CAPÍTULO 29: Nadie lo sabía, ni siquiera ellos. Eran tal para cuál

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DIARIO

Jueves 18 de Diciembre.

Tiempo, maldito tiempo que avanzaba sin piedad, cada segundo suponía una nueva esperanza, pero no lo era, en lugar de esperanza traía desilusión, intriga y dolor, eso era, en eso es lo que se ha convertido mi vida desde ese día. Han pasado exactamente dos semanas desde que lo vi por última vez, desde entonces nadie sabe lo que es reír, o bueno, por lo menos yo.

-Nada - bufé entrando a la casa con cansancio y tirando el bolso en el mueble, atrás de mi llegó Amber. 

En esas semanas lo busqué, no era posible que me rompiera el corazón y se marchara como si no hubiera destrozado una vida.


-¿Qué tal les fue? -pregunto mi tía Ana, en su rostro se reflejaba el cansancio y el dolor, había venido de vacaciones ya tenía dos semanas en la casa.


-Nada tía, nadie lo ha visto -respondió Amber y en eso una lágrima se deslizó por la mejilla de mi rostro.


-Tranquila, él va a aparecer dentro de poco, no podemos perder las esperanzas, él regresará a nosotros- Amber la abrazó a su amiga y secó sus mejillas.


-Gracias Amber- le respondí - Yo voy a bañarme - dije, me dirigí a mi habitación y dejé que el agua me refrescara lo suficiente, estaba cansada, las ojeras que tenían eran espantosas, en las noches no dormía ¿Cómo dormí cuando no sé dónde está mi novio? ¿Cómo dormir cuando no hay ni una sola pista de su rastro? ¿Cómo duermo cuando no sé si esa carta fue una mentira o una realidad? Me regañé por ese último pensamiento, él volverá, yo lo sé.


-¡Hey cariño!, ¿Cuánto tiempo más va a durar esto? - le pregunté a su foto y después de unos segundos me sentí estúpida ¿Qué hago preguntándole a una foto?

Luego de ducharme, bajé rápido a la sala, encontré a mi mejor amiga y a mi madre decorando la casa de manera navideña. Yo seguía sin ganas de levantar algún cuadro o armar el árbol.


-Hola - saludé desanimada a mamá, ella solo acarició mi cabello y me dio un beso en la mejilla


-Necesitas dormir bien ¿Okey? Mírate esas ojeras amor - enlazó su mano con la mía y la apretó, ella sabía perfectamente cómo me sentía.

-Tengo miedo -murmuré después de un largo silencio -Tengo mucho miedo mamá, tengo miedo que él nunca más vuelva, y cada vez que duermo tengo la maldita pesadilla de que el vuelve, pero no de la manera que yo quiero, sueño que la policía encuentra su cuerpo frío y sin vida en algún callejón y...


-¡Flavia! ¡YA! ¡No pienses eso! -dio un mini grito sorprendida antes mis palabras que inmediatamente me abrazó con tanta fuerza y por primera vez en días una lágrima surgió de mis ojos.

Tomé la decisión de descansar, el sueño me invadía y mi cuerpo no resistía más, necesitaba tomar energías, mañana tenía clases a primera hora, no podía faltar por nada del mundo.


Me pasé esas últimas semanas sentada frente a la ventana, esperando verlo llegar hacia a mí diciéndome volví. Cada tarde era la misma, jalaba mi silla hacia la ventana de mi habitación y me quedaba contemplando por varias horas, a veces lloraba en silencio y cerraba la puerta para que no me oigan gritar, ¿Dónde estás mi amor? No es posible que te hayas ido, era uno de los tantos pensamientos que se me pasaban día a día y me atormentaban.

SEBASTIÁN...¡APARECE!

Viernes 19 de Diciembre.

Sebastián Mendoza siempre solía faltar,no era la primera vez que lo hacía, desde el primer día de clases había asistido solo una semana y media, a unas cuántas clases, sin toparse con nadie, a pesar de tener la posibilidad de irse a otro lado, algo lo empujó a que fuera aquel día y aunque no supo por qué, al final del día lo entendió, sus caminos se estaban cruzando.

Caminos Cruzados💕Where stories live. Discover now