26.✞

9.2K 536 26
                                    

-¿Qué pasó?- Preguntó Isaí enjugándose las lágrimas con su camisa. 

Estaba a punto de contarle una de mis secretos más íntimos. Ni siquiera mis papás lo sabían y eso, porque había decidido mantenerlo en secreto. Pero como dice la biblia: "Todo secreto sale a la luz" o algo así. Tragué saliva para eliminar el nudo bola que sentía en mi garganta y me senté en la cama casi a la orilla.

-Yo tenía un amigo...No vas a decirle nada a nadie, ¿me escuchaste?- Lo miré con seriedad que ni siquiera yo sabía que tenía. Él acertó con la cabeza un tanto intranquilo.- Bien, tenía un amigo llamado Isaías que lo conocí en la iglesia.

-Oh, ahora entiendo tu odio hacia mí- Interrumpió Isaí con la voz aun cortada. Puse los ojos en blanco.

-No tiene nada que ver. ¡No interrumpas!- Lo regañé. 

Levantó las manos en modo de defensa y me hizo una seña con la cabeza para que prosiguiera.

-Bueno, Isaías y yo éramos los mejores amigos inseparables. Casi hermanos. Me contaba todo y yo a él. Íbamos a todos los lugares juntos, nos veíamos todos los días y hablábamos por teléfono durante horas. Pero todo cambió cuando él perdió su virginidad. Tenía 16 años al igual que yo y él la perdió porque lo necesitaba. Estaba muy muy muy necesitado y pues...se dejó llevar por la calentura- Cerré los ojos en forma de dolor e Isaí puso su mano sobre mi hombro para darme ánimos y me regaló una sonrisa cariñosa- Gracias...bueno, el punto es que Isaías me contó todo acerca de su primera vez y yo al principio me sentí bastante feliz por él, pues su felicidad y alegría era contagiosa. Hasta me animó a hacerlo y de verdad, me lo pensé. Imagínate cuanta influencia tenía en mí.

~Una vez estábamos en su casa jugando videojuegos. Yo perdí y él en forma de burla, comenzó a hacerme cosquillas y a decirme perdedora para molestarme-Proseguí cada vez con mas dolor- De un momento a otro, sus cosquillas comenzaron a tornarse bastante...sucias y empezó a meter su mano sobre mi camisa- Isaí crujió los dientes del coraje. Le puse mi mano sobre su pierna para calmarlo y él dócilmente, se relajó- Yo estaba intentando quitármelo de encima pero él era tan fuerte y aun más por toda la desesperación combinada con la lujuria. Empezó a besarme el cuello y después a mordérmelo con ferocidad como un auténtico violador. Yo gritaba y lloraba pero no había nadie en casa para salvarme y él para callarme, me metió sus dedos hasta la garganta y casi me ahoga. No podía respirar...me estaba asfixiando. Después de un rato, logró quitarme la camisa, el sostén, la falda e intentó quitarme los calzones. Lo logró. Estaba desnuda ante mi casi hermano y aun no me quitaba sus dedos de encima, casi matándome. Al tocar mi...intimidad...empezó a excitarse tanto que...bueno...se corrió- Me puse tan roja que me tuve que tapar la cara para evitar verme como un jitomate hablando- Y justo antes de morirme asfixiada, quito sus dedos y pude respirar. Una vez que estaba debilitado por el orgasmo, aproveché. Me levanté, me puse una cobija que estaba ahí al rededor de mi cuerpo y salí corriendo de ahí. Aun recuerdo como Isaías me gritaba con desesperación que lo perdonara mientras me perseguía con lágrimas en los ojos. Se tropezó, cayó al suelo y ya no me siguió. Esa fue la última vez que lo vi, pues me mudé a este lugar donde estamos ahora. Ah y por si fuera poco...él también me decía Sarita de cariño. Por eso, detesto tanto ese nombre. Y por eso, detestó el sexo...pues convirtió a mi hermanito, en un violador adicto al sexo que casi me mata asfixiándome. Estuve a una nada de morir, Isaí.

Cuando me destapé la cara, vi que Isaí  me miraba boquiabierto. Vi como su cara era un arcoíris de emociones. Estaba enojado, triste, aliviado de que no me pasara nada, furioso, etc. Se acercó a mí y me abrazó con tanta melosidad y comprensión, que me hizo ponerme a llorar. No me había acordado de lo terriblemente espantoso y doloroso que había sido...pero más bien estaba llorando porque me sentí de lo mejor al haber dejado salir algo que me estaba matando poco a poco. Isaí me escuchó y la forma en que me miraba..era como si me jurara protegerme con la mirada. Después de mucho tiempo, por fin una oleada de paz se apoderó de mí.

Erotismo VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora