49.✞

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Lunes.

Después de un magnífico domingo, ahora tocaba la escuela. Estaba muerta de felicidad, pues Isaí me había mandado un msj a las dos de la mañana, diciendo que ahora estaba soltero. Me dijo que me preparara, pues en ese mismo día, iba a ser su novia. Realmente no era algo diferente, pues desde que lo conocí, sentía que éramos novios. 

Como seguía lloviendo, me puse unas mallas blancas, una sudadera rosa pastel y unos tenis blancos. Me agarré el cabello en una alta coleta de caballo, me delineé los ojos, me puse rímel y para acabar, me embarré brillo en los labios.

Mi hermano se ofreció a llevarme, por lo que en el camino, me preguntó acerca de mi relación con Isaí. Yo le contesté que, efectivamente, él y yo éstabamos enamorados y que por eso, le había roto las piernas a Kian. 

-¡¡Era obvio, Sara!! No puedo creer que hasta ahora te hayas dado cuenta de que te amaba- Me dijo mi hermano con burla- Está...enamorado es poco.

-Es que...yo creí que solamente me quería porque era virgen. No quería perder mi virginidad con él hasta que me case- Le aseguré- ¿Tú ya perdiste tu virginidad?

Mi hermano casi se infarta cuando le pregunté eso. No sabía muy bien porque se asustó tanto, pues de cualquier forma, no lo juzgaría. Digo, mi futuro novio iba a ser un chico que había sido visto desnudo más de un millon de veces. 

-Ya, Sara- Dijo y se ruborizó- Pero no me juzgues por ello...es simplemente que la amo.

-¿A Pamela?- Pregunté.

-Si. De hecho, ya le quiero pedir matrimonio- Se le iluminaron los ojos cuando dijo aquello- De verdad, estoy enamoradísimo de ella.

-Pues deberías pedirle matrimonio- Le sugerí- Si ella te quiere y tú a ella, no sé que esperan.

Mi hermano se lo pensó con una sonrisa de oreja a oreja. Llegamos al campus y después de darle un abrazo a mi hermano, salí del auto. Las gotas comenzaron a mojarme, por lo que le apresuré a mi paso. Casi me caigo en la entrada, porque el piso de azulejo estaba resbaloso. 

-¡Sarita!- Para mi sorpresa, Isaí me estaba esperando al otro lado de las puertas del campus. Sonrió de oreja a oreja. Jamás lo había visto tan feliz y tan...libre.

-¡Hola!- Le dije y corrí hacia él. Lo abracé con tanta fuerza, que sentí que los ojos se le brotarían de las órbitas- ¿Cómo estás?

-Mejor que nunca. Por fin me liberé de esa bruja- Me dijo y me abrazó con más fuerza- Deberías ver como reaccionó- Se comenzó a reír de alivio, felicidad y burla.

-¿Reaccionó mal?- Pregunté riendo

-¡Si! Le dije que ya no quería nada con ella y me ladró demasiadas groserías. Me dijo que era un inútil y que tenía mi pene chiquito, que era un asco en el porno- Se comenzó a reír.

Yo tendría que haberme puesto celosa, incómoda o enojada, pero su felicidad era tan contagiosa que lo único que hice fue reírme con él. Amaba su risa y más, porque producía un efecto en mi cuerpo que era imposible describir. Era precioso.

-Me alegro de que ya hayas terminado con ella- Le sonreí.

-Sarita...-Dijo Isaí y se comenzó a arrodillar. Me tapé la boca con las manos y las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos- Soy un maldito imbécil, lo sé. Soy un pervertido, un asqueroso perverso, un lujurioso del mal y no te merezco. Tú eres un ángel que nadie ha tocado ni ha vistoy yo un demonio más usado que los celulares...pero quiero formar mi vida contigo. Tú has hecho que me olvide de mi pasado y que busque un mejor futuro. Eres el milagro que siempre le pedí a Dios- Sonreí junto con él- No te pediré matrimonio hasta que tú estés segura de mí...pero quiero que sepas que yo estoy tan seguro de ti y que te quiero.

Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now