30.✞

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Me cambié poniéndome un vestido color azul fuerte, acampanado y que me llegaba justamente a la mitad del muslo. Gracias a Dios, tenía unas mangas de tres cuartos y no estaba tan escotado. Me puse unas zapatillas color beige, me peiné con mi cabello planchado en media coleta, me puse poco delineador y rímel, me pinté los labios de un rojo-rosa y me puse mi perfume favorito de vainilla. Mi outfit no estaba listo hasta que me puse un pequeño crucifijo diamantado de anillo y un collar que hacía juego perfecto.

Bajé las escaleras con mi pesada mochila y lo primero que vi fue a Isaí vestido con unos pantalones ajustados de licra, una camiseta sin mangas pero con el cuello redondo y unos tenis Vans. Todo su conjunto era negro al igual que su alma.

Llegué al final de las escaleras y noté que Isaí no paraba de mirarme. Parecía hipnotizado por mi apariencia, hasta que llegó Isaac y le dio un ligero manotazo en la cabeza para despertarlo.

-Te prohíbo que babees por mi hermana y menos cuando tienes novia- Recé para que mi corazón no se haya oído romperse. Isaí le lanzó una mirada aniquilante y después me regaló una sonrisa de disculpa.

-Sarita...

-Está bien, no me molesta- Me encogí de hombros para fingir estar bien cuando por dentro, me estaba muriendo.

Llegamos a la escuela en lo que pareció una eternidad y eso, porque mi hermano estaba hablando de Pamela y de lo mucho que le interesaba. Isaí le hablaba de Melody pero no notaba incómodo y de vez en cuando, lo pillaba mirándome por el espejo lateral del auto como intentando decirme algo con la mirada que obviamente, no pude descifrar.

-¡¡¡Mi amor!!!- Chilló Melody en cuanto vio a Isaí bajar del auto. Me miró con odio y después, se echó a correr hacia él. Lo llenó de besos melosos en los labios y el último beso que le dio, aprovechó y le agarró con los dientes el labio inferior. 

Arrugé la nariz y vi como Isaí en lugar de estar concentrado en el beso, me miraba a mí y no me despegaba la mirada ni un segundo. Incapaz de seguir ahí, comencé a caminar sin voltear atrás con el corazón hecho trizas.

-Hey, ahí está mi chica favorita- Dijo una voz masculina hechizante en cuando entré. Era Kian, quien se posicionó en frente de mí con una preciosa sonrisa cautivadora- Hola, guapa.

-Hola- Las alarmas de mi cuerpo se activaron advirtiéndome que me alejara de él...pero recordé la escena de Melody e Isaí teniendo intimidad en pleno público e ignoré las alarmas.

-¿Tienes algo que hacer mañana? Estaba pensando que...pues ya sabes, podemos ir al cine o algo así...¿O será que ya eres propiedad de Isaí?- Solté una carcajada que pareció más bien un grito horrorizado.

-Por supuesto que no soy de nadie. Solo de Dios- Volví a reír pero esa vez, pareció más bien un sonido de cerdo por lo que decidí callarme- Por supuesto que iré contigo. Cuenta con ello.

Si Isaí se llegara a enterar que yo había aceptado salir con Kian, probablemente ese sería mi final. Kian sonrió como victorioso y con un gesto de cabeza, aceptó.

-Bien, ¿Me pasas tú dirección para pasar por ti?- Sacó su celular. No le iba a dar nada, pues aun era un desconocido.

-No hay necesidad. Mejor nos vemos en el cine, ¿te parece?- Sonreí. Me devolvió la sonrisa.

-Me parece. A las 8:00 en el centro comercial más típico de aquí, ¿te parece?

-Anotado- Sonreí- Bueno, te dejo porque tengo que ir a clase. Adiós- Me despedí de él levantando y agitando la mano. Él me detuvo la mano y se llevó mis nudillos a sus labios y los besó con suavidad. Fue un gesto bastante galanteado.

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