34.✞

7K 426 34
                                    

Desperté con un extraño sabor en mi boca. También olía ligeramente extraña mi cara y me pregunté que había pasado en la noche. Cuando intentaba recordar algo, la cabeza me punzaba con fuerza intolerante. Estaba demasiado demasiado debil que hasta circular sangre por todo mi cuerpo, me costaba trabajo.

-Buenos días, Ester- Dijo Kian entrando en la habitación donde me encontraba. Mi vista se desanubló y pude ver con más claridad que estaba en casa de Kian. 

-¿Qué...qué rayos pasó?- Pregunté con una voz extrañamente ronca y grave. Kian soltó una sensual carcajada no muy fuerte para no alterar mi jaqueca.

-Pues...creo que te quedaste fundida con la bebida que te di en el bar...¿Te acuerdas de eso o quieres que te explique desde el principio?- Preguntó alzando una ceja.

-Pues...vaya, de verdad no me acuerdo de nada...pero supongo que tenía mis razones para beber, ¿No es así?- Pregunté masajeando mis sienes.

-Supongo que si- Kian suspiró- Pero bueno, ahora estás aquí, a salvo y lo mejor: conmigo- Sonrió de oreja a oreja provocándome algo similar a Isaí...

Isaí.

Me acordé del asqueroso y obsceno vídeo que había visto en la pantalla de plasma gigante. Me acordé como ambos gemían al unisono y...bueno, mejor dejaba ahí de acordarme o terminaría vomitando.

-Gracias por cuidarme, Kian- Sonreí con debilidad- Te debo una gigante.

-No, no te apures- Se encogió de hombros.

-Oye...¿Mis papás saben que estoy aquí?- Pregunté demasiado cansada como para preocuparme.

-No saben que estás conmigo. Le mandé un mensaje a tu hermano dicíendole que te ibas a quedar a dormir en casa de Giovanni porque tenías que hacer un proyecto eterno para mañana.

-¿Te creyó?- Me pareció ridículo que mi hermano creyera esa excusa y más, cuando hacía muchísimo no dormía en casa de Giovanni- Es que pasaron algunas cosillas y...bueno...no creo que se la haya creído.

-Pues afortunadamente si. Dijo que estaba bien y que él se lo explicaría a tus padres- Sonrió- Pero claro que después de unos millones de mensajes, pudo creerme.

-Guau, te debo una- Sonreí pero mi cabeza tortuosa me  hizo quedarme seria de nuevo.

-No te apures...oye, ¿quieres que te lleve a tu casa?- Preguntó y se sentó a lado de mí en la cama que hasta ahora, me había dado cuenta de que estaba extremadamente suave y cómoda.

-No...no hace falta. Iré a la escuela- Dije con dificultad.

-¡De eso nada! Por supuesto que no. ¡Mírate! Estás hecha un lío. Te quedarás a descansar, Ester. Así sea lo que menos desees- Mandó.

-Bien...¿pero mínimo podemos ir a mi casa?- Tragué saliva y ahí estaba, de nuevo, el extraño sabor...¿Salado? En mi garganta. Me pregunté porque mi boca sabía así...pero habían otras cosas por las cuales preocuparme, por ejemplo: Mis padres. 

-Claro, tú me dices cuando te llevo- Sonrió y salió de la habitación- En cuanto sentí la soledad, me quedé nuevamente dormida con ese extraño sabor en mi boca y la duda comiéndome viva.

  ✞ 

-¡Sara! ¿Por qué te quedaste a dormir con Gio?- Preguntó mi hermano con un tono de voz...¿falso? En cuanto entré a mi casa.

-Pues...tenía que hacer un proyecto eterno y...pues ya sabes. No había opción- Me encogí de hombros y me sentí con tortícolis.

-Entiendo...pero ¿por qué te trajo Kian?- Preguntó mi hermano de forma sospechosa y con una sonrisa sarcástica. Estaba ocultando algo, yo lo sabía.

Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now