13. Vídeo

3 1 0
                                    

El sol ya había salido cuando me desperté, pero todavía me sentía aturdido por todo lo que había sucedido la noche anterior. Me quedé un rato en la cama, dejando que los recuerdos vinieran y se fueran en oleadas. El concierto, el caos de la policía, el motorista... todo se sentía como un sueño vívido. Me levanté lentamente, sintiendo cada músculo en tensión, y me preparé para el día. No pasó mucho tiempo antes de que Evan llegara a buscarme en su coche. Escuché el sonido del motor y el golpe del claxon afuera, un recordatorio de que tenía que apurarme. Tomé mi mochila y salí corriendo, todavía medio dormido, pero listo para enfrentar el día. Este me miró desde el asiento del conductor, con una expresión mezcla de alivio y molestia.

- ¡Vaya, por fin apareces! - Dijo, con una sonrisa sarcástica - Te he estado escribiendo toda la mañana, ¿Dónde te metiste anoche?

Me subí al coche y cerré la puerta, todavía aturdido por el ruido y el movimiento. Cuando Evan mencionó los mensajes, me di cuenta de que no había sentido vibrar mi móvil en toda la mañana. Empecé a buscar en mis bolsillos, pero no encontré nada. Me puse nervioso y revisé mi mochila, pero el móvil no estaba ahí tampoco.

- Eh... creo que perdí mi móvil. - dije, sintiendo un nudo en el estómago.

Mi amigo levantó una ceja, su expresión pasando de preocupación a sorpresa.

- ¿Lo perdiste? ¿En serio? ¿Y no te diste cuenta hasta ahora? - Preguntó, incrédulo.

Sacudí la cabeza, tratando de recordar cuándo lo había tenido por última vez. Recordé el momento en que el motorista me llevó en su moto y luego me dejó en casa. Debió ser en algún punto entre la carrera para escapar de la policía y el viaje con el motorista.

- Sí, no tengo idea de dónde pudo haber quedado. - Respondí, todavía buscando en la mochila, como si el móvil fuera a aparecer por arte de magia.

Evan suspiró y negó con la cabeza.

- Bueno, eso explica por qué no contestaste mis mensajes. - dijo, con un tono más relajado - Estaba preocupado. Pensé que la policía te había atrapado o algo así.

Le conté brevemente lo que había pasado después de que nos separamos: cómo el motorista me sacó del tumulto, me llevó a una zona apartada y luego a casa. Evan escuchó atentamente, a veces interrumpiendo con preguntas o expresiones de sorpresa. Pero yo aún estaba más preocupado por el móvil perdido y cómo iba a explicar eso en casa.

- ¿Entonces el motorista te llevó a casa? - preguntó alzando una ceja - ¿Y por qué te llevó a esa zona apartada primero? ¿Estás seguro de que era de fiar?

No estaba seguro de cómo responder. El motorista había sido amable al ayudarme, pero el lugar al que me llevó era inquietante. No sabía si era parte del plan o simplemente el único lugar seguro en medio del caos. Asentí, aunque con dudas.

- No sé, hombre. Creo que solo quería ayudarme a escapar de la policía, - respondí - fue una noche muy extraña.

Evan asintió, pero su expresión reflejaba curiosidad.

- Sí, definitivamente fue una noche extraña. - dijo, arrancando el coche - Pero al menos estás bien. A ver si encontramos tu móvil más tarde.

Mientras Evan conducía por las calles, pensé en todo lo que había pasado. La pérdida del móvil era un inconveniente, pero lo que realmente me preocupaba era cómo explicaría todo esto en casa. Aun así, no podía dejar de pensar en el motorista y en la sensación de aventura que había experimentado. Cuando llegamos al instituto, lo primero que noté fue que todo el mundo nos miraba. Al principio pensé que era porque Evan estaba tocando el claxon de su coche, como siempre hacía cuando llegábamos, pero pronto me di cuenta de que era algo más. Había un murmullo constante en el aire, y todos los ojos parecían centrarse en mí mientras caminábamos por el estacionamiento.

- ¿Qué está pasando? - le pregunté a mi amigo, sintiéndome incómodo por tanta atención.

Evan se encogió de hombros, pero luego noté que también él miraba alrededor, con una expresión de curiosidad.

- No lo sé, pero parece que eres el centro de atención hoy, - dijo, con una sonrisa torcida - ¿Hiciste algo increíble que yo no sepa?

Caminamos por el pasillo principal, y las miradas continuaron siguiéndonos. Gente susurrando, otros señalándome con el dedo, incluso algunos con expresiones de asombro. No era solo un par de personas; era todo el instituto. Comencé a sentir un nudo en el estómago, como si algo estuviera a punto de salir mal. Nos detuvimos en nuestras taquillas para recoger los libros, y fue entonces cuando vi a Marta, una de las chicas más populares, venir hacia nosotros. Llevaba su teléfono en la mano y una expresión de emoción en el rostro.

- ¡Oye, eres tú! - dijo, acercándose con entusiasmo - ¡Fuiste tú el que estaba en la esfera de la muerte anoche, ¿Verdad? Tengo el video, ¡Es increíble!

- ¿Qué?  - respondí, sorprendido - ¿Video? ¿De qué estás hablando?

Marta me mostró su teléfono, y ahí estaba: un video del espectáculo de motos de la noche anterior. Alguien había grabado cuando el motorista me agarró de la cintura y giró conmigo en la esfera de la muerte. El video mostraba claramente mi rostro, y el momento en que el motorista me usó como punto de apoyo para girar. La multitud enloquecía, aplaudiendo y vitoreando. Era una escena impactante, y no era de extrañar que todos estuvieran hablando de ello. Evan soltó una carcajada al ver el video.

- ¡Increíble! - Dijo, dándome un golpecito en el hombro - ¡Eres una estrella, amigo! 

Pero yo no estaba tan seguro de que ser una "estrella" fuera algo bueno. El video me mostraba claramente, y el recuerdo de esa noche volvió a mi mente con fuerza: el caos, el ruido, la mano del motorista en mi cintura. Sentí que todos esos ojos mirándome traían consigo una presión que no quería.

Marta continuó hablando, diciendo que todos estaban impresionados por el video, y que muchos querían saber más sobre el motorista y el evento ilegal. Pero yo apenas podía concentrarme en sus palabras. Todo lo que quería era desaparecer, encontrar un lugar tranquilo donde pudiera pensar sin ser el centro de atención.

Evan, por supuesto, estaba encantado con la idea de ser parte de algo emocionante. Pero yo solo quería que la atención se desvaneciera. Lo que había pasado la noche anterior era algo que me había cambiado, pero no quería que todos lo supieran. No quería ser el chico que todos señalaban por algo que, para mí, había sido mucho más que un simple espectáculo.

YoursWhere stories live. Discover now