"Muchos se preguntan en qué lugar nos conocimos, diles que fue en una noche donde un ángel y el diablo se vieron por primera vez"
¿Qué harías sí para estar con tu destino tienes que enfrentarte a los peores personas que pueden existir? ¿Qué pasaría...
La noche tenue se alza sobre la ciudad de Moa dejando ver a una chica de 19 años que va detrás de su amado encontrándolo en la carretera donde se conocieron por segunda vez.
- ¿Buen sitio para pensar no?- llega Flavia al ver a Sebastián recostado en un árbol con un whisky en la mano- Deja eso- le quita la bebida de las manos.
- Pienso en el acto de hoy, ¿Cuándo haces cosas buenas no debes sentirte bien?- me dice Sebastián perdiendo en esa noche.
Sé que le ha costado un montón soltar aquella única oportunidad que nos daba la vida, y sé que me debe odiar por obligarlo hacer un deseo que no quería, pero era lo más justo entre nosotros. Sobretodo para Austin.
- Sí, es lo obvio- le respondo recostándome en el árbol con él.
- ¿Y por qué yo no me siento así?- gira su rostro hacia mí- Pienso que antes no hubiera hecho nada similar a lo de esta tarde, y lo hice por ti- en sus ojos veo mucha tristeza.
- Estoy orgullosa de ti, Sebastián- acaricio sus cabellos y él me voltea el rostro, esto me duele, así que continuo- pero ya debemos ir a casa es muy tarde.
- Uhm no- vuelve a coger la botella que dejé a un lado y bebe, luego lo lanza contra un árbol más lejano y se rompe en mil pedazos.- Me he puesto a pensar quién seré después de ti.
- No entiendo a qué vas- le espeto impaciente de su comportamiento.
- ¿Seré ese muchacho egoísta? ¿Ese delincuente? O de nuevo iré a los bares a emborracharme para luego meterme en peleas.
- Vas a ser Sebastián Mendoza, no serás nadie más que tú- froto su brazo, aun así noto que no quiere mis caricias.
- ¿Estabas segura de lo que decidiste?- me pregunta y yo no dudo.
- Completamente- mi voz es firme, ahora sabe que no lo hice por ningún berrinche.
A mí también me duele perderlo, me duele lo suficiente como para no querer vivir más, solo quiero que Sebastián sea feliz sin mí, lo será porque lo he soñado.
- ¿Estabas segura que yo, el egoísta Sebastián Mendoza pediría un deseo por Austin sabiendo que perdería al amor de su vida?
- Sabía que el amor de mi vida demostraría el amor que me tiene, aunque eso costara vivir sin mí por mucho tiempo.
- He pensado en que después de ti, deberé encerrarme en mi cuarto, las cosas no tendrán más sentido.
- No, no te quedarás recordándome en tu habitación esperando a que un día yo regrese, porque no será así.
- Pensaba hacer el hechizo de borrar recuerdo, al parecer te sirvió.
- No, Sebastián, tu futuro no será así, ya lo he visto hoy en la cafetería, por eso te pedí que lo hicieras. Amor, todo lo que he visto no funcionará si tú te encierras.
- ¿Qué viste de mí en el futuro?
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