hacían caso a sus quejas, simplemente lo amenazaban con bajar su calificación si no hacía lo que indicaban. Para su mala suerte debía de obedecer a todo, entregar una mala nota para el siguiente bimestre no era una opción.

Quería que su padre le dijera que estaba orgulloso de el.

—Doyoung.

La voz de su ex novio lo sacó de su mundo, causándole un miedo que probablemente no conocía aún como se sentía. ¿Podía llamarlo incomodidad? No tenía ni idea, lo único que sabía es que ya estaba temblando.

—Chittaphon —dijo después de darse la vuelta y encontrarse con el chico de cabellos rubios, obligándose a si mismo a sonreír por cortesía. —Hola...

—¿Por qué estás solo en la parada? —preguntó Chittaphon con preocupación, acercándose para quedar a un lado de su ex pareja. —¿Dónde están tus amigos?

—Los de la banda quedaron ensayando en el aula de música, el profesor accedió a prestarles el lugar solo porque vió que tenían talento —Doyoung bajó la mirada cuando se dió cuenta de que la presencia de su ex novio aún le causaba nervios. —Nayeon no asistió, tenía chequeo médico de rutina.

Se quedaron en silencio. Maldito bus, nunca tardaba tanto en llegar y justo hoy no se aparecía por ningún lado.

—Me haces falta —habló Chittaphon para terminar con el silencio. —Se que me equivoqué, no debí de decirte todo eso.

—¿Tan rápido te mandaron a la mierda? —el pelinegro sonrió cuando su ex lo observó con vergüenza. —Vienes a buscar consuelo en alguien que, a según tus propias palabras, no es capaz de comprender tus situaciones porque aún no tiene la edad necesaria.

—Doyoung... No seas así conmigo, podemos darnos la oportunidad de empezar de nuevo.

—No.

—¿Acaso ya conociste a alguien más? —le acusó Chittaphon, logrando que se sonrojara de inmediato. —Es eso...

¿Por qué pensó en John? No tenía ni idea, pero tampoco le había disgustado.

—Ten, por favor. Solo dejemos esto así.

Lamentablemente Doyoung era una persona demasiado débil ante las personas mayores, su método de supervivencia en público siempre sería guiado por querer obedecer lo que los mayores le decían. Supo esto en cuanto su ex novio lo acorraló contra la parada de autobuses, uniendo sus labios como si hubiese estado esperando demasiado tiempo para volver a encontrarlo.

Ni siquiera era algo digno de una película. Los besos de Chittaphon siempre serían justo como su personalidad; desordenado y demandante. Aunque pesara en su conciencia, era imposible que Doyoung negara el hecho de que aquel simple acto fue capaz de dejarlo con las piernas temblando.

¿Cómo es que una sensación sofocante podía sentirse tan bien en ciertas ocasiones?

Las manos del rubio viajaron hasta poder posarse sobre la cintura del pelinegro, sus dedos buscaban con desesperación el borde de aquella camiseta para poder escabullirse y lograr acariciar su suave piel.

Pero Doyoung tomó con delicadeza las manos de su ex pareja, obligándolo a mantenerse quieto en su lugar. Aún no llegaba a ese nivel de indecencia como para hacer algo de ese tipo, mucho menos en un lugar público.

Invasor(es)Where stories live. Discover now