MELANCOLIA

41 6 0
                                    



... a veces mirar atrás, te llena los ojos delágrimas, te rompe  en pedazos el corazón y termina  generándote más preguntas de las que tenías...


Las vacaciones por fin llegaron, como familia nos juntamos armando las maletas, el gran equipaje y checábamos el automóvil, encendí el coche y antes de salir, marque para avisar a mis parientes que estábamos en camino, ellos al oír la noticia, se alegraban con mucho entusiasmo, pues llegaríamos a aquella casa después de once años de distancia, subimos al auto y mis abuelos con sus creencias, comenzaron a rezar, mi hermano se colocaba los audífonos con su música metalera a todo volumen o al menos eso decían las portadas, quien de verdad lo conocía como yo, sabía que estaba oyendo unas baladas de lo más románticas, mi madre nerviosa se tronaba los dedos y yo establecía la ruta en el GPS del celular, no o niego, me encontraba feliz y contento, aunque para ser sincero, hace mucho que sentía que algo me hacía falta, que era exactamente, no lo sé, simplemente había un hueco en mí, el sonido del motor me hace volver a la realidad y tras tocar el brazo de mi madre, le transmito esa paz y tranquilidad que es característica de mí.

Comenzamos el trayecto, pasamos por una, dos, tres y más ciudades, los paisajes eran hermosos, el verde brillante de la naturaleza, el agua corriendo por los ríos y chocando contra las orillas, el aire golpeando mi rostro por la ventana abierta y, sobre todo, esa gente que se encuentra en las calles, llenos de alegría, con sonrisas inmensas en sus rostros, parecen ser tan felices y no tener ningún problema, me pregunto si de verdad serán así sus vidas, parece que no les falta nada en absoluto.

Miro el reloj, aún falta casi una hora para llegar a nuestro destino y atravesamos el último tramo de ciudad, a partir de ahora solo son paisajes hermosos sin interrupción, por extraño que parezca a pesar de venir cinco personas en el mismo vehículo por un largo tiempo, las conversaciones no se hacen presentes, no sé si tenga que ver con el hecho de que al convivir frecuentemente no haya nada nuevo que contar o simplemente sea que sabemos todo los unos de los otros, una que otra palabra se cruza solo para decir a donde cruzar o si vamos bien en el camino, las casetas nos dan una plática corta más, sobre quién pagará el paso.

La paz y tranquilidad me invadían, ver el camino avanzando a cierta velocidad justo a mi alrededor, hacía que me sintiera tan bien, respirar ese aroma fresco del camino me hacía mejorar, había algo en ello que me recordaba viejos tiempos, momentos increíbles que parecían ser solo una película en mi memoria, los colores se transformaban en un sepia intenso y los rostros, nombres y palabras solo personajes en una historia contada por algún anciano, recordando lo que pasaba hace años, en los viejos tiempos, solo eso, una historia más en la boca de alguien , alguien que a duras penas podía recordarle.

El tiempo de llegada y de trayecto, disminuía cada vez más, por fin aquella entrada a la ciudad que ya casi no recordaba, estaba frente a mí, tras cruzarla, cientos de rostros familiares percudidos y dañados por la edad aparecen, no puedo creer como el tiempo ha dejado tantas marcas de su paso en la gente, entonces me miro en el espejo retrovisor, aquellas heridas también las presento yo, tal vez no arrugas o lunares como en la mayoría, pero si un poco de piel ceniza y reseca, la sonrisa algo falsa para disimular mis pensamientos vanos, el auto gira en la esquina donde tantos caprichos cumplí, esos dulces, helados y ni se diga de las colecciones de personajes que complete.

Algunas cuantas casas que reconocí, al parecer el tiempo también ha causado estragos en ellas, sin embargo, se mantienen firmes, aquella entrada se acerca cada vez más a nosotros, el aroma del guayabo era igual de exquisito que siempre, entonces volvió a mi aquel recuerdo donde los primos juntos cortábamos las guayabas y comíamos todos llenos de confianza, entonces uno de ellos al dar la mordida, se topa con un gusano y grita por el asco, a lo que el resto al ver los huesitos reaccionamos de la misma manera, las carcajadas de la familia dominaban todo ese espacio, estábamos tan contentos de estar juntos, lo que me hacía pensar ¿A dónde fue toda esa felicidad?

Bajamos del auto y la familia nos recibió amablemente, los besos y abrazos no se hicieron esperar, ese calorcito era completamente rico, entramos y comenzamos a hablar de lo que había acontecido en tanto tiempo sin vernos, el trabajo, los negocios, las rupturas y conquistas amorosas, el contacto con viejas amistades o con miembros lejanos de la familia, los accidentes, las aventuras e incluso aquellos errores que nos habían robado una carcajada después de un tiempo, todos sobre llevábamos de manera accesible el hecho de que no nos habíamos visto.

Las pláticas como en toda familia comenzaron a cambiar, de acuerdo al tiempo que pasábamos juntos, así relucieron viejos problemas, discusiones y malos entendidos, así como cargas de responsabilidad y lágrimas que removían los sentimientos, no era algo malo o que no se esperara, pero si era algo que primero resultaba incómodo y después solo teníamos que recordar que ya había pasado para estar bien, experimentamos con juegos viejos que nos alegraban las navidades y fiestas juntos, los retos y la adrenalina de no dejar que te ganasen era algo importante, así llegaron nuevos viejos momentos a nosotros, aquellas veladas con películas e historias de terror, las pláticas y cenas alargadas, las rondas de chistes o momento cantando como locos, en fin, recuerdos agradables bañados de blanco y negro, como si hubiera sido hace demasiado, quien iba a pensar que solo eran unos cuantos años.

Así nos llevaron por muchos sitios hermosos, compartiendo momentos increíbles, que seguramente se transformarían en bellos recuerdos para un futuro, tal vez en historias interesantes que contar en la próxima reunión o simplemente en bellos instantes en los que pensar durante esos momentos de melancolía y tristeza, un buen remedio para dibujar una sonrisa disimulada aunque sea por algunos momentos, las fotografías mostraban que en ese instante sonreía de verdad, sin esfuerzo y con mucho entusiasmo.

Más tarde llego ese momento, tras los recuerdos de momentos vergonzosos con pruebas fotográficas, salieron las cajas de evidencias, de aquellos buenos tiempos, cuando aún mediamos unos cuantos centímetros más allá de las cinturas de nuestras madres, las caras eran únicas, sonrisas de verdad llenas de alegría, nada falso y sin ninguna preocupación por lo que pudiera pasar, con el único problema de no querer ir a dormir y aun en los malos momentos riendo con fuerzas, entonces llega a mi esa tristeza y soledad que me invade aun estando rodeado por gente que quiero, en mi mente surge esa duda ¿Por qué tenía que cambiar esto?

Así las vacaciones terminan, llega por fin ese último día que sinceramente no esperaba, el final de mi descanso, la despedida es corta, pero llena de sentimiento, un último abrazo, un último beso y palabras de ánimo para el siguiente encuentro, con esperanzas de que no sea tan alargado como este, el auto se vuelve a encender y no lo negare, disfrute de cada instante en este sitio, de la compañía de quienes ya no había visto hace algún tiempo, subimos una vez más y volvemos al camino, otra vez aquellas hermosas vistas, hasta entrar a nuestra calle, estacionamos el auto y tras bajar las maletas y acomodar todo, la curiosidad me come, bajo aquellas cajas que estaban guardadas llenas de fotos, las miro de nuevo y no lo puedo evitar, siento como aquellas lagrimas ruedan despacio, el sentimiento inunda mi pecho y suelto quejidos tras llorar desconsoladamente, siento aquel vacío otra vez y vuelvo a pensarlo...

¿Qué diablos me paso? ¿Dónde me perdí? ¿A dónde fue aquella sonrisa y locura de cuando era pequeño? ¿Por qué aun no soy feliz? ¿Algún día lo seré?

Cierro la caja y vuelvo a ponerme aquella mascara de sonrisa en el rostro, solo para disimular y evitar que me pregunten ¿Estas Bien? Y tener que dar explicaciones sobre todo...

FragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora