31.✞

8.8K 445 139
                                    

Desperté. Me incorporé en mi cama y grité al ver a Isaí acostado y dormido en mi oso que él me regaló. Del susto, él se levantó de un salto y buscó algún ratero o algo en la habitación, con el ceño fruncido y medio adormilado. 

Me volteó a ver y sonrió con inocencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me volteó a ver y sonrió con inocencia.

-¿Qué rayos haces aquí?- Pregunté gritando.

-Estaba durmiendo pero me has sacado el alma con tu grito, Sarahí- Entrecerró sus azulados ojos.

-Ay cariño, perdóname por gritar al verte tirado en mi oso como un vagabundo drogado- Lo fulminé con la mirada.

-¿Cariño?- Sus ojos brillaron de emoción y la comisura de sus labios comenzaron a levantarse. Puse los ojos en blanco para evitar sonrojarme.

-¿Mis papás saben que estás aquí?-

-Por supuesto. Me quedé a dormir con tu hermano y en la madrugada comenzaste a gritar. Así que vine corriendo y vi que tenías una pesadilla. Me acosté a lado tuyo y te abracé hasta que te quedaste noqueada yo creo- Se aclaró la garganta y comenzó ligeramente a sonrojarte- Gritaste mi nombre.

Me puse pálida y fría. ¿Yo? ¿Gritando su nombre? Imposible....oh aguarda...¡Tiene razón! Había soñado que Isaías volvía y me violaba...entonces empecé a gritar el nombre de Isaí...pero no sabía que lo había hecho en la realidad. Me puse roja como nunca. Isaí me miraba con una sonrisa torcida, creía que era nerviosa o algo.

-Bueno...tuve una pesadilla...

-Cuéntame- Se acercó Isaí a mi cama. No lo había visto bien; llevaba un mini bóxer de color negro...¡Ajustado!  Jesús, tenía que quitar mi vista de ahí. Una camiseta ajustada sin mangas lo acompañaba y estaba descalzo. Dios mío. 

¿Estaba así con el frío que hacía? Me pregunté como se cambiará cuando haga calor.

-Ya no me acuerdo bien- Le dije encogiéndome de hombros y volteando a otro lado que no sea a su sexy ropa interior o a él en general.

-Vamos Sara, lo que te acuerdes- Me tocó la pierna. Bajé más mi vestido monja de pijama para evitar cualquier visión de mi piel.

-De verdad ya ni me acuerdo- Resistí. No tenía porque contarle que era un héroe para mí.

-Bien- Bufó- Te espero a bajo para desayunar.

-¿Bajarás....bajarás con ese bóxer?- No sabía porque pero tenía mi boca hecha agua. 

Jesús, el agua bendita de mi estómago se estaba saliendo de mi cuerpo por tanta cosa mundana que había estado haciendo y viendo.

-¿Por qué?- Sonrió con seducción. Levantó su camiseta hasta su clavícula, dejando a la vista su gigantesco bulto en su bóxer y su perfecto torso hercúleo. Ahora sabía porque era estrella porno. Era simplemente perfecto- ¿Acaso te hago pecar, Sarita?

Erotismo VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora