...Cap #1...

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Capítulo especial dedicado a la prueba de Jace.

Jace

Muy bien, tú puedes, todo este entrenamiento, todo tu sudor y dedicación se resumen a este momento. Tú puedes, tú puedes. Sólo tienes que concentrarte.

El Cónsul se coloca en medio de todos los obstáculos.

–Jace Herondale, se te ha dado esta oportunidad para redimirte y demostrar que eres apto como cazador de sombras. ¿Entiendes que si no pasas esta prueba se pondrá en duda tu estadía con nosotros?

–Sí, señor –respondo lo más firme que puedo.

El hombre se quita la capucha mostrando su cuerpo bien trabajado y cubierto con un traje de combate y runas.

–Tu prueba es esta: caminarás por la barra, después lanzarás cuchillos a las dianas, más adelante escalarás la pared y una vez que llegues hasta arriba caminarás por el tubo rodante hasta la plataforma, en ella te espera un demonio que deberás matar, sigues el camino hasta unas curdas sueltas que utilizarás como lianas para llegar a la siguiente plataforma. Ahí te estaré esperando y pelearás conmigo por cinco minutos, si te derribo, se acabó, si lo logras, te daré paso para que des una voltereta de regreso al piso donde estará otro demonio encadenado al que darás el mismo destino que el primero. Una vez hecho, habrás terminado. Ten en cuenta que no hay limite de tiempo, pero cuanto más tardes menor será tu calificación. ¿He sido claro?

–Completamente, señor.

–Comienzas en tres...

Tú puedes, tú puedes.

–Dos...

Recuerda todo lo que haz pasado. No más burlas, no más humillaciones.

–Uno...

Por fin serás un cazador de sombras.

–¡Ahora!

De un salto quedo sobre la barra y un paso tras otro la paso, nada difícil. Me acerco a una mesa donde hay siete cuchillos y al frente, a unos quince metros, están las dianas en diferentes alturas. Pienso en Clary y lanzo el primero. ¡Centro! Sin tiempo de celebrar, sigo con los otros y falló el último. Queda clavado en el aro exterior. Sin poder hacer nada, me dirijo a la pared con piedras y la escaló, no hay cuerda, nada que impida mi caída, pero no voy a caer.
Sigo subiendo con toda la velocidad que mi cuerpo me permite y por fin alcanzo la plataforma, debo estar a unos seis metros. Camino hasta el tubo que rueda muy rápido. Tomo aire y corro sobre él, de vez en cuando me inclino, pero recupero el equilibrio y llego con el primer demonio. Es blanco, sin ojos y con espinas en el cuerpo, espinas venenosas. No tengo armas, el cuerpo es mi arma.
El demonio parece percibirme y me ataca, con agilidad lo esquivo y golpeo en el estomago. El demonio me toma por el cuello y estampa contra el piso dejando mi cabeza colgando. Se coloca sobre mi y ruge al tiempo que expande sus púas.

–Apestas –me quejo.

Logro liberar un pie para patearlo y alejarlo unos centímetros, lo suficiente para tomar una de sus púas, arrancarla y atravesarlo una y otra vez haciendo que su sangre me salpique como ácido que disuelve mi traje, pero no me importa, sigo atacando y el demonio se debilita cada vez más hasta que finalmente desaparece. Satisfecho, me levanto para tomar la primera cuerda. Retrocedo unos pasos para tomar vuelo y saltar de la plataforma, me columpio hasta la otra cuerda más astillada, mis manos se raspan por la áspera superficie pero me obligo a no soltarla, cuando llego a la otra es mas gruesa y siento mis manos arder, las otras son básicamente iguales, así que cuando llego a la penúltima en mis manos se ve una gruesa línea roja. Sólo falta una, es más delgada y parece de plástico, cuando llego a ella y la sostengo me resbalo. ¡Me resbalo!
Maldiciendo, tomo con fuerza la cuerda y enredo mejor mis piernas quedando a sólo milímetros de la punta.

Un mundo de cabeza *Malec*Where stories live. Discover now