18. ✞

10.2K 596 50
                                    

Abrí los ojos y lo primero que vi, fueron unos pósteres de versículos pegados en el techo. Reconocía perfectamente esos pósteres, por lo que me di cuenta que estaba en mi habitación. Intenté incorporarme en mi cama, pero mi estómago aun se sentía hirviendo por el ácido del alcohol. Me sentía mareada, asqueada y aturdida. Apenas y podía pensar con claridad y cuando intentaba recordar algo de la noche anterior, la cabeza me punzaba con fuerza.

-Por fin. Sarita ha despertado.- Aun en mi estado, me retorcí al escuchar ese apodo.

Entreabrí los ojos y vi a mi hermano entrando a mi cuarto con una bandeja llena de alimentos y una sonrisa cargada en ternura.

-Hola, Isaac.- Lo saludé con voz apenas audible.-¿Cómo rayos acabé aquí?

-Pues...ayer tuviste una noche bastante pesada. No te preocupes, nos lo han contado todo.- Contestó Isaac con compresión.

-¿Te importaría recordarme? Apenas y sé como me llamo.- Mi hermano soltó una risita y se sentó en el borde de la cama.

-Ayer estabas en la fiesta en casa de Giovanni y tú y él se equivocaron de bebidas y tomaron otras que no eran de ustedes. Las bebidas eran alcohólicas y por supuesto, acabaste totalmente borracha.- La mentira que alguien le contó a mi hermano fue totalmente creíble. 

Me acordé poco de lo que había pasado: Isaí y una chica tuvieron intimidad en una habitación, le enseñé las bragas a Isaí, me mató con la mirada y salí corriendo como si el diablo me estuviese persiguiendo. Llegué al bar, conocí a Kian...Kian, tomé una bebida, baile en un tubo hasta que mis fuerzas se agotaron y casi me violan. Kian me rescató, me llevó a su auto y calentó mi cuerpo con el suyo, evitando que me diera hipotermia o algo parecido. Después me llevó a mi casa, escuché los gritos de mi mamá de preocupación y la voz grave de de Kian diciendo que todo iba a estar bien y dijo algo más, pero no logré descifrarlo, pues me quedé dormida.

-Guau, que historia tan loca.- Le seguí la corriente al mentiroso que le había dicho eso y que por supuesto, me salvó la vida. No sabría que hubiera hecho si alguien hubiese contado la verdad...probablemente ya estaría crucificada.- ¿Cómo llegué aquí?

-¿De verdad no sabes?- Preguntó mi hermano con diversión.

-No. ¿Me trajo alguien llamado Kian?- Pregunté con vacilación.

-¿Kian? Por supuesto que no.- Mi hermano frunció el ceño con una sonrisa.

-¿Giovanni?- La lista de personas que me pudieron rescatar se estaba agotando.

-No, zopenca.- Se río.- Fue Isaí.

Isaí. Isaí. Isaí. Isaí.

Mi mente me torturó haciendo eco el nombre que menos quería escuchar. Sentí como mi corazón comenzó a acelerarse y al ver la sonrisa de diversión de mi hermano, me sentí tan apenada e incómoda.

-Isaí solamente me trajo, ¿no?- Estaba aterrada ante la respuesta.

-Te trajo, te cuidó mientras estabas fuera...nos contó que te hizo entrar en calor porque estabas helándote a fuera. Y si fuera poco, se quedó aquí, siendo tú enfermero. Se fue hace una hora, más o menos.- Se me secó la garganta. No podía creer lo que me había dicho.

Entonces todo tomó sentido: Como mi cuerpo reaccionó de feliz cuando me cargaron en brazos y como reaccionó cuando se quitó la camisa y se me encimó para calentarme. El olor del auto y de la camisa tan reconocible, sexy y calmante. La voz masculinamente sensual, grave, enojada y felina, provocándome ese calor corporal y esa felicidad interna.

-¿Qué quieres decir con enfermero?

-Se quedó despierto, revisando que todo estuviera bien contigo. De vez en cuando, se acostaba a tú lado para poder hacerte entrar en calor, pues estabas helada. Te dio masajes para relajar y calentar tus músculos y quien sabe que más. Él fue el único que no durmió para estar pendiente de ti.- Mi hermano me tocó la rodilla.- Papá quería llevarte al hospital pero Isaí negó. Dijo que estarías excelente para hoy en la mañana y creo que tenía razón.

Erotismo VirgenWo Geschichten leben. Entdecke jetzt