¿Cap #9?

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Clary

–¿Dónde conseguiste esto? –pregunto sorprendida de ver que la runa que Simon marca en su brazo, funciona.

–El rey me la dio –explica tras terminar su trabajo–. Igual que la armadura.

–¿Podrías...? –estiro mi brazo y Simon pega la punta de la estela.

La sensación es un poco más molesta de lo que recuerdo, pero tal vez siempre fue así y simplemente ya no lo notaba. Cuando termina, puedo sentir las pequeñas heridas y moretones desaparecer.

–Gracias.

Simon asiente y deja la estela a un lado. Izzy, acurrucada y dormida sobre sus rodillas, comienza a roncar.

–Tal vez deberíamos hacer lo mismo –digo mirando los ojos pacíficamente cerrados de mi amiga.

–Amanecerá pronto y nosotros podemos usar runas de energía.

–¿Es eso o que hay un hada psicópata afuera? –señalo la puerta de la casa de campaña a través de la cual se ve la sombra de Kieran.

–Tal vez un poco de los dos –sonríe Simon.

–¿Crees que intente algo?

–No. Mató a Gwyn porque debía –Simon frunce el ceño–, creo, y ya escuchaste a Isabelle, podemos confiar en Tiberius.

Después que ese niño se fuera, Simon, Izzy y yo, entramos a la misma casa de campaña, donde Izzy prácticamente cayó desmayada, pero primero nos aseguró que Tiberius nunca nos mataría sin razón, y hasta ahora no se la habíamos dado, así que Kieran no significaba ningún peligro. Es extraño pensar que ese hombre de miles de años ahora obedece a un niño, pero definitivamente no es un niño cualquiera.

–Supongo que de todas formas no tenemos opción –abrazo mis rodillas–, si es que queremos seguir vivos.

–¿Tú no quieres?

Me encojo de hombros.

–No lo sé. Cuando pasó todo esto, yo pensaba, "vamos, Clary, eres la última de tu especie, demuestra algo de coraje, tienes que pelear hasta el final como siempre ha sido". Después llegó Camille...

–¿Camille Díaz?

–Ah, sí –me rio al darme cuenta que nunca les conté mi historia, supongo que mañana deberé repetirla para Izzy–. Camille y yo nos unimos por así decirlo. Ella iba a cazar a veces y traía comida, y yo protegía el Instituto de los mundanos y demonios.

Simon parece querer agregar algo más, pero se muerde los labios.

–Sé lo que ibas a decir, Simon. No, no sé si está viva. Se fue el mismo día que Jonathan.

–¿Y Jonathan...? ¿Cómo llegó? Dijiste que Magnus lo tuvo un rato para cortarle la mano, ¿verdad? –sé que su sonrisita no es inconsciente– Entonces, cómo pudo escapar.

–No escapó. Magnus lo envió después de terminar con él.

–Ya veo –Simon parece satisfecho con esa respuesta. Lo conozco lo suficiente para saber que está pensando bien lo que va a decir–. Y... cuando te diste cuenta que no eras la última cazadora de sombras, qué pensaste.

–Que debía preservar la especie.

–¿Qué? –Simon me mira incrédulo– ¿Tú...?

–Sí, intenté seducir a mi hermano, incluso lo besé –digo sin pena–. Pensaba que era mi deber, asegurarme que los nefilim no se extinguieran. Pero ahora sé que estás tú, y los otros Blackthorn...

Un mundo de cabeza *Malec*Where stories live. Discover now