53.✞

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Por fin, acabamos de decorar todo. Melody se empezó a comportar mucho mejor que antes, pues dejó esos comentarios que tan tensa me ponían y cambiamos de tema a uno bíblico. Le expliqué que Cantar de los Cantares era mi libro favorito, pues era el más romántico de la historia. Ella me juró que lo leería si yo leía todo el libro de Deuteronomio y yo, encantada acepté.

-Bien, vamos a cambiarnos- Dijo Melody en cuanto acabamos de decorar. Se veía increíble el departamento, repleto de globos rojos, negros y blancos.

Hice caso y fui por mi vestido. Lo saqué de la bolsa y después de darle millones de repasadas con la mirada y desaprobar el tamaño, decidí aceptar y me encerré en el baño. Me quité mi ropa y la intenté doblar, pero al final de cuentas, parecía un nido de pájaros. Me bañé rápidamente usando el shampoo masculino de Isaí y también, su esponja. Después de cinco minutos, ya estaba seca y lista para el vestido que tan aterrada me tenía. Metí ambas piernas por el vestido blanco pulcro y me lo subí lo más que pude, casi hasta mi clavícula. Pero entre más me lo subía, más piernas enseñaba, por lo que después de lo que pareció medio día, terminé en un punto medio. Enseñaba tanto pierna como escote, pero no tanto como pensé.

Me comencé a maquillar enchinándome las pestañas y pasándome millones de capas de rímel. Me pinté los párpados de un rosa que apenas y se notaba y mis labios, me los delineé con un rosa que se parecía mucho al de mis ojos, pero ése era un poco más invisible. Me puse otros cuantos polvos en la cara y después de que vi el look natural y delicado, me conformé. Me planché el cabello hasta que parecía un velo como la biblia dice y después, me bañé en perfume, pues no quería oler a shampoo de hombre. Después de darme unas cuantas repasadas, agarré la ropa hecha bolas y mis tenis que llevaba, y salí.

-¡¡Pero que preciosa!!- Chuleó Melody. 

Ella se veía deslumbrante. Llevaba los ojos pintados elegantemente de negro, los labios con un rojo tinto, su vestido negro que enseñaba sus perfectas, delgadas y bronceadas piernas y unos altos tacones negros. Su deslumbrante cabello negro estaba planchado y agarrado en una coleta alta de caballo. Desde mi lugar, podía oler la deliciosa fragancia que usaba y me pregunté qué perfume era y de qué estaba hecho...¿de alguna brujería para atraer hombres?

-¡Pero mira quién habla! Tú luces más fantástica que...nadie- Dije señalando su cuerpo con sus manos. Se ruborizó y corrió a abrazarme.

-Gracias por ser tan buena conmigo aun cuando no lo merezco- Me dijo con su boca a escasos centímetros de mi cuello.

-De nada, amiga- Le dije y ella me abrazó con más fuerza.

Empezamos a acomodar una caja negra gigante que era donde yo me iba a esconder. Tenía unos cuantos hoyos en los lados y arriba. Era como una caja donde ponen a los hamster cuando los compran, pero para humanos.

-¿Qué es esto?- Le pregunté con incredulidad.

-Esto, amiga mía, es donde estarás escondida- Me dijo con ojos luminosos- Tú irás adentro. Estos hoyos- Señaló los agujeros en las paredes- Es donde tú respirarás y también, pondremos unas cuantas pistolas de confeti para cuando se caigan las puertas, tú salgas deslumbrante con todo y confeti. Como una auténtica sorpresa- Dijo y comenzó a aplaudir- ¿Qué te parece?

Me agradó...no, no me agradó, me fascinó la idea. Con tan solo imaginarme yo, en medio de la fiesta con ese vestido tan llamativo y con el confeti disparado en mis lados como una auténtica pop star, me hizo sentir como alguien especial, alguien requerida. Abracé a Melody y comenzamos a dar brinquitos de emoción. De verdad, se estaba convirtiendo en mi mejor amiga para siempre.

-¡¡Genial!!- Dije y casi sollozando de la emoción. Hacía muchísimo que no me sentía así.

-¡Tú eres genial!- Dijo y se separó de mí. Fue al sillón, agarró su mochila y sacó una hoja con una carpeta- Pero tienes que firmar esto. Es por si acaso la fiesta se aloca demasiado...si firmas esto, dirás que estás bajo el cuidado de mi papi y no te podrán meter a la cárcel. Mira- Me enseñó la hoja- Isaí, Pamela y otros firmaron. Para que veas que no te miento ni nada.

Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now