CAPÍTULO 46: Siempre has sido tú

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Segunda semana de Junio.

Los días pasaban con suma tranquilidad, Cada día era distinto. Sebastián seguía todo el tiempo a la pareja, veía sus sonrisas, sus besos, sus caricias, absolutamente todo y le dolía. Por las noches, la veía dormida y acariciaba tiernamente sus mejillas, ella parecía como si sintiera y hacía un pequeño gesto en el rostro de gustarle.

- ¡Te extraño amor mío!- decía mientras hacía la acción de las mejillas- Estar acá es una tortura y sin ti, es como morir una y otra vez.

Y se levantó de la cama, su presencia lo hizo.

- ¿Sabías que puedo oírte verdad?- baja la frazada y Sebastián que estaba al pie de la cama se asusta al notar que ella lo veía y escuchaba.

Había vuelto a tomar esos jugos extraños.

- Qué alegría más hermosa es el que me veas. ¿Continúas tomando esos jugos?

- Solo lo hice hoy, por eso no te he visto antes, ¿Por qué has aparecido anteriormente no?

- Ja, ja, ja, todas las noches. Siempre te veo, aunque tú no me ves a mí.

- Y así dices que es parte de mi imaginación... ¡Bah!- le tira la almohada más cercana.

- Sigo muerto y tú sigues con tu vida. Me encanta que me hagas caso, aunque es estresante el ver que cada segundo que pasa, Austin te va enamorando.

- Yo siempre seré tuya. Y el hecho de estar enamorándome o no de él, es por ti.

- No lo sé. A veces no sé lo que digo. Lo único que sí sé, es que mi corazón te ama.

- ¿Y si hay alguna posibilidad que regreses? Porque el mundo en el que vivo es tan falso. Todavía no he podido borrarte y eso sí que es estresante.

- ¿Cuándo has visto un muerto revivir? ¡Nunca!

- Siempre fuiste pesimista y estando muerto también lo eres.

- Es ser realista, futura madre de mis hijos diabólicos- hace el coqueteo con los ojos y Flavia se ríe a lo grande.- Diabólicos- susurra Flavia, tan curioso como siempre, no cambiaba Sebastián.

- Igual de feos que el padre- ella hace una broma hacia su persona. Su mirada cambiaba al tenerlo al frente, era ver lo que más querías, lo que más te gustaba, lo que más adorabas en la vida y lo había conocido.

- Ja, ja, ja, si salen guapos es por mí, es claro. Pero si salen hermosos, te llevas tú los créditos- Flavia pensó que diría algo más grotesco, pero le gustó sus palabras. Nuevamente le sacó una sonrisa de verdad.  La jala hacia él y los dos sonríen por su gran momento que deseaban nunca acabar.

Sebastián tenía bellos ojos en los que te podías perder. Yo fui la primera en perderme sin la necesidad de verme.

- ¿Algo más que pides en esta vida?- se destapa para colocarse a su lado.

Ella deseaba qué regresara, vuelva a su mundo, vuelva a su vida. Eso es lo que ella pedía.

- No puedo pedir más, sería muy egoísta, te tengo a ti hasta lo que tenga que ser. Solo una cosa diminuta, sé tú por siempre. Sé tú el nombre, sé la persona, sé mi odio, sé mi amor, sé mi amistad, sé todos mis conceptos, pero sé tú. ¿Promesa?- Sebastián no piensa sus palabras, estaba siendo honesto y demostrando el amor inmenso que tiene por ellos, por su amor.

-  Prometido por siempre y para todo lo que nuestro amor llegue a ser- la situación se pone romántica. Era genial poder comprenderse tan bien.

- Y lo que será y lo que no fue, también es nuestra historia de amor-dice     Sebastián.

Caminos Cruzados💕Where stories live. Discover now