Un mundo de cabeza *Malec*

Cap #16

Jace

Cuando el brujo me derrumbó, quiso prenderme fuego y yo iba a permitírselo, me puse de pie y extendí mis brazos invitándolo a hacerlo. Él dudó y yo le dije que me matara, que tenía todo el derecho de hacerlo. El brujo me preguntó mi nombre y cuando se lo dije, me dejó inconsciente y aquí estoy ahora, en una especie de almacén.

–¡¿Hay alguien aquí?! –grito sin obtener respuesta.

Veo al rededor y encuentro una puerta abierta. Tal vez el brujo sólo me abandonó aquí. Me dirijo a la puerta cuando una figura se interpone. Valentine, su cabello platinado es reflejado por el sol.

–¿Pensabas irte, chico?

–No. Quería buscarlos.

–¿Para qué?

Nunca he tratado mucho con Valentine, pero en su rostro tiene una expresión seria e intimidante, como nunca lo había visto.

–Para ayudarlos. Por favor...

–¿Por qué deberíamos confiar en ti?

–Porque sé que la Clave es basura. Ellos matan subterráneos inocentes y yo no quiero ser parte de eso.

–Me parece muy bien –habla una voz a mis espaldas, Raphael–. Pero debes entender que eso significaría traicionar a tu familia.

El vampiro parece muy joven, pero en sus ojos se ve la experiencia de siglos.

–Mi padre me cree una vergüenza y mi madre un niño, no tengo problemas.

–¿Y tu abuela? –Raphael ladea la cabeza.

–Yo la amo. Pero ella eligió su lado, y yo el mío.

Raphael extiende su mano y yo la estrecho.

–Bienvenido.

Isabelle

La noche ha caído y por primera vez me atrevo a ver la luna desde mi ventana. Anoche fue luna llena, todavía recuerdo el dolor de transformarme, ningún ataque de demonio pudo emularlo.
No sé qué haré ahora, siendo infectada por la licantropia un cazador de sombras debe ser expulsado, por eso Valentine tuvo que irse y a nadie le gustó que Jonathan lo siguiera. Pero yo quiero estar con mi familia y sé que puedo estarlo.
Es extraño, no me siento diferente de algún modo, es como si algo dentro de mí me gritara que debo irme, que yo no pertenezco aquí... pero quiero seguir aquí, en mi hogar.

–¿Isabelle? –pregunta la voz de Simon al otro lado de la puerta, ya regresaron del funeral de Jocelyn.

–Adelante –me alejo de la ventana.

La puerta se abre y Simon entra con su traje blanco de luto.

–¿Cómo está Clary? –me siento en la cama.

–Destrozada –Simon se sienta a mi lado–. No ha llorado en todo el día.

–Eso no suena a que esté muy triste.

–Ya sabes cómo es, quiere hacerse la dura, pero eso significa que está peor de lo que creemos –Simon se recuesta y coloca los brazos atrás de su cabeza.

–¿Y mi hermano? –pregunto sin dejar de verlo.

Simon es muy atractivo. Alto, bronceado, de pómulos finos y labios delgados, aunque su cabello y ojos no son de un color especial, son únicos a su modo. Él jamás se fijaría en alguien como yo, he visto a las chicas con la que sale, como la dama de la corte seelie, era muy hermosa, de cabello rojo, ojos azules, una figura de ensueño y voz seductora. Y yo, yo tendré suerte si no muero sola.