CAPÍTULO 19: Y los recuerdos tan solo son eso, recuerdos.

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SEBASTIÁN SE MATRICULA

Lunes 27 de Octubre

Estoy manejando con mi moto en dirección al instituto Santo Tomas para matricularme en este semestre, cosa que no quise, pero... debo.

- ¡Vengo para matricularme! ¿Cuánto es?- preguntó Sebastián, quitándose los anteojos marrones de la vista y mostrándose sus perfectos ojos pardos.

- Joven, ¿No sabe decir buenos días?- le dijo en tono fastidioso la señora que llevaba cinco años trabajando en dicho lugar y siempre los alumnos la saludaban con un grato <<hola>>.

- ¿Cree que tengo tiempo para sentarme con usted a tomar un café y hablar de su patética vida?- apretó los labios y puso cara de: ¿En serio cree que tengo tiempo?

- Es 530 mensual- respondió la señora, queriendo olvidar ese momento.

- ¡Listo! Mi nombre es Sebastián Mendoza, ¿Podría mandarme mi horario a mi casa? Gracias- dijo dejando el dinero encima y partiendo, la señora lo llamó y giró su rostro con cara de aburrimiento y de querer arrancarle la cabeza.

- Joven Mendoza, acá no somos esclavos de nadie, como se habrá enterado los horarios se dan después de unas horas, nadie es mensajero, ¿está bien?

- ¡Me lleva el diablo!- susurró para sí mismo.

- ¿Qué dijo?- se bajó los lentes de los ojos.

- Nada- sonrió coquetamente, y aún las ganas de mandarla lejos estaban. 

Solo tomó asiento, esperando a que salieran los horarios y empezó a mirar su celular, viendo que no había nada interesante que hacer, fijó su lado a un lugar dónde hace mucho una muchacha derramó café encima de su chaqueta de cuero negra y las millones de veces que se habían cruzado en su camino.

LA MAGIA

Sebastián se topó con una bruja en medio del instituto, mientras él seguía pensando en la chica del café. Detrás de las paredes y oculto, estaba Benjamín persiguiéndolo. Hasta que una señora de cabellos negros largos detuvo los pensamientos de Sebastián.

- ¿Tan pensativo?- se sentó en la banca donde Sebastián estaba pensando. Se sobresaltó de inmediato.

- ¿Quién es usted?- preguntó y la miró por completo. Con su túnica negra que caía hasta sus pies. Unos cabellos ondulados largo y unos ojos misteriosos.

- Digamos que soy una amiga tuya, me llamo Amelia.

- No tengo amigos, ¿desea algo? ¡Me está quitando tiempo de lo que pienso!

- Para que los planes salgan bien, no se tiene que pensar, tan solo créalo.

- ¿Ok?- la miró con cara de esta mujer está muy loca.

Se levantó de la banca para seguir con su camino y la bruja Amelia lo detuvo.

- No soy de este tiempo, ni de algún tiempo paralelo. Soy una bruja, ¿sabes?

- Jajaja- río a más no poder- ¿Una bruja? ¡Qué buen chiste!

- Yo no lo tomaría como un chiste esto...- con una de sus manos enfocó en la cabeza de Sebastián y él automáticamente sintió dolores dentro de su mente.

Gritó de dolor y cayó en las tierras.

-¿Ahora es un chiste?

- ¡Cómo pudo hacer eso!- dijo después de recomponerse, seguía mareado.

Caminos Cruzados💕Where stories live. Discover now