37.✞

7.7K 429 47
                                    

Gracias a Dayana, ahora nos encontrábamos apunto de entrar a una fiesta en una casa ajena. La casa tenía dos pisos, era de color azul marino y estaba decorada con arbustos alrededor. Vi a personas besándose...más bien, comiéndose; otras personas se encontraban gritando de emoción, tomando pequeños vasos repletos de alcohol hasta perder la conciencia, otros bailaban en ropa interior, había luces de color rojo y rosa mexicano. En fin, no se parecía en lo absoluto a las fiestas en casa de Isaí o Melody que eran  un poco más calmadas.

-Bien, ¡a divertirnos!- Animó Dayana dedicándole una sonrisa maravillada a Isaías.

Isaías me sonrió para animarme a entrar. Después de rezar millones de padres nuestros, me armé de valor y entramos los tres juntos como siameses.

No había nada de especial. Eran las típicas personas emborrachándose por diversión. Había gente bailando ridículamente por toda la casa y cada vez, se sumaban más y más. Dayana agarró a Isaías del brazo, lo jaló y lo pegó a ella para poder bailar de una manera bastante extraña. Isaáis nos e veía del todo incómodo, más bien, la incómoda era yo. Cada vez se acumulaban más personas en la casa.

Oh no.

Como la ingenua que soy, confié en Dayana cuando no debía. Ahí se encontraba Isaí, junto con su bola de amigos, incluyendo a Kian y a Giovanni. Estaban sentados en un sofá riendo y jugando a un raro juego donde estaban bebiendo.

Me quedé mirándolos, probablemente matándolos con la mirada, cuando Isaí, como si lo hubiese invocado, volteó a verme. Se quedó paralizado al verme en esa horrenda fiesta. Vi como sus ojos brillaron, pero su mirada se oscureció cuando vio a Isaías a mi lado.

-¿Qué quieres hacer?- Me preguntó Isaías muy cerca a mi oreja. No podía despegar la vista de Isaí, era invitable dejar de verlo. Con sus ojos, le prendió llamas a la mano de Isaías cuando me tocó el hombro.

-Irme- Dije aterrada.

-¡No seas maldita aguafiestas!- Me regañó Dayana- Ya estás aquí y...joder...

Vio a Isaí y a su grupo de amigos totalmente aterrada.

-¡Perdona! De verdad...Dios, creerás que soy la peor persona del universo- Se disculpó.

-No, para nada- Dije sarcásticamente.

-Bueno, está bien...si quieres irte, lo entenderé- Dijo decepcionada y viendo a Isaías con tristeza.

Al ver que Isaías y Dayana se la estaban pasando bien juntos, me sentí la peor aguafiestas de la historia, por lo que decidí hacer una de las cosas más estúpidas del mundo.

-Vamos a jugar con ellos- Ordené. Tanto Isaías como Dayana, se sorprendieron al escuchar eso. De seguro, eso hubiera sido lo último que se hubieran esperado.

-¿Estás...segura?- Preguntó Dayana entre preocupada por mí pero feliz de que iba a pasar más tiempo con Isaías.

-Si. Segura- Agarré la muñeca de Dayana con mi mano y con la otra, agarré la de Isaías y los arrastré hacia los malditos que tanto daño me hicieron.

Cuando llegamos, todos se sobresaltaron al verme. Kian me examinó de pies a cabeza y sonrió apenado. Podía ver aun las horrendas marcas de rasguños que le había dejado y un moretón en su pómulo derecho.

-Ay, miren quien está aquí- Dijo Melody con voz aterciopelada y burlona- ¿Qué haces despierta a estás horas, Saris chica leche?

Amanda y ella se echaron a reír. Sentí como mi sangre comenzó a hervir y como la ira comenzó a nublarme la vista. Tenía que controlarme o de caso contrario, el espíritu santo dejaría de tener control sobre mí.

Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now