55.✞

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Lunes.

El fin de semana pasó lo más rápido posible. No fuimos a nuestra antigua iglesia, pues tenía pavor de encontrarme a Isaí. Terminé rompiendo el aparato que Isaí me había regalado, pues no paraba de sonar, tanto de mensajes, como de llamadas. El único mensaje que medio leí decía: "Te necesito...me estoy murien.." Y cuando leí eso, lo rompí. Ese mensaje me lo había mandado el domingo como a las nueve de la noche y con eso bastó para quitarme el sueño.

Mi papá me prestó su auto para poder ir a la escuela. Ya casi salía de vacaciones, por lo que faltar no era opción. Una vez que estacioné el auto en el estacionamiento del campus, bajé y de la forma más encorvada posible. Casi tanto como cuando Melody fingió su actitud humilde. Entré por las grandes puertas de la entrada y sentí como los nervios se acumulaban en mi estómago, haciendo un espantoso nudo. Caminaba insegura y no era así, pero sentía que las miradas de todos estaban sobre mí como si fuera el centro del circo. 

-Oh, miren quien viene aquí- Dijo una voz que me erizó toda la piel en forma de defensa- Si es mi mejor mejorsísima amiga, Sarita bebé.

Melody. Dejó de usar las faldas largas (como la que yo llevaba) y usó una micro falda que le llegaba a la mitad del glúteo. Llevaba un top que era más bien un brasier de color negro y unos tacones que eran más altos que su ego. Caminaba como si estuviera en una pasarela y Amanda le pisaba los talones como buena mascota. Su cabello negro estaba agarrado en una alta coleta, dejando a la luz su maquillaje sensual y excesivo. Sus labios pintados de un azul cielo, sus ojos delineados de un grosor como mi dedo pulgar y desde mi distancia, podía oler el perfume con alguna brujería para atraer a hombres y mujeres lesbianas.

-Maldita farsante- Dije entre dientes. Ella se rió de forma espeluznante.

-Es que aun no puedo creer que de verdad caíste. Eres más idiota de lo que creí- Se burló- Solamente es cuestión de cambiar de look para que creas. Pero que idiota.

-¡¡Hija de...

-Ey, cuidado con ese vocablo, Virgen Guadalupe- Rugió- Por cierto, nuestra fiesta- orgía, fue subida con éxito y ahora tien más de cuato millones de reproducciones. Eres toda una estrella porno, cariño- Me guiñó su ojo emplastado con maquillaje y se rió de forma diabólica.

-¡Te maldita sea demandaré!-Amenacé ocultando mi tristeza y mi dolor- Eres una...

-Cállate el hocico- Gruñó en forma paranormal- No puedes demandarme- Se miró las uñas y sacó un papel de su bolsa de marca- Tú firmaste esto y por si no sabías, es un permiso para salir en el vídeo. Tú firmaste como una maldita ciega que no sabe leer y ahora podemos tener el vídeo para siempre si así lo queremos- Se rió y apoyó una mano en su cadera.

-¿Por qué...por qué lo hiciste? Confíe en ti. Busqué luz en ti cuando no había nada- Dije gimoteando. Ella rió irritada.

-¿Buscar luz en mí? Si yo soy la luz- Sonrió en forma sensualmente altiva y comenzó a acercarse a mí, resonando los tacones en el suelo- Y lo hice para enseñarte que a mí NADIE me quita lo que es mío, en este caso: Isaí. Me terminó por ti y...bueno, ahora tanto él como tú, pagaron las consecuencias de intentar jugar conmigo- Se rió de forma hueca. Volteé a ver a Amanda y vi que se encontraba un tanto incómoda- Yo hubiera hecho cualquier cosa con tal de verte pudriendo de tristeza como ahora. Mírate los ojos. Jesús, si así estás por fuera, no me imagino por dentro...no sé como sigues sin suicidarte- Se rió gritando- Acostúmbrate, porque a partir de ahora, eres una estrella porno, Sara. Y muchos te están requiriendo. Quien sabe y puedes ser mi reemplazo...no, la verdad es que no -Dijo de forma remilgada. 

Se rió y se acercó a mí. Estaba a punto de protestar y pelear hasta el final...pero mis fuerzas no eran suficientes. Solamente me quedé mirando sus ojos casi rojos de la ira. Se pasó la lengua por los dientes y después, sonrió como un monstruo. Su boca olía a menta combinada con muerte, haciendo que mis vellos se erizaran.

-Destruí a la mojigata- Dijo en forma victoriosa, dio media vuelta y comenzó a largarse de mí moviendo las caderas en exageración- Ah y otra cosa, dile al imbécil de Isaí que ahora sí es libre de hacer lo que quiera con quienquiera y andar con cualquier mojigata de segunda. Adiós, Sarahí...o más bien, amiguita del alma.

Se fue riendo como una espantosa bruja endemoniada. Me enjugué las lágrimas con los dedos antes de que pudieran salir y estaba a punto de ir tras ella, preguntarle a que se refería con que era libre y de pasada, arrancarle las extensiones de cabello. Pero sacada de la nada, Pamela apareció corriendo y se paró delante de mí. 

-Dios mío, ¡Sara! Te necesitamos- Dijo gimoteando y respirando agitadamente. 

Estaba totalmente en su peor aspecto. Tenía la cara hinchada, el maquillaje corrido y difuminado, ropa llena de manchas de comida y olía a sudor combinado con comida.

-¿Qué...qué pasó?- Le pregunté pensando en que algo le había pasado a mi hermano- ¿Por qué estás así de...?

-Porque no hay tiempo de cambiarme mi maldita ropa- Dijo casi gritando- Isaí...Isaí te necesita.

Por educación, no me reí en su cara. Pamela se veía totalmente mal, de hecho, se veía espantosa y probablemente lo que sea que le pasó a Isaí, la ha estado consumiendo poco a poco.

-¿Ah si?- Pregunté sarcásticamente- Vaya, que mal.

-¡¡No seas así!!- Gritó Pamela- Te necesita, Sara, de verdad te necesita. Y no solamente él, también todos nosotros como su familia.

-¡¡No me importa!! No pienso volver a mi vómito como dice la Biblia. Ahora, si me haces el favor, largo de mi vista, no solo de ahora, sino para siempre- Le rugí- Y también dile a Isaí que deje de acosarme o lo terminaré demandando.

Con todo el dolor, di media vuelta y estaba dispuesta a caminar, cuando Pamela me tomó suavemente de la mano. Mi mirada siguió una lágrima enorme que salió de sus ojos. Inhaló aire para hablar, pero terminó suspirándolo en una forma bastante trágica. Se aclaró la garganta y con el labio inferior tembloso, me dijo algo que me mató:

-Isaí está en el hospital. 

Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now