Eventualmente me convertiré en un héroe de la justicia

Capítulo 130

Bajo el sol abrasador, el intenso calor hizo que la tierra se agrietara. Mientras uno caminaba sobre el suelo endurecido, una ola de calor subía por las suelas de sus zapatos, haciéndolos maldecir el clima abrasador y sudar profusamente.

Un peculiar grupo de cuatro personas paseaba tranquilamente por el ancho camino rural.

A la cabeza del grupo estaba un joven de cabello negro adornado con una armadura plateada de caballero, con una capa blanca sobre los hombros. A su izquierda, un mago de cabello blanco caminaba con una sonrisa en su rostro, y con cada paso que daba, florecían dos hermosas flores.

A la derecha del joven había una mujer caballero, sus delicados rasgos recordaban a un lirio en plena floración. Sus ojos eran de un penetrante tono azul, escaneando alerta el área circundante en busca de posibles amenazas. En su mano, sostenía una espada magníficamente decorada, su superficie brillaba a la luz del sol.

Detrás de estos tres individuos había un joven caballero que llevaba un gran bulto en la espalda, y los seguía en silencio. Con cada paso que daba, sus pisadas eran pesadas, creando un sonido como el de un objeto pesado golpeando el suelo y levantando una nube de polvo amarillo. Este peculiar grupo de cuatro llamó la atención de muchas personas.

De hecho, la habilidad del mago para hacer que las flores florecieran mientras caminaba era realmente llamativa. Sin embargo, a pesar de esto, nadie se acercó a entablar una conversación con ellos. Este grupo de cuatro no era otro que Shirou y sus compañeros.

"¿Este es Garrod?" preguntó Shirou, mirando hacia el pueblo cercano y girándose hacia Merlín, que caminaba a su lado.

"Sí", asintió Merlín.

En ese momento, Kay los alcanzó por detrás y no pudo resistirse a burlarse de Merlín. "Oye, viejo ratón blanco, ¿puedes parar con tus ilusiones? ¡La gente nos está mirando!"

Merlín replicó: "¿Qué quieres decir con 'viejo ratón blanco'? ¡Es Merlín, El Gran Magus Merlín! Además, no puedo disipar el campo de flores. Arruinaría mi imagen".

Kay se burló, "¿A quién le importa tu imagen?".

"Basta de quejas. Además, el rey me apoya", respondió Merlín.

"¿Es eso así?" Kay levantó una ceja.

Shirou se rió entre dientes, "No hay nada que llame más la atención que esto".

"Ya veo", asintió Kay, fingiendo entender.

"¿Eh, ya veo? ¿Qué significa eso? ¿Por qué no me escuchas a mí, pero escuchas al rey?" Merlín se quejó.

"Porque eres un ratón blanco que solo puede engañar a la gente, mientras que Arthur es un rey honesto", se burló Kay.

"¡¿Es una maldita broma?! ¡Arthur es aún mejor engañando a la gente que yo!"

Él estaba herido. El rey, que era aún mejor engañando a la gente que él, estaba justo frente a él, pero aún así lo llamaban honesto. ¡Era demasiado injusto!

Shirou se paró en las puertas de Garrod, contemplando el paisaje. La gente del pueblo cercano no pudo evitar lanzar miradas curiosas a su grupo inusual, pero nadie se adelantó para darles la bienvenida.

Kay se acercó y preguntó: "Mi rey, ¿qué estamos haciendo aquí?"

"¿Que estamos haciendo?" Shirou se frotó la barbilla y luego sonrió. "¡Vaya, para causar problemas, por supuesto!"

"¿Causar problemas?" Kay estaba un poco perpleja, sin entender del todo sus intenciones.

Shirou no dio más detalles y, en cambio, se volvió hacia Artoria. "¡De ahora en adelante, si hay algo que encuentres ofensivo, carga y encárgate de eso!"