28.✞

9.9K 489 31
                                    

-Sara, aun hay tiempo para retroceder- Dijo el pobre de Isaí comiéndose las uñas antes de entrar al bar. Estaba demasiado nervios, muy muy nervioso.

Gracias a Dios, mi hermano entendió cuando le dijimos que íbamos a ir a un bar para poder hablar con Giovanni. Me dijo que estaba bien y que él me cubriría con mis padres. No preguntó nada más y se lo agradecí de corazón. Aunque se ofreció a acompañarnos, Isaí lo convenció de quedarse.

En el camino, no paraba de decirme que podíamos regresar a mi casa y ver una película o algo. Me juró que él hablaría con Gio y que lo haría entrar en razón...pero no. Puede que Giovanni sea lindo, amable y cariñoso...pero también es terco. De hecho, me ponía a dudar sobre si mi plan iba a salir bien.

-Relájate Isaí. No pasará nada...tengamos fe en Dios, ¿si?- Parpadeé muchas veces para poder convencerlo. Aceptó.

-¿Cuál es el plan?- Preguntó una vez que entramos al bar. 

-Bueno, primero iré al baño y me cambiaré la ropa. Salgo y tú le dices a Giovanni que venga conmigo. Es sencillo, ¿no lo crees?- Pregunté mirando por todas partes en busca de Giovanni. Lo encontré sentado en una mesa, buscando como buitre muerto de hambre, carne.- Allá está. Ve a hablar con él- Lo señalé con la barbilla.

-Está bien. Ve a cambiarte- Aceptó de mala gana. Le di un rápido beso en la mejilla, pillándolo y haciendo que se sonrojara- Córrele antes de que me arrepienta.

Acerté con la cabeza y una sonrisa. Di media vuelta para dirigirme al baño y antes de ponerme a caminar, Isaí me tomó de la mano. Su mano estaba helada y sudaba frío.

-¿Te acuerdas que en la iglesia, antes de ir al grupo de jóvenes, te dije que cuando estaba nervioso tendía a necesitar a mi mamá?- Tragó saliva- Pues ahora mismo los nervios me están torturando.

-Pues ¿qué crees? Aquí estoy yo y no dejaré que te pase nada malo, justamente como en el grupo- Le regalé otra sonrisa y vi como un poco de alivio se reflejó en sus ojos...pero seguía aterrado- Ahora, sigue el plan. Miedoso- Le apreté la mano, él comenzó a reírse y con un gesto de cabeza, aceptó.

Corrí al baño. Rápidamente, me desabotoné la camisa y me quedé en un sostén negro que había elegido antes de llegar. Me quité la falda larga, quedándome en mis calzoncillos que hacían juego perfecto con mi sostén. Me atreví a ponerme un liguero y unos tacones negros altos que le había hurtado a mi madre antes de que llegara a mi casa. Me puse la peluca, me delineé una gruesa línea en los ojos, me puse exceso de rímel, me pinté los párpados de negro y agregué unos cuantas técnicas de maquillaje para verme más delgada de la cara, mi nariz más pequeña y mis labios mucho más grandes y rojos. Agarré mi crucifijo y me lo colgué en mi cuello para espantar demonios.

Salí del baño y vi que Isaí estaba hablando con un enfadado Giovanni. Me quedé observándolos y vi que Isaí le gritaba y no sabía si había escuchado mal, pero según yo, había dicho "Sara". En fin, me acerqué lentamente a la mesa y antes de llegar, los azulados ojos de Isaí se centraron en mí. Su mandíbula cayó hasta el suelo y sus ojos comenzaron a flamear. Respiración se agitó y empezó a negar con la cabeza salvajemente. Lo tuve frente a mí cuando dio unas dos gigantes zancadas.

-¡Carajos, no! ¡¡¡Nooo!!!- Bramó. Me miraba de pies a cabeza  y cada vez que me analizaba más, más se enojaba- ¡Cambiáte ahora mismo!

-Isaí, por favor no hagas un espectáculo- Dije entre dientes sin mover los labios- No pasa nada. Es parte del plan.

-¡¡No!! ¡¡¡¡Caraajoooos!!!!- Estaba totalmente enojado. Debía admitir que su enojo me espantó...pero no pensaba retroceder y menos con lo lejos que habíamos llegado.

Erotismo VirgenWhere stories live. Discover now