43.✞

8.4K 432 54
                                    

TOC TOC...

Sonó la puerta y con velocidad monstruosa, corrí a abrirla. Isaí se encontraba empapado en agua de lluvia, pero sonrió al verme. 

-¿Puedo pasar aunque esté mojado?- Inocentemente preguntó.

-¡¡Dios!! Claro que si. Entra rápidooo- Dramaticé como una madre aterrada por su hijo empapado- Tenemos que secarte- Le alboroté el cabello para secárselo un poco.

Entró con encogimiento, pues de seguro le mataba de pena tener que mojar mi casa. Literalmente, lo arrastré hasta el baño más cercano que estaba a lado de mi cuarto. Una vez ahí, comencé a secarle su cabello y él se dejaba como una buena mascota.

-Le pediré ropa a Isaac para que te cambies.

-No hace falta...Siempre puedo andar desnudo- Lujurió y yo, me ruboricé y fingí una cara de asco.

-¡Cerdo!- Dije con desprecio forzado y él, se echó a reír.

-Oh vamos, me encantaría estar desnudo en tú casa- Le tapé la boca como si mi mano fuera bozal- Y a ti te encantaría que anduviese desnudo en tú casa- Dijo a través de mi mano.

-¡¡Isaí!!-Chillé apenada.

Isaí se siguió riendo sensualmente y como un depravado sexual. Un muy atractivo depravado sexual.

-Bueno está bien. Gracias por prestarme ropa cuando tú y yo sabemos que no la necesito- Guiñó un ojo perversamente.

-¡¡Ya!!- Salí corriendo del baño y escuché su risa maligna desde el baño.

Después de conseguirle unos pantalones grises de pijama y una sudadera de algún equipo de fútbol americano, le dije que se bañara. Me había pedido casi de rodillas que me metiera con él...pero ¡no! soy niña bien. Así que él terminó bañándose en cinco minutos y llegó a mi cuarto con su nueva pijama que obviamente, le quedaba más apretada que a mi hermano, pues Isaí tenía unas piernotas y unos brazotes que solamente Zeus tenía.

-Listo- Sonrió-¿Puedo pasar?

-No- Bromeé pero vi que su cara se oscureció y supe que no había captado la broma- Es broma, claro que si.

Si hubiera sido un perro, estaría moviendo la cola. Estaba muy contento y en menos de un milisegundo, se acostó en mi cama, a milímetros de mi cuerpo.

-Dios, creo que terminaré mudándome aquí, a lado tuyo. Eres tan maldita sea calmante- Dijo apoyando su cabeza en mi hombro y oliendo mi cabello- Hueles tan bien...

-Gracias pero creo que deberías...

-¡Shh! Mejor, en lugar de reprenderme, pon un capítulo de Mari...¿O cómo se llamaba la serie esa que te encanta?- Dijo medio en burla.

-¡¡¡Isa!!!- Me alteré más de lo que debía.

-Ah si, eso- Dijo y yo, con mala gana, hice lo que me pidió.

Una vez puesto el DVD, me acosté en el suelo donde estaba mi osote manco y  sin ojo...Dios, ahora me sentía pésimo por haberlo deshecho de aquella forma.

-¡Tú ni de carajos te separas de mí!- Gruñó Isaí, levantándome de mi osito, cargándome y acostándome suavemente en la cama, a su lado- Carajos. 

Puse los ojos en blanco pero realmente me sentía completamente a gusto a su lado y sentía paz interna que nadie me podía hacer sentir. Apenas la Biblia podía darme ese sentimiento.

-¿Por qué?- Preguntó confundiéndome-¿Por qué lo has hecho?

-Porque no somos novios.

-¡¡Carajos!! No hablo de alejarte de mí como si fuera un violador. Me refiero a arrancarle la mano y el ojo al oso.

Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now