46.✞

8.5K 409 57
                                    

Medio desperté y me di cuenta de que estaba en mi cuarto, acostada en mi cama y era de noche. La lluvia seguía cayendo de una forma totalmente relajante. Me toqué la cara y noté que el maquillaje había desaparecido por completo y por si fuera poco, mi cara se sentía exageradamente suave. Todo estaba oscuro, por lo que decidí prender la luz para ver si tenía mi vestido (pues por alguna extraña razón, no sentía mi cuerpo) y al estirar mi mano para poder prender la lamparita en que se encontraba en una mesita a lado de mi cama, sentí algo suave y a la vez, áspero. Me apresuré a prender la luz y una vez prendida, noté que se trataba de Isaí, que estaba a lado mío, durmiendo boca arriba, con sus labios entreabiertos y los ojos cerrados, casi pegados con pegamento. Su respiración era calmada y veía como su fuerte pecho se subía y bajaba. Noté que se había bañado, pues olía a shampoo y jabón. Llevaba una camisa que de seguro, mi hermano le había prestado y llevaba un bóxer...Dios mío.

-Isaí- Lo llamé para decirle que se fuera de mi habitación.

Mis papás ya estaban sospechando acerca de Isaí. Gracias a Dios, aun no me preguntaban si andaba con él o si me gustaba, simplemente me miraban con sospecha y me preguntaban disimuladamente sobre si tenía pareja o algo. Mi papá era un celoso en exceso, como cualquier otro papá, pero el mío, era literalmente un duro de corazón y si supiera que él y yo...bueno, teníamos algo, de seguro le dispararía o algo.

-Isaí- Intenté volver a despertarlo, pues los pensamientos de mi padre ahorcándolo, no me parecieron los más calmantes.

Isaí por fin pareció reaccionar. Después de unos movimientos y quejidos, entreabrió los ojos, encontró mi mirada y me sonrió con toda los labios y los ojos.

-Hola- Saludó con voz excesivamente ronca y con ese aroma tan refrescante que pensaba que era imposible tener recién despierto.

-Mis papás te ahorcaran si te ven aquí. Tienes que irte- Le dije y él frunció ligeramente el ceño.

-Sara, no me puedo ir- Sacó su celular de su bolsillo del pantalón y revisó la hora- Carajos, son las cuatro de la mañana. Será mejor que tanto tú como yo, durmamos- Cerró sus azulados ojos.

Con sus ojos cerrados, pude notar lo largas y afeminadamente naturales que tenía las pestañas. De verdad, eran impresionantes y ahora supe por qué sus ojos se veían más grande de lo normal. 

-Isaí- Le acaricié la mejilla con el torso de mi mano- Mi papá se enojará y te matará si te ve en mi cama.

-Me iré de tu cuarto antes de que tus papás despierten y me iré al cuarto de tu hermano para que piensen que nada pasó. Por alguna extraña razón, tus papás confían en mí- Dijo un tanto altivo.

-Es porque no te conocen- Dije y él se echó a reír de manera ronca.

-Vamos, Sara. Tenemos que dormir. ¿O acaso quieres que me vaya?- Preguntó mirándome fijamente a los ojos casi haciendo pucheros con la mirada. Sentía como mis ojos me quemaban como si no hubiera parpadeado por minutos ante su mirada flameante.

-No. Pero tampoco quiero meterte en un problemón. Así que tendrás que irte antes de que mis padres despierten.

Isaí sonrió con intensidad, volteó su cuerpo hacia el lado donde yo estaba, enterró una mano abajo de su almohada, acostó la mitad de su cara en la almohada y se quedó así, acostado y viéndome con alucinación. Rápidamente apagué la luz, pues a parte de que me urgía dormir, no podía seguir viendo sus fluorescentes ojos hiponitzándome y tentándome al mal.

-No sé como lo logras siempre- Dije a oscuras.

-¿Lograr qué?- Preguntó con esa voz tan grave que parecía de locutor. Aun en la oscuridad, sentía su mirada fija en mí.

Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now