Cap #42

251 26 47
                                    

Jace

Finalmente, la energía de la mascada que até a mi muñeca, nos guía a una especie de búnker rectangular donde una batalla entre demonios ocurre de un lado donde la pared parece haber sido arrancada.
Entre los demonios hay dos claros bandos. De un lado demonios sombras que se mezclan con el suelo y vuelven a surgir para atacar a los demonios de piel verde y escamosa.

–¿Que es eso? –susurro confundido.

¿Por qué unos demonios pelearían contra otros aquí?

«Parece una revuelta» responde Hades «Esperemos a que pase. Esos demonios sombras son algo que nunca había visto.»

«Dudo que puedan tocarlo.» opina Bronte «Adelante, Jace, baja. Alec está muy cerca.»

–¿Qué pasa? –pregunta Camille– ¿No vamos a bajar?

–No creo que sea buena idea. Esperemos a que los demonios se calmen.

Camille mira abajo y después a mí. Es la primera vez que no lo hace como si me admirara.

–¡Debemos bajar, Magnus puede estar en peligro!

–No conozco a esos demonios, no sé qué tan fuertes sean –intento razonar con ella–. No quiero que te hagan daño.

–Por favor, divina criatura, no hay tiempo. Debemos bajar.

«Escúchenla» Bronte se escucha molesto «Recuerden que no es ella la que habla, es Alec. Sí dice que no hay tiempo, debemos creerle.»

Es cierto, pienso al tiempo que miro a Camille a sus ojos suplicantes. Ella no es ella, la verdadera Camille está muerta, sólo es una alucinación.

–Prométeme no alejarte de mí, Camille –le suplico–. Si lo haces, no podré protegerte.

–Lo prometo.

Asiento y lentamente desciendo entre los demonios que se alejan al instante, pero no se deshacen como los demás lo habían hecho hasta ahora.

«Son más fuertes porque están cerca de Asmodeus» explica Bronte «Pero parece que no pueden tocarte, tranquilo.»

–Ven –tomo la mano de Camille y juntos damos el primer paso en dirección a la puerta improvisada.

Los demonios se apartan, lo que me da suficiente confianza de caminar sin arrastrar los pies, pero antes de llegar, siento una garra tomar mi tobillo. Miro sorprendido como un demonio sombra sale del piso detrás de mí, sin soltarme y sonriendo.
Extiendo mis alas en un intento de asustarlo, pero eso sólo hace que el demonio amplíe su sonrisa y comience a hundirse en el piso, creando lentamente un charco negro donde mi pie también se hunde.

«¡Corre!»

«¡No, idiota, vuela!»

La sugerencia de Hades me parece mejor. Comienzo a agitar mis alas para volar pero eso sólo hace que el demonio deba ejercer más fuerza para hundirme, porque sigue hundiendo mi pierna, ahora hasta media pantorrilla.
Siento mi mano ser apretada por otra y con miedo miro a un lado, pero no es ningún demonio, es Camille. La había olvidado.

«El camino al búnker está despejado, los demonios tienen su atención en ti.» habla Bronte con la calma de alguien que no está siendo sumergido en un charco demoníaco «Dile que se vaya, donde está Magnus debe estar Alec.»

–Vete, Camille –intento hablar como si no me importara que no pueda ver mi rodilla–. Ve por Magnus, yo estaré bien.

–Pero...

–Camille, por favor, ¿confías en mí?

La vampira asiente.

–Entonces te pido que lo sigas haciendo. Vete.

Un mundo de cabeza *Malec*Where stories live. Discover now