Eventualmente me convertiré en un héroe de la justicia

Capítulo 103

La luz intensa dificultaba que las personas vieran lo que había dentro, pero era lo suficientemente deslumbrante como para evocar pensamientos sobre todas las cosas hermosas: la esperanza y el camino a la vida.

Señalando el camino que había abierto, Shirou gritó: "¡El camino hacia la libertad está aquí! Avancen y ayúdense unos a otros. ¡Apóyense unos a otros y sigan avanzando! ¡La luz está esperando del otro lado!"

La gente miró a su alrededor, confundida e insegura de adónde ir. No podían discernir la dirección del camino. Entonces, la Sra. Fujimaru levantó la mano y gritó: "¡Lo veo! ¡El camino está justo aquí!"

Los adultos recogieron a los niños y siguieron a la Sra. Fujimaru, corriendo hacia el camino abierto por Shirou.

Cuando Shirou había caminado por el camino antes, había dejado rastros de barro detrás de él. Ahora, ese mismo lodo, que había mantenido a raya a los árboles del Bosque de Einnashe, emitió una luz brillante, creando un camino de resplandor.

La gente corrió, lágrimas de alegría corrían por sus rostros mientras se aferraban a la esperanza en sus corazones. Sabían que la luz tan esperada finalmente había llegado.

La Sra. Fujimaru, la líder, volvió la cabeza y miró a Shirou, que se alzaba en el cielo como un ángel de luz, con una expresión solemne en el rostro. Nunca esperó que su hijo poseyera un poder tan misterioso, ni consideró que pudiera ser el rumoreado salvador de la luz.

Solo podía pensar en la pesada carga sobre los hombros de su pequeño hijo, una carga que representaba tanto la desesperación como la esperanza de vida. Una carga pesada, que incluso los adultos y los héroes no podían soportar, la llevaba un niño.

"¡De ninguna manera! ¡No puedes tomar mi comida!" gritó una voz desde dentro del enloquecido Bosque de Einnashe. Los árboles parecieron cobrar vida, sus ramas se extendieron hacia Shirou y las personas que huían.

Los ocho brazos de Shirou entraron en acción, su espada gigante cortó las ramas que se acercaban demasiado. El barro a su alrededor también cobró vida, sus manos luminosas rompieron cada rama con un fuerte chasquido.

Aterrizó cerca del remanente de la marea de lodo y extendió la mano para tocarlo, aprovechando su oscuro poder.

"Por favor, préstame tu fuerza", imploró.

"Si puedes hacer uso de él, tómalo", dijeron los grandes pensamientos malvados antes de quedarse en silencio.

Aprovechando su propia energía malévola, Shirou extendió la mano y formó un vínculo con la marea de barro. En un ataque repentino, los pensamientos malignos masivos dentro de la marea de lodo atacaron su mente.

"Odio, odio, odio, odio, odio, odio..."

"Matar, matar, matar, matar, matar, matar..."

"Muere, muere, muere... ¡que todos mueran!"

...

Esta abrumadora malevolencia era de una naturaleza completamente diferente de Todo el mal del mundo. Una fuerza masiva de odio y destrucción entrelazada en una sola intención, superando las defensas de All the World's Evil y golpeando el corazón de Shirou como un martillo colosal.

"Es como una llama ardiente de intensidad apasionada", comentó Shirou.

"¿Una llama ardiente de pasión? Lo malinterpretas", replicaron los pensamientos malévolos. "Esto no es pasión, sino más bien mi odio profundamente arraigado y mi maldad repulsiva".

"¿Qué estás diciendo? ¿Te estás negando a ti mismo? Tu odio y malevolencia están arraigados en un amor profundamente arraigado, ¿no es así? Incluso alguien como yo, que te acaba de conocer, puede sentirlo fácilmente. Entonces, ¿por qué negarte esto?" emoción profunda?" Shirou argumentó.