33. Holy moly.

285 60 19
                                    

Doyoung no puede ver el punto positivo de regresar a su hogar si tiene que soportar la presencia de personas indeseadas a su alrededor y, peor aún, tomar una enorme cantidad de medicina porque si no esta vez si se podría morir.

Aún no puede reducir su odio contra el peor enemigo que alguna vez llegó a tener. Y sí, habla del bendito inhalador, esa cosa del demonio que nunca logró colocarse adecuadamente porque terminaba ahogándose solito, necesitaba la ayuda de su padre, quién se burlaba en toda su cara.

Eso le pasaba por no poder subir una escalera sin usar Salbutamol.

Su mente no le permitía mantenerse en el presente, desde que llegó a casa no había dejado de pensar que dentro de dos semanas tenía una cita médica para unos análisis sanguíneos, le daban ganas de llorar de tan solo recordar que tendría que ver una aguja de nuevo.

—Te estás volviendo rebelde, ¿Qué le hicieron al Kim DongYoung que no tenía ni tiempo de ver su teléfono celular? —preguntó Johnny al darse cuenta de que el pelinegro estaba perdido en su chat de WhatsApp, hablando con quién sabe quién.

—Y tu celoso —respondió Doyoung sin dejar de ver la pantalla de su celular.

Johnny recurrió al plan de emergencia ante la falta de atención que tenía por parte del pelinegro. Su maravilloso plan consistía en abrazarlo por detrás, hundiendo su rostro en uno de los hombros bonitos que poseía Doyoung.

Lo ejecutó, pero mucho no hizo.

—Últimamente tienes muchos seguidores en TikTok y te comentan cosas bonitas —se quejó Johnny. —Y les respondes, pero a mí no.

—No es mi culpa no saber que responder a tus comentarios —Doyoung se volteó para lograr sacarle la lengua y después siguió con lo suyo. —Y estoy hablando con mis amigos, me río de los celos de Yuta porque Mark dijo que iría a making lemonade con un chico de la clase B.

—¿Limonada?

Netflix and chill.

—Te juro que no entiendo.

My dear lord... —suspiró Doyoung, tratando de que su paciencia no se fuese a escapar. —Que Mark va a tener sexo con un chico.

Ante la expresión utilizada las mejillas de John se volvieron completamente rojas, no esperando que Doyoung fuese capaz de hablar sobre ello.

—¡Kim DongYoung! —le regañó, estando a nada de ahogarse con su propia saliva. —No estés diciendo ese tipo de cosas en voz alta, este es un hogar cristiano con niños que juegan en este suelo de la habitación.

—John, los mellizos no están y ni siquiera me entenderían si así fuese.

—Shh.

—A mí no me vienes a callar.

El mayor huyó por su vida y prácticamente se lanzó a la cama del pelinegro, dejándola toda desatendida, con intenciones de hacer enojar a su compañero. Doyoung como venganza se lanzó encima de el, importando poco que pudieran lastimarse.

Sí, el mocoso se estaba volviendo muy salvaje.

—¿Y si mejor me regresas al Doyoung serio que siempre me mira mal y odia dirigirme la palabra porque le quema sus neuronas?

—¿Estás diciendo que no te gusta mi personalidad cambiante? Lo sabía —Doyoung negó un par de veces, obviamente fingiendo estar ofendido. —Creo que no podremos funcionar de esta manera, al parecer no te gusta mi verdadero ser, solo lo que mi padre quiere ver.

—No me hagas esto, sabes que me gustas mucho, te adoro —habló Johnny con una sonrisa. —Es solo que extraño molestarte y que te enojes porque respiro a tu alrededor. Me gusta el verdadero Doyoung y también la máscara de niñito bueno que utilizas todo el tiempo.

Invasor(es)Where stories live. Discover now