Invasor(es)

47. Just on my own.

—Te lo digo yo, es más probable que salga una oveja rosa antes que encontrar un diamante en modo difícil sin morir más de tres veces —habló Minho, observando con atención como el adolescente minaba rápidamente.

—Se que no tienes mucha fe en mis habilidades, pero puedo hacerlo —se animó Doyoung. —Aunque siempre he jugado en pacífico porque me dan mucho miedo las arañas.

—Están horribles y hacen un ruidito aún más horrible —Minho colocó sus dos dedos índices frente a su boca, doblandolos al mismo tiempo que trataba de imitar el sonido.

Llevaban alrededor de media hora dentro del consultorio pero parecían conocerse de toda la vida, la presencia del doctor le había hecho olvidar por completo que al salir de ahí no tendría a nadie con quién acudir, solo con sus amigos.

No quería pensar que su vida sería de esa manera tan... Vacía. Le daba pánico imaginar que no llegaría a realizar todo lo que deseaba por el simple hecho de no tener el apoyo de la única persona que creyó era su lugar seguro.

¿Por qué todo mundo parecía ser tan malo con el? Era cierto que sus acciones normalmente no eran las mejores, pero creía que no llegaba hasta el punto de merecer tal disturbio en su vida. Su único deseo era encontrar a alguien que lo cuidara y protegiera sinceramente.

La única persona había sido Chittaphon y lo terminó porque no estaban en el mismo rango de edad.

—Kim DongYoung —la voz de Jonghyun hizo que el adolescente diera un salto, aunque el psicólogo sonreía ampliamente. —Cuando me dijeron que estabas aquí creí que sería por tu papá y no porque te sentías mal.

—Minseok no es mi papá —el tono que utilizó para hablar fue tan tosco que incluso el mismo se asustó. No sabía porque reaccionaba tan mal a algo que se suponía era común de suponer.

Tenía miedo de sus propios sentimientos.

—Vamos a tomar aire y calmarnos un poco para poder hablar, ¿te parece? —Jonghyun tocó el hombro de su hermano menor y le sacó la lengua. —Sulivan, entrégame al niño.

—No quiero —Minho tomó al adolescente de la sudadera, haciéndolo reír. —Ya es mío, consiguete tu paciente.

—Fuera, pulgoso, estoy hablando enserio —le regañó al mismo tiempo que golpeó la cabeza de su hermano repetidas veces hasta que soltó a Doyoung. —Necesito hablar con el niño un momento, a solas.

Minho soltó al pelinegro para después hacer un puchero, saliendo del consultorio para ir con su cuñada a quejarse de que lo habían corrido como a un vil perro callejero.

Jonghyun por su parte tomó uno de los peluches que había en el consultorio del pediatra y se acercó al adolescente, quién lo veía con total atención. Ahora que los dos se encontraban a solas podía notar la incertidumbre en los ojos del pobre niño.

No quería ser muy entrometido, pero algo dentro de si mismo le indicaba que debía de averiguar un poco más sobre la vida de Doyoung. Tal vez era el gran parecido con su hermana lo que le empujaba a ello.

—¿Quieres contarme que sucedió? Te noto demasiado decaído —dijo Jonghyun, tomando asiento al lado del adolescente para después entregarle el peluche.

—Últimamente todo ha sido muy difícil, ¿cómo puedo estar tranquilo? Si descubrí que Minseok no es mi padre biológico —habló Doyoung con sus ojos llorosos, abrazando el pequeño peluche con fuerza, incluso si no era lo mismo que su dinosaurio. —Entonces, mis tíos a los que quiero mucho tampoco son mis verdaderos tíos y... Solo faltó que los descubriera para que todos huyeran de mí, que me dejaran aquí, sin siquiera tomarse el atrevimiento de despedirse de mi, o algo así.