19.✞

9.6K 594 92
                                    

Sarita:

Yo sé que tal vez te estés preguntando porque te bombardeé de regalos. No tengo una respuesta que pueda explicarlo, solamente me nació regalarte todo eso. 

Por este medio, quiero decirte que lo que viví contigo la noche anterior, fue una de las cosas más horrendas que he vivido en toda mi vida. Y vaya que he vivido cosas horribles. Verte a ti, tan débil, frágil y a punto de ser violada, fue  algo que ni en mis peores pesadillas pudiera haber visto. Yo le tengo miedo a las alturas y a los tiburones...pero ¡carajos! Verte casi violada se ha convertido en mi fobia.

 Cuando te cargué y susurraste el nombre de un imbécil llamado "Kian" me sentí tan cabreado que estaba dispuesto a preguntar quien se llamaba así y literalmente, colgarlo de los huevos en un maldito poste. Pero al oler tu aliento, supe que no estabas borracha, estabas drogada. Alguien te había dado algo para drogarte y aprovecharse de ti. Por eso te encontrabas en ese estado tan...aterrador.

Estabas tan fría, tan tiesa, tan...débil y me preocupaste tanto, que siento que me dará alguna enfermedad del susto. No comí, no dormí, casi ni respiraba con tal de cuidarte...no quería perderte, Sara. No quiero perderte nunca. Cuando me acostaba contigo para hacerte entrar en calor, te sentía tan frágil y...carajos no pienso llorar....no lo vuelvas a hacer Sara. Hay muchísimos idiotas capaces de drogarte para poder meterse a tus bragas con facilidad. Te pueden hacer daño y si lo llegan a hacer, no tendré control sobre mi ira y atacaré con todo.

Supongo que hiciste todo eso porque estabas enojada conmigo por haberme visto saliendo del cuarto sin playera, detrás de una chica acomodándose la ropa...Si eso fue lo que te cabreó, quiero disculparme. No quiero que me vuelvas a hacer vivir eso...no quiero que vuelvas a ese bar ni a ningún otro.

Es por eso que te regalé ese oso de peluche tan grande. Cuando lo vi, le encontré un poco de parecido conmigo. Cuando tú estés enojada conmigo, triste o decepcionada, hazle todo al oso: golpéalo, grítale, rasgúñalo, etc. Haz lo que quieras con él con tal de desquitarte conmigo...pero por favor, no vuelvas a acudir a Rajab...es simplemente una tortura mucho más grande de lo que crees y no sé si seré capaz de volver a soportarlo. 

Yo sé que las cosas entre nosotros dos han sido totalmente difíciles y quiero decirte que mi actitud cambiada no  es porque sea actor porno...es simplemente que me han pasado taaaantas cosas que...es díficil volver a ser el mismo. Te explicaría lo que me ha pasado y porque hago ese tipo de vídeos (porque claro, hay una razón y tú no me dejas explicártela) pero se me haría muy cobarde escribírtelo. Prefiero decírtelo cara a cara para que veas que no miento, para ver como reaccionas, para verte. Simplemente para verte. Aunque yo sé que tú me odias por ser un acosador, posesivo, hostigoso, o lo que sea, quiero que sepas que no me rendiré. No pienso descansar hasta que tú me escuches. No pienso irme de este maldito y cruel mundo hasta que tú me prestes atención por unos minutos.

Carajos, ya me enfadé. 

He estado ensayando tanto lo que te voy a decir. Lo he ensayado día, tarde y noche; parece como si fuera mi pan diario. Estoy dispuesto a perseguirte con tal de que me escuches y aunque me demandes, me golpees, me humilles o cualquier otra cosa, yo seguiré de enfadoso y latoso como una mosca, con tal de que me escuches. 

Es solamente lo que te quería decir en esta maldita carta. Estoy enfadado porque tú me evitas a toda costa, cuando yo solamente quiero hablarte por unos estúpidos minutos. Estoy harto de que me hieras verbalmente y juzgándome diciendo lo único que quiero de ti es tu virginidad. ¡Carajos! Si lo único que quiero es que me pongas un maldito minuto de atención. ¿Es mucho pedir eso? ¿Acaso eso te quitará la virginidad? ¡Diablos! Estoy que voy a vomitar bilis.

Ya me cabreé. Mejor dejaré de escribir porque después pongo groserías y en lugar de parecer una carta para motivarte a escucharme, parecería el maldito libro de Snooki de Jersey Shore. Estoy enojado pero a la vez, esperanzado de que por favor, me escuches. Solamente un minuto te pido. Un minuto y tú sabrás si quieres dejarme de hablar para siempre o no.

Atte: Isaí.




Pd: Te veías bien...que digo bien, hermosamente sexy con tu disfraz de Hiedra. Aunque si me metieran a la cárcel por matar a gente en mi mente, tendría cadena perpetua por matar a todos los imbéciles idiotas que se te quedaban mirando con cara de babosos.

PD2: De verdad, te veías sensacional. Carajos, me acosté con esa maldita chica unicornio para poder quitarme la calentura que tú me ocasionaste. ¿Estás contenta? Haces que pierda la maldita razón, Sarahí. 

PD3: Ya me enojé nuevamente. Disfruta tus dulces y espero que no le hagas mucho daño al oso pensando en mí. Aunque bueno, prefiero que le hagas daño al oso a que andes otra vez de zopenca como Rajab. 

PD4: Ahora sí eres mi Hiedra. Dios, me sonrojé al escribir esto.

Y así acabó la carta-libro de Isaí. Cuando acabé de leerla, noté un lago de lágrimas en mi camiseta de pijama. De seguro estaba llorando porque eran las palabras que siempre quise escuchar de parte de él. 

Su letra perfectamente cursiva y preciosa, su forma de expresarse y el aroma de esta carta, me mataron. La forma en la que estaba igualmente de desesperado por que lo escuchara en persona como en la carta, me tocó el corazón y me recordó a todas esas veces que casi me rogaba de rodillas que le prestara atención. Era un precioso detalle de Isaí y logró hacer que mi corazón duro se ablandara que mi orgullo desapareciera.

Agarré mi celular, le pedí a mi hermano que me diera el número de Isaí y una vez que me lo dio, le mandé un mensaje que tal vez después me arrepentiría de haberlo enviado:

-Está bien. Te escucharé.

-¿Quién eres?- Me contestó y me eché a reír.

-Sara.

Supuse que todos necesitaban una segunda oportunidad, así que intentaría dársela y dejaría que me aclarara las cosas y yo también podría aclararle algunas, como por ejemplo: Porque me comportaba así con él.

-¡¡¡Carajos, si!!!! ¡Hasta que entraste en razón! ¡Gracias! Oh Dios, estoy hiperventilando. ¡Gracias, Sara!- Fue lo que decía el mensaje que Isaí me envió en respuesta al mío.

Sonreí al ver su respuesta, bloqueé el celular y me acosté en el suelo, con el oso como colchón. Tenía que pensar en que le diría pero mientras pensaba, me quedé profundamente dormida, soñando con unos espectaculares ojos azules. 

Pero por alguna razón...soñé que esos impresionantes ojos azules, estaban llorando.


Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now